La compañía vasca Kurago, especializada en el desarrollo de software industrial, ha puesto en marcha un innovador sistema que permite diagnosticar el nivel de madurez digital de empresas de la industria manufacturera.
El Modelo de Madurez Digital (conocido por sus siglas DMM, del inglés Digital Maturity Model), permite a los ingenieros de Kurago valorar, a través de un completo cuestionario, el grado en el que se encuentra una compañía sin necesidad de laboriosas auditorias de procesos y sistemas. Este es el punto de partida fundamental para seleccionar y aplicar las soluciones de software de gestión y producción adecuadas. Tal como destaca Jesús Martínez, director general de Kurago, “para convertirse en una fábrica digital, una empresa primero tiene que saber en qué punto se encuentra, qué necesidades y objetivos tiene, y los recursos con los que cuenta.”.
El sistema establece cinco niveles de madurez digital de la empresa en función de los procesos de los que dispone y aplica, la gestión y calidad de los datos que genera, las infraestructuras con las que cuenta, y el nivel de capacitación de su equipo humano, una de las cuestiones más importantes en esta valoración.
El sistema establece cinco niveles de madurez digital de la industria en función de los procesos de los que dispone y aplica
Así, una empresa puede ser principiante (starter), explorador (explorer), actor (player), desafiante (challenger) o líder (champion) en función de sus niveles de automatización, capacidad de análisis u optimización de procesos. Pero, como destaca Martínez, no se trata de intentar que todas las empresas lleguen al grado de líder, sino de que “sean conscientes de dónde están y maximicen sus recursos dentro de su posicionamiento para ser ágiles y contar con la capacidad de adaptación a los cambios en una coyuntura de mercado en la que lo normal es, indefectiblemente, el cambio permanente”.
El Modelo de Madurez Digital (DMM) desarrollado por Kurago en su centro de excelencia de software industrial de Bilbao permite identificar las posibles rutas que una determinada empresa tiene a su alcance para llegar a convertirse en una verdadera factoría digital con gran posibilidad de éxito: “sabiendo de donde partimos y cuál es el nivel que nos conviene, tendremos muchas más posibilidades de acertar con las acciones que nos permitan alcanzar el objetivo de forma exitosa.”, destaca Martínez.
Optimizar la inversión en digitalización en la industria
Para Asier Ortiz, director técnico de la empresa vasca, “la situación actual ha generado de forma vertiginosa la necesidad de contar con herramientas digitales que estén disponibles con plena funcionalidad desde cualquier lugar y con cualquier terminal y capacidad de acceso a la red. Se ha puesto de manifiesto que muchas empresas no estaban al nivel de digitalización que creían. Esto supone un jarro de agua fría, al comprobar que, realmente, inversiones realizadas en digitalización con gran esfuerzo económico y de recursos no cubrían las verdaderas necesidades. Es indispensable disponer tanto de herramientas como de partners que garanticen su evolución por encima de situaciones y tecnologías concretas”.
Ortiz recuerda que “conocer el nivel de digitalización en el que estamos nos permite hacer proyectos realistas tanto en tiempo como en forma, lo que supone aumentar las posibilidades de éxito en la implantación de soluciones evitando el error común de querer implantar complejas herramientas con gran cantidad de funcionalidades, sin tener en cuenta la problemática propia y las necesidades reales de una empresa. Esto se traduce a la larga en caros sistemas que acaban infraexplotándose por la falta de adaptación y suponen una frustración para el usuario final, que puede llegar a no percibir mejora alguna en la gestión de su producción.”
Aplicación en otros sectores industriales
Kurago, que recientemente fue reconocido como Gold Partner de Microsoft, plantea que aplicar este diagnóstico de madurez digital a empresas y organizaciones de otros sectores industriales puede ser de gran interés para hacer una valoración general del nivel de digitalización de diferentes sectores y zonas geográficas. Como destaca Ortiz, “si se aplicara a un número relevante de empresas, podríamos llegar a conocer las tendencias en digitalización en el País Vasco, por ejemplo, o de un determinado sector.”.