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Rebeca Marciel: «Microsoft tiene el compromiso firme de no monetizar el dato de los clientes»

Rebeca Marciel es la directora de grandes empresas de Microsoft en España y miembro del Comité de Dirección de la multinacional en nuestro país. La protagonista de esta entrevista y el periodista llegaron a la par al encuentro. Las oficinas de Microsoft están desérticas. Ya se sabe, estamos en la época del trabajo a distancia y con la variante Omnicrom campando a sus anchas por lo que realizar una entrevista presencial se convierte en todo un logro.


Marciel tomará una Coca-Cola Zero mientras se produce el encuentro. El periodista prefiere el café. A pesar de ser presencial, la obligatoriedad de llevar la mascarilla durante la entrevista impide que se puedan captar todos los gestos y las emociones que se convertirán en protagonistas invitadas durante el encuentro. Aún así, la charla permitirá descubrir matices que serían imposibles de captar mediante videoconferencia.

Nos encontramos ante una de esas cabezas privilegiadas: Rebeca es ingeniera de telecomunicaciones por la Universidad Carlos III de Madrid además de tener formación de posgrado por la Harvard Business School. Un brillante currículum al que hay que añadir su labor con diferentes ONGs, para las que trabaja como voluntaria en tareas de formación a la infancia y en programas de ayuda a mujeres emprendedoras en Sumatra y Kenia. Por si fuera poco, la entrevistada encuentra tiempo para su start-up opensalud.com que desarrolla tecnologías avanzadas para mejorar la conexión entre doctores y pacientes y proporciona servicios médicos avanzados.

-Tiene un currículum sobresaliente. Además de todo ello, es especialista en Inteligencia Artificial y Transformación Digital. Sorprende que pudiendo ser todo “un gurú techie” haya elegido como lugar de trabajo a una de las compañías que más tiempo lleva de existencia como es Microsoft, ¿por qué?

– Fundamentalmente, porque me identifico con la misión de esta compañía. Es una empresa entre cuyos objetivos se encuentra el de empoderar a cada una de las personas que la conforman. También su política con respecto a cómo conseguir mejorar el planeta, que tiene una ruta clara en lo que respecta a la sostenibilidad, que tiene unos criterios éticos muy claros con unas líneas rojas marcadas. Y es algo que ya lo veía antes de llegar aquí, pero que ahora lo he comprobado insitu desde la dirección de la compañía. Somos una organización cuya estrategia se basa en servir y ayudar. Queremos ayudar a nuestros clientes y para ello nos anticipamos a las necesidades que éstos puedan tener. Microsoft tiene un porfolio de producto muy amplio que nos permite tener impacto en clientes. Además, contamos con soluciones que se adaptan a las necesidades de los clientes y a todo ello hay que añadirle grandes dosis de innovación. Esos son los tres pilares de Microsoft: innovación, soluciones y porfolio amplio.

-Pero Microsoft viene de una generación de empresas TIC antiguas, que ahora compite con gigantes que ya nacieron con Internet…

– Es que Microsoft es, desde hace unos años, una compañía totalmente nueva. Una firma que compite de igual a igual con los nativos digitales. Una empresa que ha sido capaz de coger su propio legacy, transformarlo, cambiar la cultura empresarial y con todo ello, seguir liderando, y ser una de las empresas que más innova y que sigue siendo pionera en su ámbito.

Rebeca Marciel dirige la división de grandes empresas de Microsoft desde hace un año. Un mercado en el que gracias a los procesos de digitalización y la posición de la multinacional en el entorno cloud tiene expectativas muy elevadas. Y es que, aunque la transformación digital de este nicho es mucho más avanzada que en la de las pequeñas y medianas empresas, todavía les queda camino por recorrer. Marcial tiene claro que todo ese trayecto debe ir acompañado de una estrategia.

– Hoy en día no hay ninguna gran empresa, mucho menos aquellas que forman parte del Ibex 35, que no tenga clara la importancia de la digitalización para poder seguir compitiendo. La cuestión entre las grandes empresas es saber qué objetivos tienen. Hay compañías que tienen unos objetivos más ambiciosos y mucho más claros que otras. En mi opinión, hay firmas que tienen como prioridad esa transformación digital y la tecnología es una de las grandes palancas para ello y otras que consideran esa digitalización como algo que tiene que estar y que en algunos departamentos de la organización tiene relevancia, pero que no cala en todas las divisiones que la conforman. Por ejemplo, una empresa de retail puede tener una plataforma de comercio electrónico muy potente, pero luego tener toda la parte de Supply Chain y logística con una prioridad más baja. Creo que no hay tantas empresas que estén adoptando la nube, la inteligencia artificial, la automatización y que piensen en el dato como el gran elemento de toda la cadena de valor. Una buena parte de ellas, está todavía en proceso de adoptar estas tecnologías. Al final, lo que vemos es que hay firmas que están al inicio del camino y otras que están más maduras.

