Según IDC, el 90% de las organizaciones tiene actualmente una o varias nubes. El gran problema que estamos teniendo en la actualidad es la observabilidad del conjunto: cada entorno de nube viene con su propia herramienta de supervisión y monitorización, por lo que los equipos de infraestructura tardan cada vez más tiempo en recolectar todos los datos de las diferentes consolas para poder entregar al CFO o a la función de FinOps la foto de lo que está pasando en cada momento. La tendencia para 2023 es lograr una observabilidad de extremo a extremo. De hecho, el 56% de las organizaciones en Europa ya está demandando este tipo de soluciones. Por eso para este año 2023 la función de FinOps se tiene que refinar, desde el momento en que estamos pasando de un escenario de proyectos digitales a “negocio digital”. Y hay dos soluciones para este mayor control: o se crea la figura interna o se subcontrata a través de outsourcing, para lograr reducir al máximo las desviaciones presupuestarias.
El gran problema que estamos teniendo en la actualidad es la observabilidad del conjunto
Qué duda cabe que esta situación multi-nube o de nube híbrida también presenta importantes retos en la gestión de identidades. Se espera sin duda para 2023 un importante crecimiento en los ataques para eludir la autenticación Multifactor (MFA) mediante el uso de tecnologías ‘deepfake’. Esta situación requerirá incrementar la inversión en soluciones de gestión de identidades para evitar ciberataques que aumenten el riesgo de fraude de identidad, engaño financiero y desinformación. Por ello, en 2024 el 60% de las principales empresas europeas habrán aumentado su gasto anual en ciberresiliencia en un 20% para proteger sus inversiones digitales contra el ciber riesgo —lo que supondrá un gasto adicional de 5.900 millones de euros en seguridad en 2024. En España, el mercado crecerá en 2023 un 9,2% alcanzando los 2.130 M€, lo que apalanca la tendencia sobre todo en los servicios de integración.