El concepto de workplace está cambiando y las organizaciones de todo el mundo han entendido la necesidad de construir un nuevo espacio de trabajo, más flexible y dinámico, que pueda caminar al ritmo de la transformación digital y las nuevas necesidades laborales. A pesar de que incorporar tecnologías de colaboración a la empresa siempre se ha considerado como un activo, la trepidante mudanza de la era analógica a la digital viene imponer un canal de relación más práctico, moderno e interactivo. Así lo corroboran informes como el realizado por Minsait sobre Madurez Digital que indica que el 40% de las empresas españolas ya ha comenzado su transformación, designando puestos y recursos específicos para su puesta en marcha.
La videocolaboración vive un momento de especial emergencia, con tecnologías muy innovadoras, a costes que suponen una fracción de los presupuestos que exigían los sistemas tradicionales
Parece evidente que tecnologías ya muy asentadas, como cloud o banda ancha de alta velocidad, están abriendo muchas posibilidades para modernizar los puestos de trabajo y poner las bases para encarar la futura labor profesional.
Los datos demográficos también apuntan la necesidad de contar con tecnologías que desarrollen nuevos métodos de trabajo. En cifras, más de 1,4 millones de personas trabajan a distancia en España, según Adecco, y el 69% de los trabajadores españoles prefiere teletrabajar, pero su empresa no se lo permite.
La tendencia es clara y las empresas deben adaptarse al futuro próximo de los entornos laborales, donde la cultura colaborativa será el punto de unión, pero el lugar y momento en el que cada uno realiza su labor será cada vez más intrascendente. Todo apunta a que mantener nuevas relaciones y formas de interactuar por diversos canales en nuestro quehacer diario será progresivamente más habitual en las empresas.
La tecnología permite ya la colaboración virtual, con pocas barreras y donde todos al instante pueden participar y colaborar en un proyecto o iniciativa. Aunque el correo electrónico y el teléfono siguen siendo las principales formas de comunicación profesional actual, la transformación hacia el “video-first” está cada vez más cerca.
Como alerta la consultora Nemertes en un estudio reciente, el 90% de las personas encuestadas señala que la videoconferencia favorece que las reuniones sean más eficientes, mientras que las reuniones telefónicas empiezan a quedarse obsoletas en los modernos entornos de trabajo.
La videocolaboración vive así un momento de especial emergencia, con tecnologías muy innovadoras, a costes que suponen una fracción de los presupuestos que exigían los sistemas tradicionales. Además, los nuevos dispositivos de videoconferencia, como la gama de ConferenceCam de Logitech, están diseñados para ser compatibles universalmente, funcionando con cualquier plataforma de videoconferencia, en la oficina o en la nube y desde cualquier parte del mundo.
Esto abre innumerables posibilidades a empresas y profesionales, para asistir a reuniones a distancia, con los mismos estándares de calidad que si fuera presencial, pero con una flexibilidad nunca antes posible.
Un nuevo camino para el futuro teletrabajo y las estrategias de “video- first” que marcarán el futuro de las relaciones en el entorno profesional, con sistemas de vídeo adaptados a este nuevo escenario laboral, más profesional, cercano, eficaz y adaptado a los profesionales de hoy y de mañana.