La pasada semana, el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital hizo públicos los presupuestos correspondientes a este 2017. Sólo se pueden calificar de lamentables.
Cuando Mariano Rajoy accedió a la Presidencia del Gobierno el año pasado, parecía que, por fin, alguien se iba a tomar en serio la importancia que el sector tecnológico tiene para el desarrollo de nuestro país. Viendo lo que ha remitido el departamento dirigido por Álvaro Nadal, podemos afirmar que en lo único que se ha cambiado ha sido en el maquillaje de la nomenclatura del Ministerio, añadiendo eso de “Agenda Digital”: suponemos que para darle un tono más “hipster”.
El presupuesto total se ha reducido un 2,52%. Desde el Ministerio se asegura que este recorte presupuestario se debe fundamentalmente “a la disminución de 149 millones de euros de la partida destinada a financiar los costes del sistema eléctrico como consecuencia de la reforma acometida en 2013 en el sector y que ha permitido que el sistema pueda financiarse con una menor aportación de los Presupuestos Generales de Estado”, dando a entender que si se tuvieran que seguir financiando esos costes, el presupuesto no habría sufrido variación alguna.
Solo hay que bucear un poco en los datos remitidos para darse cuenta de que no es del todo cierto. Y, en efecto nuestro sector, es uno de los más afectados por la reducción presupuestaria. Concretamente el dinero destinado al desarrollo de la Sociedad de la Información y Agenda Digital (en efecto, las dos palabras con las que termina el nombre del Ministerio) pasa de los 796 millones del último ejercicio a los 658,3 millones presupuestados para éste.
Como siempre ocurre, en campaña electoral se dicen muchas cosas, pero en las últimas, se ha hablado y mucho, de la importancia que tiene la digitalización, el acceso a Internet de todos los ciudadanos, el desarrollo de start-ups, etc. Una vez obtenido el sillón, la tecnología y el I+D+i, vuelven a quedar olvidados en el cajón del Ministro, que tiene otras prioridades. Desgraciadamente, la crisis no nos ha servido para aprender de nuestros errores y ahí seguimos, apostando (otra vez) por el ladrillo, sin tener una Educación decente que impulse a las futuras generaciones y sin ver el valor que hay detrás de la tecnología.
¿Alguien sabe algo de IBM? ¡Qué importantes son las personas! En los medios, obviamente, estamos en contacto con la mayoría de empresas: unas se prodigan más que otras, y sabemos, más o menos, lo que hacen. Seguramente, hasta nos cuesta recordar que la llamaban Big Blue. En España, amortizaron dos personas que le daban dinamismo, los responsables de Marketing y Comunicación, respectivamente, y parece que están desaparecidos en combate: no se ha vuelto a saber nada importante (al menos para nosotros) de esta compañía. Creo que se “lo deberían de mirar”.