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Y entonces el tablet se instaló en la empresa….

La visión de la movilidad como palanca para el crecimiento del negocio está ya superada. Es un hecho más que demostrado que mejora la productividad tanto del equipo directivo, permitiéndole, por ejemplo, conocer en todo momento el balanced scorecard de su compañía, como de cualquier colectivo que trabaje desplazado en campo.

El segmento de la empresa se ha rendido a las bondades de la tecnología móvil como herramienta de uso corporativo, como consecuencia, por un lado, del claro ROI que proporciona y, por otro, de la cada vez mayor capacidad de los smartphones para soportar, en términos tanto de potencia como de interacción gráfica, cualquier tipo de aplicación de negocio que necesitemos movilizar.

El impacto de la movilidad en las organizaciones ha sido tal que ha llevado a las compañías a aceptar un fenómeno que ha dejado de ser una tendencia para convertirse en una realidad cada día más presente en las empresas: la consumerización, entendiendo por ella la convergencia que se ha dado entre la tecnología de uso personal de los usuarios con su utilización en la empresa como dispositivo corporativo. En un escenario en el que los trabajadores disponen de un terminal más avanzado incluso que el que les proporciona su empresa, las compañías han optado por aceptar esta nueva situación que no sólo les genera un ahorro de costes, sino que además resulta del agrado de los trabajadores, al permitirles trabajar con un dispositivo totalmente de su elección.

Como resultado de este nuevo fenómeno que ya se ha identificado como BYOD, Bring Your Own Device, nos encontramos con un mercado que se ha visto claramente potenciado: el de los tablets, un dispositivo que ofrece una fantástica usabilidad y un mejor equilibrio trabajo / vida, lo que facilita a los empleados mantenerse informados y utilizar aplicaciones de negocio, sin importar dónde se encuentren.

Los tablets permiten acceder al correo, navegar, jugar, leer, acceder a contenidos y a todas las aplicaciones disponibles en los diferentes markets de los diferentes fabricantes. El concepto general sobre el que se asientan es el de ser una herramienta fácil de usar, muy visual, con una respuesta dinámica y orientada al consumo y gestión de contenidos en movilidad.

Y es precisamente esta usabilidad la clave para entender la rápida adopción de esta tecnología por parte del segmento corporativo. Los tablets proporcionan un sencillo manejo que facilita el desempeño del trabajo en movilidad. De hecho, según una encuesta realizada por Staples Advantages y publicada por Business Wire, alrededor del 75% de los usuarios de tablet la emplean para consultar su correo electrónico corporativo y un tercio para revisar y editar documentos. Más del 60% de los propietarios de un tablet admiten encenderlo durante las vacaciones para conectarse con su empresa e incluso seguir trabajando.

Y ante esto, las cifras son claras. El mercado de los tablets se saldó con 63,6 millones de unidades vendidas en todo el mundo a finales del 2011, lo que representaba un incremento del 261,4% con respecto a 2010.

Pero, más allá de ser un gadget de uso personal que pueda ser empleado puntualmente para trabajar, el tablet ha calado en el mundo de la empresa, haciéndose un importante hueco entre los dispositivos que se tienen presentes a la hora de definir la estrategia de movilidad de una compañía. De hecho, según una encuesta realizada a los responsables de compra de los departamentos de IT de 1604 compañías, una de cada cinco tiene intención de comprar tablets para sus empleados en los próximos tres meses y el 84% de ellas se decantan por el iPad, registrando un aumento del 7% desde la última encuesta en noviembre del pasado año y la mayor cuota desde el lanzamiento del primer modelo de iPad en 2010.

Según datos de IDC, pese a la amplia oferta de nuevos tablets, incluso tras la fuerte irrupción del Kindle Fire en el mercado, en el Q4 de 2011 el tablet de Apple obtuvo un 54,7% de cuota. La propia compañía reportó unas ventas de 13,6 millones de unidades durante el Q1 de 2012, elevándose su cuota hasta un 68%.

De cualquier forma, y como con cualquier otra herramienta corporativa, la validez del tablet como dispositivo empresarial viene dada fundamentalmente por el ahorro de costes o el incremento de productividad que pueda proporcionar. El tamaño de las pantallas de los tablets y la duración de su batería, que cubre sobradamente una jornada de trabajo, son variables que convierten a estos dispositivos en una herramienta apta para el trabajo en campo.

Si a eso añadimos un sistema operativo robusto, ágil y seguro, como nos encontramos en el caso del iPad, y una interfaz de usuario muy cuidada e intuitiva, el resultado es el de un terminal que no solo resulta válido, sino que además mejora notablemente la experiencia de trabajo en movilidad. Y es que tradicionalmente, las aplicaciones empresariales han velado más por la productividad que por la ergonomía, y el resultado ha sido el de numerosos ejemplos de formularios interminables, paneles de datos sobrecargados y diseños muy descuidados. Sencillez de uso, comodidad y practicidad deberían ser las pautas que guíen el diseño de cualquier aplicación corporativa para responder a las expectativas de los usuarios de las mismas. Y el tablet como dispositivo nos ofrece una experiencia de usuario a la altura de estas necesidades.

Existe, por otro lado, un aspecto que no podemos dejar de controlar cuando nos referimos al uso de la movilidad en el entorno empresarial, y es el de la Seguridad. Siendo por definición un dispositivo móvil, el tablet está ideado para abandonar el ámbito restringido de las instalaciones de la empresa donde su seguridad física está garantizada y al llevarlo a la calle puede ser objeto de robos, pérdidas o simplemente mal uso por parte de un tercero ajeno a la compañía. Esto es especialmente habitual en el caso de estrategias BYOD en las que se mezclan el espacio personal y profesional.

Frente a estas amenazas, la solución pasa por implantar una serie de políticas de seguridad e incluso restricciones de uso apoyándose en alguna de las numerosas soluciones MDM, Mobile Device Management, del mercado, y que van a permitir tener un control exhaustivo sobre todo el parque de dispositivos móviles de la empresa. Las herramientas de MDM facilitan la generación y el mantenimiento de inventarios de todos los dispositivos, permitiendo además implementar una serie de políticas de seguridad que cumplan con los requisitos mínimos de la compañía en cuanto a claves de desbloqueo, cifrado de datos y uso de aplicaciones. Finalmente, en el caso de una pérdida o robo permitirá forzar un borrado remoto que elimine cualquier dato confidencial.

Nos encontramos ante un nuevo escenario en el que numerosas compañías están implantando en sus equipos de directivos, de técnicos de campo, de agentes de venta, o de cualquier colectivo en situación de movilidad, aplicaciones diseñadas específicamente para tablets, convirtiendo a este dispositivo en una herramienta de trabajo adicional con un rendimiento más que probado para el desempeño de tareas en campo.

Es un hecho. La revolución del tablet ha llegado también a la empresa.

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