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Gemma Martín Repoller CIO de Suardiaz Group

Mujeres TIC: Gemma Martín Repoller, CIO de Suardiaz Group

Nombre: Gemma Martín Repoller
Cargo: CIO de suardiaz Group
Fecha de nacimiento: 24 de noviembre de 1970 Hijos: dos
Hobbies: pilates, viajar, gastronomía, música y deportes
Estudios: Ingeniería Informática, UPM.

Entrevista con Gemma Martín Repoller, CIO de Suardiaz Group

¿Cómo llegó al mundo TIC?

Fue a raíz de una charla que nos dieron en el colegio para orientarnos sobre qué tipos de estudios y salidas profesionales podíamos escoger.

Hasta ese momento yo quería estudiar Derecho porque quería ser abogada y era más hábil para las asignaturas de letras que para las de ciencias. Pero durante esa charla nos enseñaron ordenadores, nos hablaron de lo que era la informática y me di cuenta de que también me atraía mucho todo el tema de las teclas y las pantallas.

Entonces decidí reconvertirme y estudiar Bachillerato de Ciencias puras. Informática era una ingeniería y en aquellos momentos sólo se podía estudiar en la UPM.

Compatibilicé mis estudios universitarios con trabajos siempre relacionados con las TIC. Mi primer trabajo fue en Yoplait que, aunque inicialmente me habían contratado de Administrativa, al enterarse que estaba estudiando Informática me propusieron cambiar a un departamento que se estaba empezando a crear: el departamento de Informática.

Aunque parezca difícil de creer, en esa época (finales de los 80-principios de los 90) muy pocas empresas tenían departamentos de Informática.

Luego me pasé al mundo de la consultoría, principalmente de ERP’s, durante varios años y me permitió conocer procesos de negocio muy diferentes en muchos clientes distintos, ejerciendo funciones como consultora senior, jefa de proyectos y coordinadora del equipo de consultores funcionales.

Por último, volví otra vez al cliente final donde mis últimos 15 años he ejercido de Directora de IT / CIO. Me considero muy afortunada de poder decir que mi vida laboral siempre la he desarrollado en el mundo TIC.

¿Qué es lo que más valora de su trabajo?

Lo que más valoro es poder trabajar en lo que me gusta y tener la oportunidad de vivir y experimentar en primera línea los cambios y la transformación digital que estamos viviendo. En los últimos años la tecnología está avanzando cada vez más y más rápido y es emocionante poder ser testigo y parte de ello.

En su opinión ¿qué es lo que falla para que las mujeres no apuesten más por el estudio de carreras STEM?

Por un lado, creo que en parte se debe a que las propias mujeres tendemos a infravalorarnos a nosotras mismas. Quizás por herencia cultural que aún nos rodea.

Hace unos años había mucha tendencia a pensar que ciertas carreras, sobre todo las ingenierías y las matemáticas, solo las podían estudiar los hombres porque ellos estaban más capacitados que nosotras para estudiar y trabajar en todo lo relacionado con las ciencias y la tecnología.

Y, por otro lado, creo que faltan referentes femeninos que puedan servir de ejemplo para muchas mujeres y niñas. Afortunadamente creo que eso está cambiando ya en las últimas generaciones. Cada vez estamos viendo más mujeres estudiando carreras STEM y se está empezando a dar más visibilidad a referentes femeninos. También pienso que el hecho de que nuestros hijos ya sean “nativos digitales” está ayudando a que tanto los niños como las niñas se estén familiarizando con la tecnología y las ciencias desde pequeños y está contribuyendo a cambiar esa opinión.

Hoy en día ya no le resulta raro a nadie ver a las chicas jugar a videojuegos, cuando en mi época sí lo era y mucho.

¿Cree que existe el “techo de cristal” en las empresas TIC? ¿Cuál debería ser la solución?

En algunas empresas todavía sí, aunque creo que poco a poco está desapareciendo. Cada vez es más frecuente ver a mujeres en puestos de alta dirección.

