El CIO juega un papel relevante en cualquier empresa. La digitalización que están afrontando la práctica totalidad de las empresas ha hecho que, en muchos casos, llegue a formar parte del Consejo de Administración de las organizaciones. Durante este artículo, Leandro Hermida Brañas, Director Tecnología y Sistemas de Ibercaja; Pablo Montoliú, CIO de AON; María Jesús Castro, Directora de Organización y Sistemas de DKV y Miguel Ángel Herias Perez, CIO de Allianz valoran cuál ha sido la evolución que ha tenido la posición del CIO.
Y es que, la relevancia de su posición es vital para el funcionamiento de la empresa porque el CIO ha dejado de ser ese loco al que los empleados les solucionara los problemas que aparecían en los equipos o el encargado de comprar el material tecnológico.
El departamento TIC de cualquier empresa ha evolucionado de tal forma, que ahora el CIO debe tener una visión global del conjunto de la empresa. Ya no se dedica sólo a la optimización de sistemas.
Como asegura Leandro Hermida Brañas, Director Tecnología y Sistemas de Ibercaja, “la transformación que estamos viviendo actualmente implica que, cada vez más, el CIO está directamente involucrado e incluso es corresponsable de la estrategia y negocio de la empresa así como en su desarrollo e implantación”. Casi se puede decir que el CIO, además de la gestión diaria, debe predecir el futuro para que, adelantándose a éste puede ofrecer las mejores respuestas para el negocio de la compañía y, como afirma Hermida, “ello implica por ejemplo que no hay que esperar a que surjan necesidades o que se soliciten soluciones concretas, para plantear y desarrollar un proyecto, sino que hay que adelantarse a esas necesidades y soluciones y muchas veces desarrollarlas incluso antes de que el negocio o el mercado las demanden”.
Es en la década de los 80 cuando empieza a aparecer el término de responsable de tecnología. En realidad esa persona tenía su rol que no era otro que el de conseguir el mejor coste de cada equipo de informática que se adquiría y solucionar los problemas que esas máquinas pudieran presentar. De ahí se ha evolucionado a la figura del CIO que conocemos hoy en día y que sobre todo es un estratega. Un estratega con peso propio dentro de la organización y que tiene un trabajo esencial: sin departamento TIC comandado por una persona experta, directamente, la empresa desaparecería.
Tal y como asegura Pablo Montoliú, CIO de AON, la clave se encuentra en la letra C de las siglas: “Desde que el CIO se convirtió en CIO (con C), asumiendo y ejerciendo la C que encabeza su título, asumió un rol diferente, consistente en apoyar los negocios de su organización y facilitar lo máximo posible el desempeño de los empleados de la misma. Si además, la función incorpora otras tareas, como innovación, o una participación activa en la “Transformación Digital”, que desde mi punto de vista debería más bien denominarse “Evolución Digital”, el rol cambia sensiblemente, convirtiéndose más en un gestor y facilitador, que en un tecnólogo. Y por supuesto, con una clara orientación a negocio”.
Aunque el rol ha variado de forma sensible, algunos CIOs no creen que se haya producido un cambio drámatico en el rol que juega en una compañía. Por ejemplo, María Jesús Castro, Directora de Organización y Sistemas de DKV, cree que “al menos en mi caso, los CIOs siempre hemos estado involucrados en el negocio, en por y para que se hace todo ya sean proyectos que desarrollamos o servicios TI que proveemos al resto de la organización. Ser un mero gestor o proveedor de servicios TI, como es cierto que ha pasado en muchas organizaciones, no añadía el valor que TI puede aportar a cualquier empresa. Creo que todos los que tenemos esta responsabilidad hemos sido siempre conscientes de que nuestro papel exigía involucrarse en el negocio. Lo que sucede es que en estos últimos años se ha hecho más patente esta necesidad ya que la tecnología es la base sobre la que se están transformando las empresas y construyendo nuevas líneas de negocio. Esto permite añadir un punto de diferenciación no por la tecnología en sí misma sino por cómo y para que se utiliza en cada compañía, y esto solo se puede hacer si tienes una visión global”.
