Su aspecto es muy similar al del modelo anterior, pero sobre todo ofrece cambios muy importantes que mejoran su rendimiento. Aunque el tamaño de su carcasa es igual, sus componentes se han actualizado. La pantalla sigue siendo de 9,7 pulgadas, pero en este modelo se ha aumentado su resolución hasta 2.048 x 1.536 píxeles, que supera incluso a la que ofrece un televisor Full HD. Gracias a ella, muestra las aplicaciones con un nivel de detalle muy elevado nunca visto en una pantalla de estas dimensiones.
Su procesador gráfico es mucho más potente para trabajar con esa resolución manteniendo la fluidez del sistema y mejorando el nivel gráfico. Esta ventaja le permite trabajar con aplicaciones en modo multitarea, acceder al correo, navegar por Internet y editar vídeos y fotografías sin necesidad de utilizar un ordenador. Otro atractivo de la tableta de Apple es su gran variedad de aplicaciones: en la tienda Apple Store hay disponibles 200.000 diseñadas para iPad.
Por otra parte, dispone de dos cámaras, una frontal con una resolución de 640 x 480 píxeles para realizar videoconferencias y una trasera de 5 megapíxeles para grabar vídeo en alta resolución. Al contar con un sensor retroiluminado se facilita la captura de imágenes en lugares con escasa iluminación.
En cuanto al tema de conectividad, el modelo está disponible con Wi-Fi o conexión de datos 3G, aunque el dispositivo es compatible con la siguiente norma (4G LTE) para conectarse a las redes móviles de alta velocidad, para navegar y descargar contenidos. También cuenta con la tecnología inalámbrica Bluetooth 4.0 y la norma Wi-Fi.
Su autonomía se mantiene prácticamente al mismo nivel que el modelo anterior, con una duración de unas 10 horas, aunque se ha incorporado una batería con una mayor capacidad.