En mi opinión, la solución para eliminar el “techo de cristal” hay que abordarla desde dos niveles:

  • A nivel personal/familiar: El reparto desigual de las cargas familiares debe cambiar y ser más equitativo. Debe dejar de recaer la mayor parte de ellas en las mujeres y se debe compartir a partes iguales entre los miembros de la pareja.

Y las primeras que tenemos que aprender a compartirlas somos nosotras. Debemos dejar de pensar que solo es nuestra responsabilidad y debemos terminar con los cargos de conciencia que nos puede generar si no las hacemos nosotras.

  • A nivel laboral: Las empresas deberían hacer procesos de selección objetivos, es decir, nombrar o seleccionar a las personas solo en función de su valía profesional y de sus capacidades para el puesto y evitar que el género de un candidato o el hecho de ser madre condicione un nombramiento o sea un criterio de descarte.

También creo que las empresas deben seguir trabajando en mejorar las políticas de conciliación familiar.

¿Una política de cuotas puede resolver el problema?

Yo no pienso que este problema lo resuelva una política de cuotas, pero creo que puede ayudar positivamente a ello si lo entendemos como una forma de darle a las mujeres la oportunidad de ocupar un puesto que habitualmente estaría ocupado sólo por hombres. Eso sí, siempre y cuando todos los candidatos al puesto estén en igualdad de condiciones curriculares. No estoy de acuerdo en que por cumplir una política de cuotas se contrate a una mujer si su perfil no cumple con las necesidades del puesto.

¿Qué dificultades se encontró usted para llegar a la posición que tiene actualmente?

Afortunadamente, en la mayoría de las empresas en las que he trabajado siempre me han valorado por mi experiencia y por mi valía profesional sin que me condicionara el hecho de ser mujer. De hecho, hubo una empresa que me contrató sabiendo que me acababa de quedar embarazada justo cuando me hicieron la oferta del puesto. Es un gesto que siempre agradeceré y que me demostró que mi condición de ser mujer y futura madre no era un impedimento para tener una oportunidad laboral como la que ellos me dieron.

Pero no siempre ha sido así. Al principio fue muy duro. En una empresa en la que trabajé al inicio de mi carrera profesional, yo era la única mujer del departamento de IT y tenía que demostrarle constantemente a mi superior que mi trabajo era igual de válido y bueno que el de mis compañeros porque no se fiaba de mí. Pensaba que por ser mujer no estaba igual de capacitada que ellos. También he tenido que experimentar que en un par de procesos de selección no me eligieran para el puesto, a pesar de ser la candidata más preparada, solo por el hecho de ser mujer. Pero todo esto, lejos de desmotivarme, siempre me ha dado más fuerzas para seguir luchando por intentar llegar a donde he llegado hoy.

¿Qué es lo que más valora de su empresa con respecto a la integración de la mujer?

Suardiaz Group es una compañía cercana y familiar que apuesta por el talento y por la igualdad de todos sus empleados. Desde que me incorporé a la empresa siempre he contado con el apoyo de la Dirección General y valoro mucho que mis opiniones y decisiones sean respetadas. Me siento muy orgullosa y feliz de formar parte del equipo directivo de Suardiaz.

Un dato a tener en cuenta, por ejemplo, es que en el área de IT el 50% de la plantilla somos mujeres y esa proporción lleva siendo así desde hace más de 15 años, antes de que yo me incorporara.

Lo cual demuestra que en Suardiaz Group se lleva trabajando por la igualdad y la integración de la mujer desde hace muchos años. Además, todas las iniciativas y planes que se llevan a cabo siempre están orientados a garantizar la igualdad de oportunidades.

Un 35% de alumnos no logra ni acabar el bachillerato ni la FP equivalente, ¿está en la educación el problema de la falta de perfiles especializados?

Creo que una gran parte del problema sí. Nuestro sistema educativo no está orientado a formar alumnos especializados. Y eso a veces puede provocar falta de motivación. Debemos asumir que la tecnología ya forma parte de nuestro entorno y de nuestras vidas y, de la misma manera que hay asignaturas que son obligatorias como Lengua y Matemáticas, se deberían incorporar también más asignaturas obligatorias relacionadas con la tecnología, por ejemplo, robótica, programación, ciberseguridad, y otras opcionales … Creo que eso ayudaría a adquirir unos conceptos básicos que podría facilitar la creación de más módulos y grados relacionados con las TICs y ayudar a generar más recursos con perfiles TIC que tan demandados están.

