Hablar sobre la inclusión o no de herramientas de inteligencia artificial en la empresa ya no es ni siquiera opcional, es una realidad y, a diferencia de otras de otras incipientes tecnologías, esta cuenta con muchos adeptos incluso en el personal menos tecnólogo de las compañías. Asumiendo esta premisa, la meta no puede ser otra que intentar utilizarla de una manera racional, consciente y segura, y es ahí donde radica la complejidad.
Uno de los parámetros a tener en cuenta es el alcance de dichas herramientas, es decir, ¿vamos a utilizar únicamente fuentes externas, o vamos a permitir que “aprenda” de la documentación interna? En este segundo caso, ¿cómo vamos a delimitar la utilización posterior de esa información? ¿Podremos replicar el control de acceso que tenemos instaurado en la compañía a la entrega de información por parte de esta AI?
Pero no solo deberemos preocuparnos de la segmentación y utilización de esta información, si no que incorporaremos parámetros que hasta ahora no teníamos, y es la perspicacia del trabajador a la hora de preguntar, y es que, tal y como hemos visto en ejemplos mediáticos, con una buena verborrea y capacidad de “convicción”, los usuarios podrán llegar a respuestas que muchas veces no deberían darse, y la limitación de esta entrega se imagina harto difícil de conseguir.
Hablar sobre la inclusión o no de herramientas de inteligencia artificial en la empresa ya no es ni siquiera opcional
Y por si todo esto fuese poco, nos encontramos con otro variable como es el sesgo cognitivo. Probado está que dependiendo de que tipo de ingesta de datos tenga la AI, sus respuestas podrían incluso tener tendencias políticas claras, es decir, ya no solo tendremos que preocuparnos de qué información ofrece, si no de la información que la educa, antojándose incluso más importante esta segunda. Y esto me hace pensar, si no deberíamos incluso dedicar equipos de marketing y/o comunicación para entrenar estas herramientas, de forma que los discursos sigan siempre la línea y el discurso que la compañía quiere transmitir, de forma que no puedan existir versos libres.
Está claro que la incorporación de la Inteligencia Artificial a las empresas no será solo la inclusión de un nuevo plugin o juguete para los usuarios, si no que será un gran proyecto de transformación empresarial.