Uno de los principales retos que tienen por delante los departamentos de TI de las organizaciones son los sistemas heredados o legacy. Para tratar cómo se abordan los problemas relacionados con el legacy, Byte TI organizó un encuentro, patrocinado por Incentro y que contó con la participación de Jesús Gómez, director de sistemas de información de atl Capital; Miguel Cortés, CIO en Incentro; Gustavo Martínez, CIO de Zermatt; Conchi García, Consultora de Sistemas de Información en Comunidad de Madrid; Alejandro Expósito; Juan Luis Vicente Carro, Jefe de departamento de gestión TIC y normativa de la Policía Municipal de Madrid; Ildefonso Vera, director de innovación y transformación digital de Isdefe; Naidalyd Varela, IDT Manager de BAT; Luis Alberto López, responsable de TI Ayto. Hoyo de Manzanares y Manuel Tarrasa, CIO de Prosegur
El legacy supone uno de los retos más importantes de los departamentos TIC de las empresas, pero para buena parte de los asistentes, antes de abordar cuál es la gestión que se debe llevar a cabo, parte de los asistentes analizaron cuál es el papel que tiene que jugar un CIO en la estrategia de la empresa. En este sentido, Jesús Gómez, director de sistemas de información de atl Capital, señaló que “el rol del CIO tiene que cambiar porque en la actualidad su papel debe ser el de director de Innovación de la compañía. Por eso es altamente recomendable su presencia en el consejo de dirección de la empresa porque es quién puede ayudar a convencer al resto del comité de la necesidad de emprender un camino que además es inevitable y que pasa por la innovación y la digitalización. Actualmente el CIO debe jugar uno de los papeles más importantes de la compañía como encargado de liderar la gestión del cambio y concienciar al resto en la importancia de evolucionar a las nuevas tecnologías”.
Naidalyd Varela, IDT Manager de BAT, aseguró que “el papel de un CIO ha de estar ligado con la estrategia de TI y la estrategia del cliente interno y externo. El CIO actual tiene la visión de tener la arquitectura empresarial en mente y añadir ahí el modelo de TI. Es decir, un CIO está capacitado para cambiar la arquitectura de TI porque conoce la arquitectura de la empresa. Su objetivo principal debe ser el de alinear tecnología con el negocio”.
Retos de trabajar con los sistemas legacy
Trabajar con sistemas heredados supone una serie de desafíos que los responsables de TI deben abordar. Para buena parte de los asistentes, la ciberseguridad es uno de los más acuciantes. Así por ejemplo, Gustavo Martínez, CIO de Zermatt, afirmó que “la ciberseguridad es importante. El principal problema al que nos enfrentamos con el legacy es que esa ciberseguridad la tenemos que administrar con sistemas obsoletos. Por eso, tenemos la obligación de establecer mecanismos para mantener esos sistemas aislados para mantener la seguridad de toda la compañía”.
Es esa antigüedad de muchos equipos lo que entorpece la acción del día a día de un CIO. Conchi García, Consultora de Sistemas de Información en Comunidad de Madrid puso como ejemplo el de una administración como la Comunidad de Madrid: “Los sistemas de la Comunidad de Madrid llevan instalados desde hace 30 años, así que el primer problema es la obsolescencia, que puede afectar a datos sensibles de los ciudadanos. Otro gran riesgo es que no es fácil modificar los sistemas legacy y esa dificultad hace que no nos podamos subir al carro de las innovaciones de la digitalización. Y además de todo ello, tenemos que ser conscientes de que si decidimos cambiar hay que hacerlo de forma correcta y formar a los empleados para que cambien la forma de trabajar. Unido a esto tenemos una lucha muy importante por el talento en las nuevas tecnologías, que todavía se acrecienta más cuando hablamos de herramientas o equipos más antiguos”.
Alejandro Expósito incidió en esa dificultad de encontrar perfiles especializados que trabajen con tecnologías antiguas: “lo de la parte del talento es totalmente cierta. Si ya es difícil encontrar perfiles adecuados para tecnologías actuales, lo es mucho más para aquellas que ya tienen muchos años. En nuestro caso tenemos sistemas legacy porque hay procesos industriales donde la planificación es tan compleja que una vez que se realiza es muy complicada de cambiar porque volver a cambiar el procesos te puede llevar dos o tres años. Un caso claro es el uso de Windows 95 que se sigue usando. En casos como éste, el CIO debe valorar los riesgos que corre y cómo puede ser capaz de ir cambiando paso a paso.”
