La economía digital es una de las puertas que se abre para que nuestras pymes se autoconfiguren en las nuevas líneas productivas y competitivas, y estas deben entender que no hay otro camino para elegir, es único y quien no lo tiene está penalizado a desaparecer. Se sabe que abandonar el statu quo cuesta mucho, conlleva un esfuerzo muy grande y hasta que se convierte en normalidad es, cuanto menos, incómodo, lleno de problemas, pero con un horizonte mucho más transparente.
La simbiosis entre tecnología y empresa es obligada Trabajemos para llevarlo a buen término, pero también exijamos a todas las administraciones que compartan esta responsabilidad, pues es necesario que seamos todos los que conduzcamos esta transformación empresarial. Debemos entender que en el mundo de globalización que vivimos, no es fácil que encontremos acomodo con el mismo modelo organizativo. Aquí es donde la tecnología y las redes sociales tienen un amplio protagonismo, para ello tener acomodo en la nube y trabajar con el Big Data, el internet de las cosas y saber que las ciudades evolucionarán en Smart Cities, es nuestra propia transformación.
La economía digital es una de las puertas que se abre para que nuestras pymes se autoconfiguren en las nuevas líneas productivas y competitivas
Estamos todavía lejos de alcanzar el objetivo y el mundo continúa. El Banco Mundial nos coloca todavía a bastante distancia de las principales economías europeas. Transformar los productos y servicios en aquello que, ya de antemano, sabemos que nos va a ser solicitado es trabajar con un índice de acierto muy elevado. Lo que ha sucedido en 2020 con la pandemia obligando a realizar el trabajo de forma digital, ha abierto un nuevo espacio que ha ganado valor. La consultora Qualtrics dice que las soluciones de tecnología generan importancia en tres aspectos claves: 1- Ciberseguridad y privacidad; 2- Infraestructura en la nube o herramientas colaborativas; 3- Gestión y soporte técnico cualificado.
De cualquier forma, ni todo es fácil ni el total son ventajas. Es necesario que todas las herramientas que incorporemos no se midan exclusivamente por el coste, cada una de ellas debe aportar valor a la producción y la competitividad y en esa relación, además de ser contratadas, encontramos el verdadero valor de ellas. También será preciso medir adecuadamente cómo hacer funcionar medidas de seguridad contra ataques externos que nos hagan perder nuestra información o, peor todavía, que nos sea robada.
Tengamos presentes datos que ya se han producido en este tiempo. El comercio electrónico creció más del 50% durante la pandemia, todo lo digital hoy suma ya un 19% del PIB y se estima que en el 2022 sea el 55%, estas son cifras de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial. Es fácil entender que no estamos ante algo que podamos elegir o no. La crisis del 2008 no se quedó, como al principio se pensaba, en una crisis financiera. Fue tal su profundidad, que los modelos de sociedad y convivencia también se vieron afectados.
Los que, en una u otra manera, formamos parte del espacio de las PYMES, no debemos marginar la obligatoria necesidad de dar el paso hacia esta transformación.
Hilario Alfaro, Presidente de Madrid Foro Empresarial