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Los usuarios no se aprovechan de la firma digital por su desconocimiento

A pesar de las múltiples ventajas que conlleva la firma y la factura electrónica, los beneficios de su uso no llegan al grueso de la población española, debido al desconocimiento de su tecnología. Así lo ha detectado ipsCA, fabricante especializado en soluciones de firma y facturación electrónica entre sus clientes.
Por lo general, la firma electrónica es percibida como algo complejo y excesivamente técnico, pero nada más lejos de la realidad. Basta con aclarar una serie de conceptos clave:
¿Qué es la firma electrónica?

La firma electrónica consiste en un método criptográfico que asocia la identidad del firmante a un documento. Aporta al mundo digital las mismas características que la firma manuscrita al mundo real. Con ella, los documentos electrónicos ven reforzada su confidencialidad, integridad y autenticidad.
El procedimiento es el siguiente: partiendo de unos datos privados del firmante, se lleva a cabo un cálculo para obtener un resultado único y no sustituible. En concreto, sería similar a utilizar una huella electrónica para sellar un documento.
Para firmar de forma digital, es necesario contar con un certificado, un lector y un software. Uno de los certificados más populares lo constituye ya el DNIe, en poder de más de 11,5 millones de españoles, aunque pocos lo utilizan en la actualidad.
El DNIe posee un certificado que identifica al firmante; tras introducirlo en el lector, el software en cuestión lo reconoce y securiza el documento certificado. El proceso es idéntico con cualquier otro certificado distinto al integrado en el DNIe.
Idénticas garantías que la firma manuscrita
La firma electrónica equivale en la práctica a la firma tradicional, con idéntica validez legal. Con ella, se refuerza la seguridad, y se identifica al autor del texto con el documento asegurando su integridad, es decir, que el contenido no ha sido modificado tras su firma.
Por ejemplo, en el caso de documentos internos que requieran de la aprobación de distintos departamentos, la firma digital permite automatizar tales procesos. Es el caso de firmas de planos en estudios de arquitectura o aprobaciones del departamento de compras, entre otros.
Algunos de los ámbitos de aplicación más comunes de la firma electrónica son la presentación de la declaración de la Renta; la firma y visado de proyectos en colegios profesionales; las tasaciones; el voto electrónico; y, por supuesto, la facturación electrónica.
Firma y factura electrónica

A menudo firma y factura electrónica se confunden ya que desde el punto de vista tecnológico son iguales. La diferencia es sencilla y se distinguen en su uso. Mientras que la firma electrónica garantiza la integridad a cualquier documento, la e-factura no deja de ser una aplicación más de la firma digital y tiene igual valor al de una factura convencional.
“Sólo mediante la concienciación y la comunicación lograremos que usuarios y empresas accedan, al fin, a todas las ventajas que aporta la firma electrónica”, afirma Rodolfo Lomascolo, director general de ipsCA. “Las barreras tecnológicas fueron derribadas hace tiempo, y tanto la firma como la factura electrónica están ya plenamente maduras y listas para su uso masivo”.

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