Nunca se había hablado tanto de “smart working” o trabajo inteligente. Pero incluso antes de que esta tendencia conquistara las páginas de los medios de comunicación y centrara nuestro discurso, muchas personas, se calcula que más de dos tercios de la población mundial, ya trabajaban de forma remota al menos una vez por semana, los «equipos online» reemplazaban cada vez más a los modelos de trabajo tradicionales y las nuevas generaciones daban por sentado que sus carreras se desarrollarían en entornos de trabajo móviles.
No hay duda de que el trabajo flexible supone, además, una ventaja para las empresas: reduce los costes generales y aumenta la motivación de las personas, haciéndolas más responsables de su tiempo y permitiendo que encuentren un equilibrio entre la vida profesional y la personal.
Innovaciones como 5G, las aplicaciones de colaboración o el software de conferencias ofrecen formas de trabajo en equipo muy eficientes, y se adaptan a lo que usuarios y empresas necesitan, permitiéndoles desarrollar su labor de forma remota junto a colegas de otros países o formar parte de sesiones de brainstorming en las que participan 50 personas de todo el mundo.
En el llamado trabajo inteligente, innovaciones como 5G, las aplicaciones de colaboración o el software de conferencias ofrecen formas de trabajo en equipo muy eficientes
La disponibilidad de conectividad de banda ancha y el acceso sencillo a los servidores de correo y al software de colaboración son elementos clave para garantizar la eficacia de los trabajadores inteligentes y una experiencia de usuario fluida, comparable a la que se experimenta en la vida offline.
En este escenario, 5G desempeñará un papel cada vez más importante en el desarrollo del trabajo ágil, ya que hará posible que no haya ninguna diferencia entre estar conectado dentro de la empresa o trabajar a distancia. ¿Pero cómo será esta evolución? En Dell Technologies creemos que una parte importante del cambio debe centrarse en maximizar el potencial de este estándar. Así, una fórmula puede ser la capacidad de segmentar el ancho de banda 5G, reservando porciones de la red para aplicaciones específicas de usuarios o empresas, algo que facilitará la creación de una experiencia end-to-end a través de la orquestación en la nube.
Sin embargo, el paso más importante será la propuesta de un modelo de computación en el Edge, algo que las organizaciones ya están comenzando a considerar a la hora de implementar aplicaciones intensivas en datos en tiempo real en la red 5G cerca del usuario, a fin de minimizar la latencia. Todo ello en contextos como los sistemas de control basados en IA en fábricas o en automóviles, pero también allí donde sea necesario mover el preprocesamiento de datos a entornos periféricos para lograr controlar el flujo de datos tanto al datacenter como a la nube.
Marcos Manzano, Field Marketing Manager de Dell Technologies