En mi columna de Enero ya indicaba el protagonismo que la Inteligencia Artificial (IA) iba a tomar en este año 2017, y cierto es que está en el foco de la industria de las TI y más concreto en el desarrollo de software.
Si en esa reflexión se centraba en la evolución de los asistentes digitales de los smartphones, ahora le toca el turno a su influencia sobre el trabajo que desempeñaremos nosotros mismos. En un reciente comunicado de Gartner, la consultora nos indica que la Inteligencia Artificial en tan sólo cinco años podría convertir algunas tareas de profesionales especializados en utilities.
Concretamente, predicen que para el 2022, las máquinas inteligentes y los robots podrían reemplazar a los profesionales altamente capacitados en ciertas tareas dentro de la medicina, el derecho, los servicios financieros y las TI. De tal manera que ciertas labores que ahora cuentan con altos márgenes de beneficio pasarán a ser utilities, convirtiéndose en servicios profesionales de bajo coste. Y la Inteligencia Artificial será capaz de transformar estos trabajos complejos en un servicio medido que la empresa paga por su consumo, como es el caso de la electricidad.
La Inteligencia Artificial será capaz de transformar estos trabajos complejos en un servicio medido que la empresa paga por su consumo, como es el caso de la electricidad
En base a este pronóstico, los CIOs desempeñarán un importante papel en la preparación de las empresas para el impacto que la Inteligencia Artificial tendrá sobre la estrategia empresarial y el empleo humano. Influyendo concretamente en las prioridades de contratación.
La preparación de cualquier profesional es costosa y se invierte mucho tiempo, como así sucedería con el aprendizaje al que se debería someter a una máquina inteligente… Pero una vez conseguido, se pueden agregar más máquinas inteligentes por un coste sensiblemente inferior. Cosa que no sucede con los profesionales.
Ojalá nunca lleguemos a un escenario de sustitución, pero cierto que en este corto espacio de tiempo se podrá complementar a los profesionales en algunas tareas rutinarias y repetitivas, de tal forma que habrá que centrarlos en la resolución de problemas más complejos o en la mejora de los niveles de servicio.
En lo que a los responsables de TI afecta, la Inteligencia Artificial podrá reemplazar eventualmente muchas funciones rutinarias en operaciones tales como administración de sistemas, administración de proyectos, help desk y soporte de aplicaciones. Ya estamos viendo experiencias concretas de atención al cliente mediante el uso de bots. De tal forma que algunos roles actuales podrían desaparecer, y esos empleados quizá pudieran centrarse en trabajos más creativos que aporten valor diferencial a la empresa.
Lo que Gartner nos va indicando es que el CIO debería encargar al equipo de arquitectura de la empresa la labor de identificar qué roles del departamento de TI se convertirán en utilidades y así crear una línea de tiempo para cuando estos cambios sean posibles.
Habrá que colaborar con el departamento de RR.HH. para asegurar que la organización tenga un plan para mitigar el impacto que la IA causará, como ofrecer planes de capacitación y perfeccionamiento para ayudar al personal operativo a pasar a posiciones más creativas.
Está claro que la transformación digital de los negocios va a tener muchas más “ramificaciones” y la integración no sólo será de procesos, sino también entre departamentos que tradicionalmente estaban más desconectados.