A pesar de su currículum eminentemente “techie”, la responsable de las grandes cuentas de Microsoft, tiene claro que el manido término de transformación digital no es sólo algo que involucre al 100% a la tecnología. La cultura y sobre todo, las personas, tienen que ser el elemento clave de esa digitalización: “Quizás es un poco cliché pero, la digitalización no sólo es tecnología, sino que implica elementos como organización, proceso, acompañamiento y cultura que, al final, es lo que más nos cuesta cambiar a todos. Aquí también se ven diferentes escalas de madurez”, asegura.

-¿Cuál es el papel que debe jugar Microsoft en esta, digamos, transformación total?

– Microsoft tiene soluciones para todos los pilares fundamentales en los que se sostiene la digitalización. Nuestra gran propuesta es que podemos dar respuesta a las necesidades de las empresa de una manera natural. Diría que podemos dar una oferta de 360º que cubre todos los requerimientos de transformación digital de cada empresa.

– Pero en muchas ocasiones, a lo mejor no saben hacia dónde tienen que dirigir los pasos para recorrer ese camino al que se refería antes. Tienen además que cumplir con un determinado presupuesto, así que les surgen dudas sobre qué deben implementar o qué cartas deben jugar primero…

– Creo que todas las empresas saben que deben tomar medidas ya sea por ahorro de costes, por retención de clientes o por generar nuevo negocio. Para conseguir eso, lo que está fallando en muchos casos, es tener un objetivo claro y convertirlo en prioritario. En el fondo, falla tener una hoja de ruta estructurada sobre esas prioridades o tener un mapa priorizado con presupuesto asociado. Sin embargo, creo que, poco a poco, el camino se va despejando porque muchas empresas empezaron ese camino hacia la digitalización por la parte más evidente que es la del cliente. Ven que eso les proporcionó nuevos clientes, que pudieron generar productos de manera más rápida y más ágil y ese resultado positivo fue calando en el resto de departamentos, llegando esa transformación también al empleado, algo que se ha acelerado desde que irrumpió la pandemia. Las empresas han visto que es esencial la conectividad del empleado y, en nuestro caso, con la plataforma Teams y con las herramientas de colaboración, todo el mundo ha podido ver los beneficios que conlleva esa conectividad del trabajador.

Si hablamos de clichés, quizá el más insistente en la actualidad es el de los datos. Una frase también muy manida en estos tiempos es la que dice que “los datos son el nuevo petróleo”. Son mensajes que van calando entre los responsables de tecnología y que creen que extraer el valor del dato para mejorar la eficiencia, la productividad o para conocer las necesidades de los clientes va a jugar un papel esencial en el futuro. Sin embargo, todavía no se tratan bien esos datos para que les puedan aportar valor. Además, las empresas de tecnología, y también Microsoft, gestionan millones de datos de clientes y aquí nos encontramos con apartados tan importantes como qué se hace con la gestión de esos datos y qué ética hay que aplicar sobre esos datos.

– ¿Saben las empresas gestionar sus datos y extraerles el valor necesario?

– Lo primero que hay que decir es que, en estos momentos, hasta el 73% de los datos en todo el mundo todavía no se analizan. Es decir, llevamos desde hace diez años almacenando datos y no siempre sabemos extraer todo su valor. Hay pocas empresas que realmente tengan una cultura del dato adaptada, lo que significa que cada departamento, en cada proceso, piensa en cómo sacar el valor a los datos en su tarea. Esto va a cambiar. Yo creo que en los próximos diez años vamos a ver muchísima más digitalización en el entorno de los datos que en los últimos veinte porque, además, el volumen de ellos va a seguir creciendo. Hablando de volúmenes, en el 2030 tendremos ya 50.000 millones de dispositivos online y en el año 2025, acumularemos 175 Zbytes de datos. Es decir, el dato, la nube, el cloud computing y las herramientas para poder capturar datos es algo que está cubierto. ¿Dónde está la problemática? No está en la captura, sino en los procesos para extraer el valor. Microsoft, ahí, proporciona una plataforma dentro de nuestra nube de datos con Machine Learning que lo que hace es acortar el tiempo de vida desde desde que yo detecto una necesidad y quiero tener este dato para hacer un cross-sell o un análisis de una imagen médica hasta que realmente lo tengo a disposición.

Además, damos herramientas a los usuarios finales para que también tengan esa capacidad de extraer valor del dato. Al final, vemos que hay herramientas, y nosotros las tenemos, para almacenar y ordenar datos, pero que lo que realmente está costando es extraer ese valor del dato. Ahora, las empresas empiezan a usar herramientas específicas y están viendo el valor de que, por ejemplo, un propio usuario de negocio pueda hacer sus propios cuadros de mando o alguna aplicación sencilla para extraer ese valor o, ya en procesos más complejos, con la utilización de herramientas como algunas de Microsoft que permiten que el que el ciclo de vida de gestión de datos pase de meses a segundos.

