La transformación digital tanto en el ámbito público como en el privado es ya imparable y la analítica de datos ha llegado para quedarse. No nos equivocamos si decimos que el big data va a ser un factor determinante que apoye la recuperación económica, ya que ayudará a las empresas a comprender los movimientos del mercado, anticiparse y calcular los riesgos.
Cada vez más compañías saben que esto es así, y son conscientes de que un buen análisis de datos masivos, así como una acertada interpretación de los mismos, puede suponer la diferencia entre su éxito o el fracaso. Adelantarse a la competencia, en un mundo donde la interconexión y la velocidad en la transmisión de información son vertiginosas, es la clave para sobrevivir en esta nueva realidad que plantea el mundo del Big Data. Ningún sector o empresa, independientemente de su tamaño, toma ya decisiones de negocio basadas en intuiciones, sino que el dato está dirigiendo las estrategias y la optimización de los procesos de negocio
Tener cifras que den respuesta a preguntas, a dudas y a incertidumbres, supone un valor añadido que ninguna compañía estará dispuesta a pasar por alto de aquí a un futuro próximo. El director de MIT Initiative on the Digital Economy, Erik Brynjolfsson, sostiene que las empresas que adoptan decisiones basadas en datos logran un 6% más productividad y crecimiento en la producción que aquellas que no lo hacen.
Repercusión en los propios ciudadanos: el caso de la pandemia
La repercusión no sólo afecta directamente a las empresas, sino a los propios ciudadanos. Según el informe “Generación de Talento Big Data en España” de COTEC, diferentes y reputados informes definen el Big Data como una potente palanca de valor tanto por su impacto sobre el PIB de países o ámbitos económicos como por los beneficios que aporta a la calidad de vida de la ciudadanía, pues ayuda a optimizar el transporte, el consumo, la sanidad, el ocio, etc.
La vida de los ciudadanos ya no sólo depende de la ideología política, sino también de los análisis que expertos en Big Data hacen a diario, y es vital que sea gente formada y capacitada quien esté haciendo este trabajo. Esto lo podemos ver reflejado en la situación de pandemia que vivimos por la Covid-19, y que ha sacado a la luz la importancia de contar con expertos y personas cualificadas, que sepan gestionar ingentes volúmenes de datos con los que apoyar las decisiones, muchas de ellas tremendamente difíciles y con un impacto económico importantísimo, y donde pequeñas variaciones o proyecciones pueden suponer grandes cambios en la adopción de una medida determinada. No cabe duda de que éste ha sido uno de los momentos en los que los gobiernos, los medios de comunicación y la población general han mostrado un mayor interés por los datos, con un seguimiento diario de cifras e información como muy pocas veces antes se había producido.
La vida de los ciudadanos ya no sólo depende de la ideología política, sino también de los análisis que expertos en Big Data hacen a diario
Y aunque ha habido otras pandemias antes de la COVID-19, uno de los factores diferenciales de la actual ha sido el poder contar con datos instantáneamente actualizados a nivel mundial, lo que ha permitido desplegar estrategias de vigilancia y control adaptados a la situación de cada territorio, más eficaces y coordinadas. Los mecanismos de Big Data han permitido, a partir de los datos recogidos implementar modelos de predicción para poder anticipar picos y estimar recursos.
Profesionales con una buena formación técnica
Por ello, los expertos en Big Data, Data Science y análisis de datos serán los profesionales más demandados en las próximas décadas. El crecimiento estimado anual de la profesión de Científicos de Datos y los Desarrolladores Big Data supera el 45%, y los Especialistas en Inteligencia Artificial crecen anualmente un 76%, según el “Informe de Empleos Emergentes 2020” realizado por Linkedin.
La revolución profesional es obvia: millones de puestos de trabajo van a sufrir una transformación en los próximos años, a un ritmo acelerado por la pandemia, por lo que contar con perfiles con una buena formación técnica será un factor decisivo de competitividad para las empresas y de empleabilidad para los trabajadores del futuro.
Por Mar Angulo, Coordinadora Académica del Doble Grado de Ingeniería Software y Matemática Computacional en U-tad
