En el mundo de la TI es muy común normalizar conceptos que al usuario final le cuesta entender y, sobre todo, detectar claramente su impacto y rentabilidad en la mejora de la tecnología corporativa. NVMe es uno de esos ‘conceptos tendencia’ actualmente.
Y no es que sea una irrelevancia, porque la aparición de este nuevo tipo de conexión en los recursos de almacenamiento permite mejorar notablemente la rapidez de acceso a los datos reduciendo la latencia. ¿Pero es imprescindible invertir en sistemas más caros que integren NVMe dadas las altas velocidades que ya de por sí proporcionan los sistemas SSD con memoria Flash?
Con permiso del almacenamiento en memoria basado en el cache del procesador (L1 & L2) o DRAM, cuyo alto coste se explica en la capacidad para proporcionan velocidades de acceso de tan solo 200 nanosegundos, los equipos All-Flash son los más accesibles para asegurar las necesidades de almacenamiento Tier 1. Estaríamos hablando de entornos de producción que permiten accesos rápidos a los datos más críticos de las compañías; datos mayoritariamente estructurados vinculados a BBDD, máquinas virtuales y escritorios virtuales.
La tecnología NVMe aumenta la rapidez de los All-Flash Array (AFA) facilitando conexiones más rápidas que las tradicionales SCSI (SAS, Fiber Channel…). Esto se consigue utilizando el protocolo RDMA (Remote Direct Memory Access) al conectarse con el BUS PCIe. Pero es una conectividad interna al servidor, por lo que no puede compartirse, lo que impide aprovecharse de las ventajas de una cabina externa.
Estas limitaciones se han superado gracias a una nueva versión NMVe-oF (OverFabric) en la que los dispositivos NVMe conectados a un servidor pueden compartirse entre varios servidores. En esta arquitectura la interfaz SCSI se cambia por tarjetas de red que permiten protocolos RDMA por encima, aunque también existen versiones que usan Fiberchannel o Infiniband en vez de Ethernet.
Antes de invertir en una cabina con NVMe es imprescindible valorar la compatibilidad de los recursos existentes con los protocolos RDMA
Estos nuevos protocolos se han incorporado en las últimas cabinas All-Flash. Existen modelos híbridos que tienen SSD por un lado y conexiones NVMe a la controladora interna del array, pero la conexión a servidores sigue siendo FC o iSCSI. Las propuestas más avanzadas All-Flash Array full NVMe ofrecen conexiones NVMe entre la controladora y el sistema de almacenamiento NAND Flash, mientras que la conexión entre la controladora y los servidores es NVMe-oF, de manera que las tarjetas que deben tener los servidores son adaptadores de red capaces de entender el protocolo RDMA.
Claves para invertir inteligentemente
Así que antes de invertir en una cabina con NVMe es imprescindible valorar la compatibilidad de los recursos existentes con los protocolos RDMA. Además de esta consideración, es necesario sopesar si el coste mayor de este tipo de cabinas se corresponde con las necesidades del negocio. Si las exigencias de reducción de latencia son imprescindibles o basta con la rapidez de los All-Flash Array convencionales.
En todo caso, la decisión de compra de una cabina AFA no debe centrarse solo en NVMe. Estos sistemas tienen otros atractivos que justifican su compra. Por ejemplo, a la valoración de la capacidad total y nativa del equipo, hay que sumar también la útil mediante Data Reduction, lo que, por ejemplo, por cada 100 TB adquiridos nos permitiría utilizar aproximadamente 200 TB. Pero hay que advertir que esa capacidad es difícil de calcular y depende del tipo de datos. Hay sistemas, como máquinas virtuales y escritorios virtuales, que aceptan muy bien la tecnología Data Reduction y otros, como fotos y videos, muy mal.
Para asegurarse un ROI rápido es importante considerar además otras cuestiones, como si el desgaste de las memorias Flash (Flash Wear) está incluido en el mantenimiento; o replantearse las técnicas de replicación. Y es que una replicación síncrona puede ‘comerse’ la velocidad de la cabina, un inconveniente al diseñar arquitecturas de contingencia.
Algunas recomendaciones para evitarlo son que sea mejor asíncrona, que sea una aplicación y no la cabina la que realice la replicación o ejecutar una copia síncrona a una cabina muy próxima y asíncrona a una tercera más distante. Otro factor crítico al calcular la rentabilidad será el tipo de datos que deba contener ese sistema de almacenamiento.
Las adquisiciones TI exigen un alto conocimiento de las nuevas tecnologías para alinearlas con las verdaderas necesidades empresariales y no dejarse influenciar por el brillo de la novedad. Una consultoría TI profesional puede evitar muchos disgustos en un recurso tan crítico como es el almacenamiento. NVMe sí, pero con cabeza… como todo, en definitiva.
Miquel Morell, Consultor de Omega Peripherals