«Hay herramientas, y nosotros las tenemos, para almacenar y ordenar datos, pero que lo que realmente está costando es extraer ese valor del dato»

– Y, ¿qué hay de la protección de los datos? Microsoft parece llevar una política opuesta a la de otros grandes del sector en cuanto a la gestión que hacen de los datos de sus clientes…

Nosotros tenemos el compromiso firme de no monetizar el dato. Éticamente, estamos totalmente convencidos de que esto es un tema muy relevante. Me preguntabas al principio sobre los motivos por los que elegí Microsoft para trabajar y éste es otro más. Me siento cómoda con lo que hacemos y con lo que vendemos a nuestros clientes. Al final somos una empresa que vendemos servicios de plataformas, que producimos tecnología y que ponemos a disposición de los clientes esa tecnología, pero siempre sin monetizar el dato de los clientes. En esto no hay discusión alguna. Somos honestos: tenemos una firme convicción de no monetizar ningún dato de los clientes.

No sólo cumplimos con toda la normativa, sino que vamos mucho más allá. Por ejemplo en mayo de 2021 anunciamos la iniciativa de EU Data Boundary, que refuerza nuestro compromiso en cuanto a dónde residen los datos y que permite que todos nuestros clientes puedan almacenar y procesar todos los datos en la Unión Europea. Estamos yendo un paso más allá de lo que la regulación exige porque entendemos que el dato es de nuestros clientes y la privacidad y la confidencialidad de los mismos es algo fundamental. Otras empresas sí monetizan esos datos. Viven de eso. ¿Es un modelo lícito? Sí, pero yo me siento más cómoda con el modelo de Microsoft, me parece más limpio.

La Coca-Cola sigue intacta mientras Rebeca muestra su pasión por la tecnología y también por la compañía en la que trabaja. Así que la conversación deriva hacia el futuro, un futuro que muchas personas contemplan con miedo ante desafíos como la robotización o la automatización, campos ambos que las empresas están realmente interesadas en abordar y en los que Microsoft tiene una amplia gama de soluciones. ¿Supondrán todas esas tecnologías que muchas personas se queden en la estacada por no poder afrontar esa nueva realidad? ¿Cómo se sustituyen esos empleos que se van a perder por otros? Marciel lo soluciona de forma contundente: “Las emociones son irreemplazables, es muy difícil sustituir la emoción”. Guárdense esta frase para un poco más adelante.

– Una de las apuestas pasa por la IA, ¿qué aporta Microsoft en este aspecto y en qué ha cambiado el desarrollo de la Inteligencia Artificial?

Ofrecemos soluciones como Power Apps o Power BI para que el usuario final, aunque no sea técnico, sea capaz de consumir inteligencia artificial. Pero yo voy un paso más allá. Microsoft está haciendo proyectos de innovación y de inversión en inteligencia artificial que están rompiendo el estado del arte. Yo empecé a hacer redes neuronales allá por 1996 y te puedo decir que no ha cambiado tanto el aprendizaje y, concretamente, el aprendizaje de máquina supervisado y no supervisado. Esto es algo que ya existía y sigue siendo el mismo. Lo que se han producido son evoluciones muy relevantes en algunas áreas. Sin ir más lejos, en el procesamiento de lenguaje natural, en biociencia y en todo lo que tiene que ver con tratamiento molecular y también en el tratamiento de imágenes. En lenguaje natural ya hemos llegado a un punto en el que es indistinguible la máquina del humano, pero nos queda mucho camino por recorrer. Por ejemplo, una de las áreas en las que más se está trabajando en IA es en la capacidad de conectar cerebro y máquina de tal forma que no haya necesidad de transcribir por voz, sino que directamente una máquina interprete lo que estoy pensando. Para eso todavía queda tiempo.

«Microsoft está haciendo proyectos de innovación y de inversión en inteligencia artificial que están rompiendo el estado del arte»

En Microsoft creemos que la Inteligencia Artificial va a jugar un papel esencial. De hecho, la compañía ha hecho una apuesta importante por España cuando abrió en Barcelona el hub de I+D especializado en tecnologías de IA aplicadas a la experiencia de usuario y que dirige una eminencia como Jordi Ribas.

Rebeca Marciel 4– Pero en la práctica, Microsoft ¿dónde está aplicando la Inteligencia Artificial ahora mismo en España?

