El año que comenzamos promete, en materia tecnológica, continuar con la Inteligencia Artificial como estrella protagonista. En los próximos doce meses seguiremos viendo como la IA va a seguir avanzando y desarrollándose. Conviene a los CIOs, sin embargo, no dejarse deslumbrar por el foco. A día de hoy, estamos hablando de una tecnología que todavía está en pañales. Sabemos que va a ser disruptiva y que promete transformar la forma en la que operan las compañías, pero es pertinente no verse abducido por los cantos de sirena.
La similitud de lo que puede suceder con la IA la podemos establecer con los inicios de la nube. En aquel momento, muchas empresas, atraídas por el mensaje de ahorro de costes, abrazaron los entornos cloud como la auténtica panacea para reducir los gastos que les producía su infraestructura de TI. Pero lo hicieron sin haber diseñado una estrategia eficaz y apostando por una tecnología que todavía no se conocía cómo iba a evolucionar. Hoy, esas empresas que se dejaron atraer por las supuestas bondades, ven cómo los costes no sólo no se han reducido, sino que se han incrementado. Por el camino, se han encontrado, además, con problemas para gestionar los diferentes entornos y tienen dificultades para volver a mover las cargas a otra nube o incluso, nuevamente, a entornos on-premise. La nube convertida en el nuevo on-premise.
El hecho de que medios como Byte TI y el resto de especializados hablemos sobre IA no tiene más objetivo que el de dar a conocer los avances que se están produciendo en esta materia. Sin embargo, ello no significa que haya que implementar soluciones que prometen acelerar la productividad y reducir los gastos de personal en tareas ineficientes y de poco valor.
El CIO debe estar en los consejos de dirección para ayudar en el diseño de una estrategia sobre la IA
Seguramente, habrán visto como muchas compañías del sector están vendiendo la incorporación de la IA en sus soluciones cuando hace menos de un año, no tenían ninguna herramienta de IA. ¿Cómo es posible? No lo es. Lo único que ha cambiado es que han cambiado la nomenclatura. Muchas de esas soluciones, hace 12 meses, hacían referencia al Machine Learning, al Big Data, a la analítica o a la automatización. Ahora han mutado, todas ellas, en Inteligencia Artificial.
Estamos ante una tecnología que va a cambiar todo, pero quizá conviene pararse a pensar un poco en los beneficios que se pueden obtener a día de hoy y si esas ventajas no serán mayores dentro de un año. Es necesario, desarrollar una estrategia que esté bien planificada para adoptar la IA dentro de los procesos de la organización para que no ocurra como con la nube en sus inicios.
El papel del CIO, va a ser fundamental y por eso es necesario que todos ellos se encuentren dentro del comité de dirección. Convencer a muchos CEOs y responsables de una empresa de que la IA no es un ChatGPT para todo, va a ser difícil.
