Por mucho que digan, al menos en nuestro sector, siempre ha habido crisis. Sí, porque en otras épocas más esplendorosas, las empresas, sobre todo las multinacionales, cada año, imponían (e imponen) objetivos que eran muy complicados de cumplir. Por mucho empeño que pusieras, incluso aunque te favorecería la coyuntura, pocas veces llegabas al objetivo, Con lo cual, siempre sufrías la “crisis”.
También es cierto, que muchas veces estabas muy próximo a cumplir, y, en estos momentos prevacacionales, tenías la perspectiva de que, después del verano, se reactivaría “la cosa” y se podría llegar al plan preestablecido…
Pero no estamos en esas épocas. Estamos en 2012, y tenemos la seguridad de que, después del verano no habrá algo mejor de lo que tenemos ahora. ¡Una lástima!
No ayuda la coyuntura, no ayuda el momento económico, y no ayudan nuestros políticos, que nos engañan una y otra vez. Hemos perdido, entre otras cosas importantes, algo decisivo: credibilidad. Esto es realmente muy grave. Si no somos capaces de decirle a nuestro médico dónde y cómo es el dolor, será muy difícil que nos cure.
Tenemos una enfermedad muy grave (esperemos que no incurable) y le contamos a nuestro médico, que es Europa, que nos duele un poco la cabeza, “pero que no es nada”. Y, claro, nuestro médico, que encima es alemán y tiene buena formación, ya sin auscultarnos, se da cuenta de que estamos pálidos, que tenemos ojeras, que necesitamos gafas con cristales de culo de vaso para ver, sonotone del 18 para oír, muletas para andar, y porrón de pastillas para el colesterol, el estómago, hipertensión y hasta la próstata. Sin contar el grano en el culo producido por las andanzas de nuestro Monarca o los gastos de fin de semana de la máxima representación de la magistratura.
Total, que no cuela. La “suerte” que tenemos es que debemos ya un montón de pasta y, los que nos la han dejado, quieren que se la devolvamos. Así que nos tienen que dejar dinero para pagar lo que debemos: hasta un tonto es consciente de que estas cuentas no salen; por esta vía, cada vez deberemos más y más nos costará devolverlo.
Solo hay una solución: crear empleo. Solo me doy cuenta yo, así que seguro que estoy equivocado.
Yo, con poquitos años menos, ya me hubiera ido de este país.