Es el mismo argumento que da Miguel Ángel Herias Perez, CIO de Allianz, quien asegura que, “en las diferentes empresas y sectores en los que he desarrollado mi carrera profesional, la misión del departamento TIC siempre ha sido la de poner la tecnología al servicio del negocio y esa ha sido siempre mi visión. Quizás lo que ha cambiado en los últimos años ha sido la cada vez mayor dependencia de las TIC en todos los ámbitos, y la importancia de éstas en la transformación y competitividad de las empresas, independientemente de su tamaño o sector”.
El comité de dirección
La clave, a lo mejor hay que buscarla en la percepción que tienen los demás con respecto al CIO. Sobre todo en lo que se refiere al comité de dirección de la empresa. La principal prueba que certifica el cambio de mentalidad del comité ejecutivo de la empresa es que los CIOs han pasado a formar parte de ese mismo comité, cuando antaño era impensable. El CIO tiene voz y voto en los consejos de administración. Pero no sólo el comité de dirección de la empresa ha cambiado su percepción con respecto al CIO y por ende, con respecto al departamento de tecnología.
En opinión de María Jesús Castro, “ha cambiado en toda la organización. No sólo porque cada vez más todas las empresas son mucho más dependientes de las tecnologías, que son básicas para la continuidad de los negocios, sino porque forman parte de la sostenibilidad de muchas empresas. En mi opinión, la ciberseguridad, por ejemplo, es uno de los apartados que ha hecho cambiar esa percepción. El CIO y por tanto, todo el equipo de tecnología, es un colaborador que ayuda a mejorar y hacer sostenible el negocio”.
Las empresas ya veían la importancia del CIO pero COVID-19 lo ha acelerado
A ojos del resto, el departamento de tecnología es uno de los pilares del entramado de cualquier organización. Antes sólo eran “los frikis de los ordenadores”. Tal y como expresa el CIO de AON, lo que ha cambiado es la presencia del CIO en el comité de dirección lo que hace que “sea más valorado por su aportación al resultado y evolución de la compañía. Teniendo en cuenta la importancia que la tecnología tiene en la vida de los empleados, clientes y accionistas de una Organización, una actitud constructiva, pero al mismo tiempo realista respecto a cómo utilizarla para añadir valor a dichos grupos de interés y por tanto al resultado de la compañía, redunda en una mayor relevancia de la figura del CIO y en su capacidad de influencia sobre el resto de áreas”.
Y además de todo eso…
Nos encontramos con un actor que ha multiplicado la importancia de la figura del CIO en cualquier organización. Su nombre: COVID-19. Buena parte de las empresas han podido sobrevivir y seguir prestando sus servicios gracias a la tecnología. Sin ella, la desaparición y la quiebra de muchas organizaciones habría sido prácticamente total. El CIO de Allianz recuerda una época en la que no tener noticias del departamento TIC en el Comité Directivo eran buenas noticias: “Eso ha cambiado, y hoy en día es raro ver un proyecto o iniciativa de negocio en los que la participación de la función de IT no sea relevante, en mayor o menor medida y la reciente experiencia con el coronavirus ha demostrado que el departamento de tecnología es imprescindible para la continuidad del negocio”.
Las empresas ya veían la importancia del CIO pero COVID-19 lo ha acelerado. Debido a él, la digitalización se ha acelerado y como afirma Leandro Hermida de Ibercaja, “los comités directivos de las empresas ya tienen muy claro que la tecnología, pero especialmente como esta habilita y facilita el negocio, es una de las mayores ventajas competitivas que actualmente tienen. Así que su mayor preocupación es como aprovecharla de la mejor forma posible y ello conlleva también la capacidad de transformación y ejecución. Siempre, y especialmente en el sector financiero, la tecnología ha sido muy relevante, pero actualmente ese rol ya de por si relevante está evolucionando, pasando de ser un mero proveedor de capacidades más o menos avanzadas y desarrolladas al negocio, a ser participe y responsable directo de la propia estrategia corporativa y desarrollo de la misma junto con las principales áreas de negocio y corporativas. Hoy en día ya no se entiende negocio sin tecnología y tecnología tampoco se comprende sin negocio. Para mí esa es la clave para poder aprovechar la gran ventaja competitiva que la tecnología habilita”.
