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Primer coche autónomo grupo PSA

No confíamos en el coche autónomo

Hace cosa de un mes, el primer coche autónomo, un Citroën Picasso, recorrió los casi 700 kilómetros que separan Vigo de Madrid sin ningún conductor al volante. El vehículo, durante su trayectoria, se adaptó a las diferentes velocidades de la vía, a las condiciones climatológicas y a la velocidad del resto de vehículos, realizando a su vez los adelantamientos pertinentes cuando era necesario. Es decir, cada vez queda menos para que nos sentemos en el coche, le digamos la dirección y éste nos lleve a nuestro destino, sin necesidad de que nos tengamos que poner a los mandos, ¿o sí?

Pues parece que sí. Al menos esto es lo que dice un 34% de conductores que asegura no fiarse en absoluto del comportamiento que en carretera pueda tener el coche. Eso es lo asegura un estudio por AutoScout 24. Yo creo que son más: cualquiera que haya viajado con un copiloto que sepa conducir me dará la razón.

El informe –que recoge las expectativas de cerca de 9.000 conductores de siete países europeos, entre ellos España, sobre la que será la movilidad del futuro- también pone de manifiesto cómo a pesar de que el coche autónomo podría rebajar el coste de los seguros, la idea de ceder a ciegas el control al propio vehículo no sólo no termina de calar entre los usuarios, sino que pierde adeptos a medida que se desarrolla. Concretamente, atrae al 21%, frente al 35% del año pasado.

Así, al trasladarnos a 2040, nos encontramos con que el piloto automático más que el chófer habitual es un sustituto ocasional del conductor. Concretamente, cerca de la mitad de los automovilistas hace uso de la conducción autónoma en trayectos urbanos muy concretos, de poco recorrido y a baja velocidad, como por ejemplo el trayecto al colegio de los niños.

Curiosamente, los españoles son más reacios a ceder el control total del coche que los europeos. Tanto es así que casi seis de cada diez pone como condición sine qua non para desplazarse en un coche con piloto automático tener la libertad de elegir cuándo y dónde utilizarlo. Así que me temo que a los españoles nos queda todavía un tiempo para adoptar este tipo de coches.

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