– Pues por ejemplo tenemos el proyecto para La Liga, “Beyond the Stats” en el que los usuarios acceden a análisis estadísticos previos a cada jornada liguera en los que se ofrecen muchas métricas como la probabilidad de que se marque un gol o no en función de la posición del jugador. Ahora calculamos la probabilidad de que haya un gol con mucha más precisión de lo que se venía haciendo. Otro ejemplo está en los hospitales: en HM Hospitales hemos abierto una línea con ellos para tratamiento del cáncer colorrectal y en el que a través de imagen diagnóstica y procesamiento del lenguaje natural de historias clínicas pasadas, ver cuál es el mejor tratamiento para los pacientes.

Y es aquí donde entran otra vez las emociones. Al final, toda esta tecnología puede eliminar puestos de trabajo que difícilmente van a poder ser transformados en otros. Pero Marciel indica que, al final, la Inteligencia Artificial no es más que una herramienta de amplificación de las capacidades humanas. Sustituye pues tareas, de la misma manera que el coche ha sustituido al caballo o al carro:

– Por poner el ejemplo de un periodista que tiene que hacer la crónica de un partido. Al final, la IA le va a proporcionar datos, incluso le puede escribir la crónica, pero no le va a aportar emoción. El periodista es el encargado de aportar eso: sólo él podrá hacer una opinión y valorar los pequeños matices que se hayan producido en un partido y que la IA no va a poder extraer. Las emociones y las relaciones humanas, trascienden al plano de la comunicación. Eso es algo que la tecnología no podrá conseguir.

– Hablemos de sostenibilidad que es uno de los apartados en los que Microsoft está más comprometida. ¿No cree que las empresas, en realidad, llegan a la sostenibilidad porque les produce otras ventajas y no porque lo tengan como un objetivo real? Es decir, una empresa no mueve sus centros de datos a la nube, por ser más sostenible, sino porque le produce un ahorro de costes muy importante.

– Hay empresas que realmente tienen la sostenibilidad en su ADN. De la misma forma que nosotros, que no hacemos una compra de energía que no sea renovable, también hay empresas que tienen la sostenibilidad entre sus prioridades. BBVA, Inditex y otras grandes son ejemplos de empresas para las que la sostenibilidad es prioritaria. Lo que sí que creo que sucede es que todavía hay bastante confusión sobre qué hacer en materia de sostenibilidad. Habitualmente vemos que las empresas no saben medir el impacto medioambiental que tienen. En Microsoft queremos ayudarles en este sentido con nuestra plataforma “Cloud for Sustainability”, con la que pretendemos que las empresas puedan medir y alcanzar los objetivos medioambientales.

La Coca-Cola sigue prácticamente llena y a estas alturas de la entrevista, todavía no hemos hablado de la nube. Microsoft forma parte del trío de empresas americanas que la lideran, pero es la única de todas ellas a la que ni las autoridades norteamericanas ni europeas han acusado de llevar a cabo prácticas monopolísticas.

– La mayoría de las empresas, por no decir prácticamente todas, están yendo hacia una nube híbrida, en la que combinan una parte on-premise con un proveedor de nube público y en un entorno multicloud. No veo que nos encontremos ante un mercado monopolístico, ya que se puede elegir entre diferentes proveedores y no sólo Google, AWS o Microsoft. Porque la realidad es que las empresas son multinube por decisión propia, porque no quieren depender de un único proveedor. Y eso no se podría dar si hubiera un monopolio. En el caso de Microsoft somos líderes en IaaS, PaaS y SaaS. Más del 95% de las empresas del Fortune 500 usan nuestra tecnología, que no significa que no usen también otras. Tenemos el porfolio más rico y preintegrado y los clientes pueden acceder a todo tipo de soluciones para resolver sus necesidades. No sólo eso, sino que hemos sacado también las nubes verticalizadas para cada industria por lo que todavía es más sencillo desarrollar tus propias soluciones sobre nuestra plataforma.

– Pero a todos los proveedores parece que se os atraganta la banca con todo su legacy…

No lo voy a llamar mitos, pero lo cierto es que la banca también está migrando a la nube. Incluso los mainframes se pasan a entornos cloud. Porque la realidad es que los organismos reguladores de la banca americanos y europeos, que son los más exigentes, no están en contra de la nube ni dicen que haya algo no se pueda migrar al cloud. Es más bien un tema de ponerle foco y de querer hacerlo porque ahora mismo no hay nada que no pueda llevarse a la nube ni desde un punto de vista físico, ni regulatorio ni técnico. Hay que entender que la principal ventaja que ofrece la nube es que todo lo que se tenga allí va a estar permanentemente actualizado frente a lo puedas tener en tu propio centro de datos. El hecho de que los clientes cada vez vayan más hacia entornos cloud, ¿va a hacer que desaparezca el on-premise? Todavía no y por eso creo que la nube híbrida se va a quedar mucho tiempo. Así que nuestra obligación es ofrecer a los clientes esas herramientas que les permitan combinar los dos mundos y ofrecemos soluciones como Azure ARC que te permite convivir de manera perfecta y transparente en esos dos mundos.

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