Resulta que el PC no ha muerto. Aquellos que vaticinaban su desaparición hace apenas dos años, ahora nos dicen que no, que no solamente ha aguantado, sino que, además, goza de muy buena salud. Incluso compañías líderes como Acer, en palabras recientes de su máximo directivo, no ven futuro sin la producción de PCs.
De acuerdo con los datos difundidos por Gartner, en el cuarto trimestre de 2014 se distribuyeron 83,7 millones de PCs en el mundo, un 1 % más que en el mismo período del año anterior. En España los resultados son aún son mejores. Según apuntaba Salvador Cayón, director de Marketing de HP, en El País, las ventas de PCs en 2014 crecieron un 37%.
El año pasado en España se vendieron 3,6 millones de ordenadores y 3,4 millones de tabletas. Quiere esto decir que hay, por hoy, hay un reparto equitativo.
La caída de los últimos años del PC tuvo mucho que ver con el declive de Windows y su Office. Los usuarios se dieron cuenta de que había vida sin las aplicaciones de Microsoft y encontraron alternativas al «PC Único» que representaba el «monopolio» de Bill Gates en el noventa por ciento de estos equipos.
Al conjunto de cifras aludidas, obviamente, hay que darles un valor, pero me atrevo a relativizarlas para afirmar que, en efecto, el PC no ha muerto, pero tampoco lo va a hacer la Tablet (como apuntan los que se equivoaron antes, que lo afirman ahora al ver la última bajada), ni los portátiles, ni los convertibles, ni los Smartphones.
Por suerte, nos encontramos en un mundo dinámico, en el que tienen cabida todos los dispositivos. La moda, los propios medios de comunicación, los tópicos, las manías, harán que en temporadas, unos prevalecan sobre los demás, pero, insisto, creo que hay mercado para todos.
Juan Manuel Sáez
A las Microsoft, Apple, Facebook y demás, se les acabó el chollo de ocultar sus cifras en España. A patir de 2017, según adelantó un alto cargo de Hacienda, las multinacionales deberán detallar las ventas, ganancias e impuestos que registran en cada país. De acuerdo con esa fuente, el Gobierno está preparando un nuevo reglamento del impuesto de sociedades que pagan las empresas, en el que se introducirán novedades que eviten el «escaqueo» actual.