Desde hace ya veintiocho años, en la Facultad de Informática de Barcelona de la UPC (FIB-UPC), los estudiantes publican su revista L’Oasi (El Oasis). Se trata de una revista con todo tipo de contenidos y en la que, como era de esperar, abunda la crítica.
Afortunadamente para mí, suelen tratarme con amabilidad y sin acritud. Por ejemplo en el último numero, el correspondiente a mayo de 2013, en una página con posibles titulares hablan jocosamente de una de las asignaturas que imparto, ASMI (Aspectos Sociales y Medioambientales de la Informática), proponiendo el titular: «Alumnos de Bellas Artes desbordan la asignatura de ASMI porqué la imparte Miquel Barceló«. Bien visto.
Otras veces, recogen lo que los profesores decimos en clase en una evidente muestra de que llegamos a decir de todo… En mi caso, en este último número, recuerdan que, al hablar de la historia de la informática, suelo insistir en que programar ordenadores empezó siendo un trabajo que hacían las mujeres: Ada Augusta Lovelace con el Analytical Engine de Charles Babbage en el siglo XIX, o las programadoras del ENIAC en los años cuarenta del pasado siglo. Recogen algo que seguro he dicho en clase hablando de las programadoras del ENIAC: «Como se puede ver en este aula, ésta es claramente una profesión para mujeres»«. No hace falta decir que, de una cincuentena de estudiantes matriculados en ASMI, las mujeres se cuentan con los dedos de una mano… Ironía se llama la figura.
Pero también dicen cosas muy serias y que llevan a la reflexión.
En la página 10 de este último número de L’Oasi, con el titulo «La FIB en la cola de Europa«, un estudiante que usa el pseudónimo «Vaka» hace una comparación entre la FIB-UPC y el centro (que no cita) en el que hizo una estancia como estudiante Erasmus. Evidentemente, se trata de una crítica de ésas que ha de permitir a un buen equipo director de la FIB-UPC mejorar algunos de los puntos flojos que, al menos ese estudiante, ve en nuestra Facultad. La crítica, bien entendida y con una buena reacción ante ella sólo puede hacernos mejorar. Hasta aquí muy bien.
Pero una de las cosas que «Vaka» dice, me ha hecho pensar, y bastante.
Concluye diciendo: «Pero, para acabar ya, lo que más me ha llamado la atención en la universidad en la que he estado es que los profesores saben informática«. Se refiere, básicamente a programar y lo ejemplifica con una dura opinión: «la mayoría de los profesores que tenemos [en la FIB-UPC, claro] son tan incompetentes que no sabrían programar un bubble sort en Python«.
Tal vez sea así. Reconozco que Python no es mi punto fuerte de estos días… No es un lenguaje que use cada día, pero sé que puedo aprenderlo en un fin de semana o menos y, evidentemente, un bubble sort lo sabía programar antes de que ese estudiante naciera (mi primer programa para ordenador lo escribí en 1968: simplemente soy bastante mayor…). E imagino que, pese a lo que diga «Vaka», la mayoría de profesores de la FIB-UPC ha de saber programar un bubble sort o lo que sea, y además en el lenguaje que sea, con poco que se lo proponga.
Lo que me ha sorprendido es constatar como algunos estudiantes siguen confundiendo informática con programar. Afortunadamente la informática cubre bastante más que la simple programación.
Recuerdo que, a finales de los años ochenta, cuando empezaban los Erasmus, me encontré como vicedecano que era entonces de la FIB-UPC hablando con mi equivalente en una universidad sueca. El «problema» era que nos habían enviado un estudiante sueco «de Erasmus» quien, según decían sus profesores en la FIB-UPC, no tenía conceptos básicos como lo que era una pila o un árbol, cómo programar un bubble sort y cosas así.
Mi colega sueco me dijo que ellos enseñaban informática y que de la programación ya se encargaban otros (citó concretamente la India y Bulgaria…). Ahí aprendí yo la diferencia entre programar (algo al acceso de muchos autodidactas) y saber realmente informática (algo muy distinto y mucho más completo, que sí exige una carrera universitaria). Cosas veredes amigo Sancho.
Estoy de acuerdo en que programar no es lo mismo que informática, pero que un estudiante salga de una carrera de informática con carencias en programación sería como que un licenciado en exactas no supiera multiplicar correctamente. Y esto es algo que SI sucedía en las ingenierías en informática, por lo menos en mi promoción (finalicé la carrera en el 2003).
Y del mismo modo si creo que hay muchos profesores de informática que tienen grandes carencias tanto en programación básica como en temas de actualidad de la informática, y esto es un lastre para todos sus alumnos. Esta era la tónica general en mi universidad en Madrid, percibida por todos los alumnos.
En todo caso, un artículo ciertamente muy interesante.
Un saludo,
Luisma