¿Le han servido los estudios que hizo para realizar su labor actual?

Por supuesto que sí. Para mi labor actual y para todas las anteriores. Me han aportado una base de conocimiento muy importante y útil que creo que es importante tener porque facilita la toma de decisiones a la hora de elegir una solución o definir una estrategia para la compañía.

Solucione el problema de la educación en España…

Ojalá pudiera tener una varita mágica, pero empezaría por intentar tener una Ley de Educación estable, con un mínimo de consenso, que no se pudiera modificar tan fácilmente cada vez que se cambie de gobierno. Hay que seguir invirtiendo en infraestructuras, en dotar de más medios tecnológicos a los centros educativos, en reciclar al profesorado para que se puedan apoyar en la tecnología y convertirla en una herramienta más de trabajo. Quizás se debería cambiar también el modelo educativo, hacerlo más práctico y no tan teórico.

Y en los ciclos de Primaria y Secundaria reforzaría más la lectura, la escritura y exponer trabajos en público. Las nuevas generaciones cada vez leen menos y escriben peor, y es fundamental tener una buena base de comunicación hablada y escrita para cualquier puesto de trabajo que se desempeñe en el futuro.

Si tuviera que aconsejar a un joven qué estudiar de cara a obtener un futuro laboral estable, ¿por dónde le orientaría?

Siendo del mundo TIC y con la transformación digital demandando tantos recursos yo le aconsejaría que estudiara una carrera (grado / módulo) tecnológica: informática, telecomunicaciones, ingeniería, matemáticas, estadística,…

¿Hacia dónde cree que va el sector TIC? En su opinión, ¿cuáles van a ser las tendencias que realmente van a transformar la sociedad?

La IA, análisis de datos, ciberseguridad, desarrollo de aplicaciones,… son las áreas hacia donde creo que está yendo el sector TIC. La digitalización de procesos en cualquier área, en mayor o menor medida, es lo que realmente está transformando ya la sociedad.

En muy poco tiempo, sobre todo a raíz de la pandemia, hemos visto una transformación muy grande en la digitalización de procesos, por ejemplo, en áreas médicas, administraciones públicas, enseñanza, que de no haber sido por la necesidad de seguir prestando servicios de forma remota se habría llevado a cabo a un ritmo mucho más lento.

Por otro lado, la sociedad ya está cambiando sus hábitos. Está pasando de hacer muchas tareas de forma presencial a hacerlas de forma remota, por ejemplo, gestiones bancarias, trámites burocráticos, compras online, videoconferencias, … desde el teléfono móvil o el portátil. La forma de trabajar en las empresas también está cambiando. El teletrabajo híbrido ha llegado para quedarse y eso está permitiendo a las empresas, por ejemplo, poder establecer planes de conciliación familiar de una forma más fácil y flexible.

Y las relaciones sociales también están cambiando. Las redes sociales y las aplicaciones nos están permitiendo estar más interconectados con familiares y amigos, pero, por el contrario, también se está perdiendo la interacción física entre las personas y creo que eso se debería cuidar más. Los jóvenes de ahora, cuando se reúnen, hablan entre ellos a través del móvil en lugar de hacerlo verbalmente.

IA, automatización, robótica, ¿de verdad cree que el futuro pasa por las personas?

Totalmente. Todo eso no dejan de ser herramientas que nos están ayudando a realizar tareas repetitivas que no nos aportan valor añadido y que nos ayudan a mejorar nuestras vidas. Pero quienes que realmente detectan nuevas necesidades, definen estrategias de investigación y desarrollo y aplican la parte ética y emocional somos y seguiremos siendo las personas… Por lo menos hasta que no se consiga clonar el cerebro humano y comprobar que una máquina es capaz de actuar y tomar decisiones como lo haría una persona sin parecer un robot.

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