Hace un año, por estas fechas, con motivo de la celebración de nuestro número 200, iniciamos la convocatoria de un desayuno-debate con las máximas directivas de las más importantes empresas españolas de Informática. Por suerte, contamos con la participación de las directoras generales de las empresas más relevantes del sector. Las conclusiones del encuentro las publicamos en el pasado número de diciembre de Byte TI y en un vídeo (http://www.youtube.com/watch?v=xFEv5_-6cno) que ha sido visto por más de 6.000 internautas.
En aquella convocatoria falló una persona esencial: la directora de SIMO, María Valcarce. A través de su gabinete de comunicación, declinó la invitación. Cuento esto porque me parece paradigmático de una parte del fracaso de SIMO TCI: el actual equipo que sustituyó al de Santiago Quiroga, no es que no conozca el sector, que no lo conoce, sino que cuando tiene una oportunidad como ésta de estar al lado de personas que son sus clientes potenciales más importantes, no aprovecha la oportunidad. Aunque nada más hubiera sido por esto, la directora de SIMO tendría que haber estado en nuestro encuentro.
La actual dirección del certamen madrileño se ha conformado con la convocatoria de una muestra de perfil bajo, en el que ni siquiera convoca a la prensa para anunciar las fechas del evento o evita mandar notas de prensa con información alguna de su desarrollo. Es un auténtico desastre.
Pero, sobre todo, es una pena que no se haga un esfuerzo superior para lograr que Madrid tenga la feria tecnológica que se merece: sería bueno para todos, para la Industria, para los consumidores, para nosotros los medios de comunicación, y para la propia IFEMA.
HP y Dell, las únicas compañías grandes que todavía exponen sus productos en SIMO, hacen bien en aprovechar las buenas condiciones que con seguridad (y que yo desconozco, pero me imagino) les hace la dirección de la feria. Con su exclusiva presencia, polarizan el interés de los pocos interesados en acudir a esta devaluada feria de las TICs: seguramente les compensará lo que aportan con lo que reciben, pero el resto nos quedamos con las ganas.
Juan Manuel Sáez