De lo tradicional a lo digital
Las start-ups y empresas de reciente creación han nacido en un mundo digitalizado. Las ventajas para los departamentos TIC de este tipo de empresas son enormes. El problema ha venido para todos aquellos CIOs que han tenido que adaptar la estrategia tecnológica de empresas más tradicionales. Para el director de Tecnología y Sistemas de Ibercaja, “las empresas digitales nacen en casi todos los casos en base a la tecnología como solución a una necesidad de mercado y negocio, y en muchos casos incluso inventándola y desarrollándola cuando ni siquiera existe. Ese es el ADN de las empresas nativas digitales y por tanto el factor diferencial y la ventaja competitiva que las empresas más tradicionales tienen que aprender y conseguir desarrollar internamente. Algo tan evidente es muy difícil de adoptar y desarrollar internamente para una empresa tradicional y no hay soluciones mágicas por mucho que hablemos continuamente de transformación digital ya que muy pocos llegan realmente a transforma el ADN de la empresa para ser menos tradicional y más digital. Tampoco creo necesario ni relevante para cualquier empresa ser meramente digital, sino que la clave es tener una propuesta de valor atractiva y competitiva en un mundo y mercado que cada vez es más digital y esto puede ser aprovechado de muchas formas dependiendo del sector y empresa. En mi experiencia, ese ADN que diferencia una empresa de otra, en el fondo es cultura empresarial y esa cultura se desarrolla y se hace realidad a través de personas”.
María Jesús Castro, por su parte, cree que “todas las empresas han de ser digitales, al menos han de tener parte de su cadena de valor digitalizada. En compañías tradicionales es más complicado que en las compañías que han nacido 100 % digitales, arrastran una historia que pesa, pero desde mi punto de vista lo más importante es el cambio cultural de la organización en su conjunto, entender que se pueden hacer las procesos de forma diferente, plantearte si lo que estas haciendo es necesario o no, o si puedes hacerlo de otra manera. Un error que se comete con más frecuencia de la que se debería es querer digitalizar algo que no debería hacerse ni siquiera de forma manual, es decir, digitalizar un proceso no pensándolo con un nuevo enfoque, esto hace que mantengas e incluso incrementes las ineficiencias que ese proceso tuviera”.
Los retos
La evolución de los CIOs en los últimos años ha sido brutal. Quizá ningún otro cargo directivo haya tenido que readaptarse tanto. Y sin embargo, su función va a seguir evolucionando y lo va a hacer de forma rápida. Así que, ¿donde están los retos principales? Para Miguel Ángel Herias de Allianz, aunque son muchos los retos, “destacaría principalmente tres: primero, la seguridad informática para ser capaces de proteger adecuadamente los activos de la empresa ante los cada vez más frecuentes y variados ataques, sin dificultar la operativa del negocio. También va a ser importante la agilidad para adaptarse e incluso anticiparse a las necesidades del negocio en un entorno en el que la tecnología evoluciona de manera frenética y finalmente, creo que va a ser muy importante garantizar la rentabilidad de proyectos de inversión en tecnología con ciclos de vida cada vez más cortos, y gestionar adecuadamente la obsolescencia tecnológica”. Por su parte, Pablo Montoliú cree que los principales retos va a ser “conjugar el corto plazo con el largo, considerando lo rápido que evoluciona la tecnología en la actualidad, y el ritmo de cambio de los negocios. Ser capaz de liderar el cambio cultural al que se deben enfrentar las Organizaciones, y prestar unos niveles de servicio excelentes, en entornos cada vez más abiertos y con una mayor “superficie”, sin renunciar por ello a unos niveles de ciberseguridad adecuados, cuya gestión es cada vez más dinámica y compleja”.
Para ver las entrevistas completas, pulsa en los enlaces
Entrevista con María Jesús Castro
https://revistabyte.es/entrevistas/un-cio-en-20-lineas/m-jesus-castro-dkv/
Entrevista con Leandro Hermida
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Entrevista con Miguel Ángel Herías
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Entrevista con Pablo Montoliú
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