Antes de que la crisis económica copara todos los titulares, nuestro país presumía de contar con uno de los sistemas de atención sanitaria más avanzados del mundo, gracias a unos profesionales de primerísimo nivel y a unos recursos prácticamente ilimitados. Sin embargo, el aumento de la edad de vida de la población española que estas mejoras trajo consigo y, especialmente, el actual colapso económico han puesto de manifiesto la necesidad de reformar el sistema para lograr que vuelva a funcionar con la normalidad y excelencia que todos deseamos.
En ese camino hacia la reducción de costes –el gasto sanitario ha caído un 17 por ciento en los últimos cuatro años según FADSP-, el ahorro en servicios y prestaciones ha puesto en duda la calidad del sistema. Pero existe un camino mucho más fructífero en el que poder hacer un ejercicio de control de costes sin afectar a la atención a los ciudadanos, más bien todo lo contrario. Las TIC (Tecnologías de la Información y las Comunicaciones) o, si lo prefieren, a todo lo relacionado con la eHealth y la administración electrónica aplicada a este sector en concreto.
No en vano, la propia patronal del sector tecnológico, Ametic, aboga por el uso de las TIC en sanidad como una manera de mejorar yoptimizar el sistema en el sentido más amplio. Se estima que el gasto TIC se sitúa en torno al 1 por ciento del total del gasto sanitario (unos 637 millones de euros, aproximadamente), de los que aproximadamente la mitad retorna al sistema en modo de ahorro. ¿Ahorro, pero cómo? En elmomento enque médicos y enfermeros puedan emitir recetas electrónicas a sus pacientes, pueden reducir el costo hasta un 30 por ciento, según el Ministerio de Sanidad. Además se mejorarán procesos administrativos básicos, como la gestión de proveedores o la mejora de los flujos de información dentro de una misma institución sanitaria.
La caída del gasto sanitario por habitante en España en los cuatro últimos años ha sido del 10,3 por ciento, pasando de los 1.343 euros de media en 2010 a los 1.204 de este 2014. Ante estos datos, cabría preguntarse qué pasaría si apostáramos decididamente por las TIC como medio para mejorar la eficiencia en el sistema sanitario y enfocáramos todos esos recursos en lo realmente productivo que no es más que cuidar de nuestra salud y salvar vidas humanas, cuyo valor es imposible de medir.
En ese sentido, es primordial abordar una estrategia racional que implemente de una vez por todas soluciones de gestión documental que ahorren tiempo, esfuerzo y recursos a la administración sanitaria, además de seguir abordando el despegue de la receta electrónica o la progresiva expansión de la historia clínica electrónica e interoperable en todas las comunidades autónomas. Hemos de reseñar, además, los importantes contrastes entre las distintas CCAA, que cuentan con grados muy desiguales de implantación de las TIC en sus sistemas sanitarios (por ejemplo, aún hay tres comunidades que no han implantado por completo la historia clínica electrónica como son Castilla y León, Asturias o Cantabria).
Tampoco hemos de olvidar que una de las principales razones de ineficacia y costes ocultos en estos procesos es la enorme complejidad del parque de impresión con que cuentan nuestros hospitales y centros de salud. También hay existe un gran margen de mejora en el que es imperativo seguir trabajando tanto desde el punto de vista medioambiental, como desde una perspectiva puramente económica. Desde Kyocera y en general, desde la industria tecnológica se ofrecen soluciones para que los profesionales del sistema sanitario puedan adoptar soluciones bajo demanda.
Todas estas mejoras cobran más importancia y urgencia, si cabe, con la entrada en vigor (el pasado 15 de enero) de una nueva normativa que obliga a todos los proveedores de las AAPP a emitir sus facturas en formato electrónico. Así, más allá de que los retos que afrontan las compañías para cumplir con esta normativa, las propias instituciones públicas han de estar preparadas para recibir todo este volumen de información en formato digital, así como su gestión y uso posterior, sacando el máximo provecho a las ventajas de este nuevo entorno.
Solo de esta forma, con una fuerte apuesta por las TIC en todos los niveles y áreas de la sanidad, podremos contar con un sistema de salud próspero y con capacidad de seguir mejorando en el futuro, manteniendo la buena reputación internacional y proporcionando el excelente servicio al que estábamos acostumbrados.
España es uno de los países europeos que más ha recortado su gasto en sanidad entre 2009 y 2012, según un informe conjunto elaborado por la OCDE y la Comisión Europea La reducción media de los países que han recortado su gasto sanitario fue en esos años de un 0,6 por ciento anual, mientras que en España fue de un 1,9 por ciento. Únicamente nos ganan en recortes Grecia, Luxemburgo, Irlanda, Croacia, Portugal y Chipre. Es hora de invertir la tendencia.