Restaurar el mensaje de la palabra trabajo, transformar su sentido y convertir un término generalmente asociado a la rigidez, al estrés o la presión en un vocablo que nos inspire satisfacción, orgullo, sentido de pertenencia y confianza en unos valores que entendamos como propios y alineados con la empresa. Ese es el objetivo.
Un reto aún más acuciante hoy en día, momento en el que estamos inmersos en una nueva etapa comandada por los “millenials”, una generación disruptiva, que no solo busca trabajar, sino trabajar en una organización con valores, una compañía a la que pueda admirar, un lugar donde se sienta plenamente valorado y que, además, le permita una flexibilidad que posibilite disfrutar de su vida más allá del trabajo, posibilitando la tan deseada conciliación laboral y familiar.
En nuestra compañía somos conscientes de este nuevo marco, de esas expectativas y, por ello, creemos en fórmulas que ofrezcan el mejor clima laboral. Así brindamos la opción a nuestros trabajadores de facilidades como horarios flexibles, jornada intensiva todos los viernes del año y en verano o ayudas de diferente tipo, como seguro médico, campamentos para hijos de empleados subvencionados, gimnasio, etc.
Del mismo modo, para perpetuar ese sentido de pertenencia y fomentar el buen ambiente entre todos los compañeros que formamos KYOCERA hemos implantado un conjunto de acciones que hemos denominado I LOVE KYOCERA.
Temas como la salud, el deporte, la cultura, el ocio y la Responsabilidad Social Corporativa son los hilos conductores de estas acciones que vamos desarrollando a lo largo del año y que aparecerán bajo el paraguas común I LOVE KYOCERA.
Queremos que KYOCERA sea un lugar donde el trabajo resulte interesante y motivador. Que cada empleado se sienta orgulloso de compartir nuestra identidad y valores corporativos; un nexo común, un proyecto del que todos nos sintamos parte importante y en el que también exista un espacio para prestar atención a la vida familiar, cuidar nuestra salud, fomentar la cultura o ayudar a los demás… En definitiva, algo más que un lugar de trabajo.
Siguiendo con esa línea trazada en torno al cuidado de las personas que formamos KYOCERA, todos los años ponemos en marcha acciones formativas (inglés, desarrollo de habilidades, formación comercial, atención al cliente, gestión de proyectos, etc.) y de desarrollo (encuestas de clima, feedback 360, análisis y desarrollo del potencial, etc.)
En definitiva, acciones que buscan el crecimiento personal y profesional de los empleados, y por ende, el crecimiento de la compañía. Todas responden a un mismo compromiso: que nuestros empleados sean lo más felices posible en su trabajo.
Trabaja, pero vive. Ese es el reto.