Zoom fue una de las grandes protagonistas al inicio de la pandemia. Su plataforma de videoconferencia se convirtió de la noche a la mañana en una de las más utilizadas para hacer frente a los estrictos confinamientos que los Gobiernos impusieron para combatir al Covid-19. Sí, mucha gente tenía Teams, pero no todo el mundo tenía una cuenta con la aplicación de Microsoft y, enseñar las grandes ventajas que proporciona a personas que en su vida habían utilizado una solución de estas características iba a resultar complejo.
Así que Zoom dio en el clavo: no se necesitaba tener una cuenta y sobre todo, el manejo de la solución era muy sencillo e intuitivo por lo que no había ninguna necesidad de tener que perder unas horas en enseñar su manejo a aquellas personas menos acostumbradas a manejarse con la tecnología. Y el impacto no tardó en llegar: la cotización de las acciones empezó a subir como la espuma. A mediados de Marzo de 2020, cuando el confinamiento estricto estaba vigente en buena parte de los países del mundo, la acción cotizaba a 107 dólares. En en Agosto de ese mismo año alcanzó un valor de 559 dólares. Es decir, en apenas cinco meses el valor subió más de un 400%. Esos 559 euros no han vuelto a conseguirse. Desde ese verano de 2020, la capitalización bursátil no ha hecho más que disminuir y ni siquiera las sucesivas variantes del coronavirus han posibilitado que vuelva a recuperar los valores de récord de esos meses. A fecha de cierre de este artículo, el valor de la acción se sitúa en los 157 dólares. Es decir, sigue teniendo una subida del 46% con respecto a Marzo de 2020, pero con una caída sostenida en el tiempo.
¿Qué le ocurre a Zoom?
Básicamente que su plataforma no da para más. Las empresas apuestan por soluciones más colaborativas como Teams o Webex que permiten lo mismo que Zoom, pero a la que se le añaden muchas más funcionalidades. Por su parte, los usuarios se han cansado de las videoconferencias para pasar momentos de ocio: las restricciones, aunque las haya, ya no son estrictas y, aunque Omnicrom esté haciendo estragos, parece que ya sabemos cómo actuar como para volver a un confinamiento estricto.
Zoom fue una de las estrellas al inicio de la pandemia, pero desde el verano de 2020, su acción no hace más que bajar
Zoom tiene un problema sobre todo entre los clientes empresariales: no puede competir ni con la propuesta de Cisco ni con la de Microsoft, lo que hace que la demanda de su herramienta baje de forma considerable. Si no hace nada, lo más probable es que Zoom acabe en el baúl de los recuerdos. Pero sí está haciendo. La firma cree que su herramienta tiene potencial en el mundo de los eventos y ha comprado varias herramientas para moverse en el mundo de los eventos híbridos, esto es, allí donde se cree que va a ir el futuro de éstos. Y Zoom puede estar bien posicionada. No sólo eso, sino que también ha realizado inversiones en Cvent, un proveedor de tecnología de eventos empresariales y American Express Global Business Travel, una plataforma de viajes B2B. ¿Una plataforma en la que se pueden contratar el viaje y el alojamiento así como inscribirse en el evento online? No es mala idea para intentar que la acción suba.