Para Ildefonso Vera, director de innovación y transformación digital de Isdefe, “la empresa que no innove no va a ser competitiva. Para nosotros el legacy nos viene por dos bandas. Por un lado, las personas que trabajan en programas, nos preocupan menos, pero es cierto que internamente tenemos determinados problemas. Nosotros buscamos cuál era la funcionalidad que nos demandaba nuestro cliente interno y luego está el tema de la seguridad. Nosotros hemos barajado esos dos elementos y vimos que el gran desafío está en las personas. Por ejemplo, nos costó mucho la migración a la nube del correo electrónico. Nosotros analizamos todas las aplicaciones y al final lo que hacemos ahora es buscar una plataforma de low-code para disminuir las dificultades que tenga el cliente”.
Naidalyd Varela añadió que efectivamente convencer a las personas es un reto añadido: “Si tu estás migrando a nuevas tecnologías y tienes expertos en tecnologías antiguas, una de las cosas más difíciles es convencer a esas personas de que es mejor, y que ellos no van a perder su trabajo por eso. Esa es una de las mayores dificultades ya que muchos empleados se niegan a implementar nuevas soluciones o a cambiar los procesos porque creen que eso va a acabar con su puesto de trabajo”.
La solución para Manuel Tarrasa, CIO de Prosegur, pasa por motivar a las personas para que acepten los cambios. En este sentido incidió en que “nos faltan mimbres porque, al final, es un problema de motivación de las personas. Creo que lo que mejor funciona para que se adopten determinados cambios es la aparición de una crisis porque en ese escenario todo el mundo se alinea y trabaja de forma conjunta. Esto es algo que vimos todas las empresas con la irrupción de la pandemia. Pero no puedes estar a expensas de que se produzcan crisis de forma constante. La pregunta es, ¿por qué en una crisis las personas aceptan los cambios y cuando no existe esa crisis no los aceptan? Esto es lo que me lleva a pensar en que no motivamos de forma suficiente y adecuada a las personas”.
Para Luis Alberto López, responsable de TI del Ayuntamiento de Hoyo de Manzanares, “la motivación surge de dentro hacia afuera. La cuestión es que tú puedes poner todos los elementos necesarios para motivar, pero si esa fuerza no surge de las personas, no sirve para nada. Hay que motivar a la gente en función de lo que le motiva: no solo se trata de dar incentivos económicos, porque hay gente que necesita sentirse valorada más allá de ello. Hay que favorecer el trabajo en equipo”.
Beneficios de mantener el legacy
Por qué a día de hoy se sigue apostando por mantener esos sistemas heredados. Hay diferentes factores, pero en general el aspecto económico y el de la dificultad de cambiar los procesos son los dos más importantes. Así, Juan Luis Vicente Carro, Jefe de departamento de gestión TIC y normativa de la Policía Municipal de Madrid aseguró que “nuestra única motivación para mantenerlos es la falta de presupuesto. Carecemos de medios técnicos y materiales. Nosotros tenemos un entorno muy lento y es muy difícil para los trabajadores cambiar porque el empleado se encuentra cómodo. A futuro, cuando cambiemos, daremos a los empleados que no quieran cambian funciones mas rutinarias. Ahora mismo tenemos que aislar los sistemas para proteger algo que muy pocas personas saben cómo funciona”.
Para Manuel Tarrasa, “el problema es que cuando tienes un sistema que es tan grande que lleva operando 20 años, significa una operativa y unos costes tan grandes que es imposible ejecutar, por lo que la única solución es aislarla. Yo lo llamo efecto Chernóbil”.
Gustavo Martínez, CIO de Zermatt, considera que el cambio tiene que involucrar a toda la organización. En su opinión, “la innovación tiene que ser 50% negocio y 50% tecnología, En nuestro caso tenemos que cambiar los procesos de las aplicaciones de servicio y la de la maquinaria. En las primeras es más complejo. Las compañías están en constante evolución y es obligatorio cambiar algo. Hay que diferenciar lo que se puede y no se puede cambiar. Para ello hay que buscar las maneras a través de soluciones virtualizadas o reinventar un poco el servicio. También hay ocasiones en que vemos que si eliminamos una aplicación, el negocio funciona igual, por lo que descubrimos que no era tan necesaria”.
Para Jesús Gómez de atl Capital, “en nuestro caso es el cliente el que nos dicta cuáles son las tecnologías que tenemos que implementar, como ejemplo la omnicanalidad. Lo cierto es que la nube es esencial en la migración del legacy. Es más operativa y funcional porque permite conectar de forma ágil todos los sistemas.”
Naidalyd Varela, sin embargo, no apuesta por una tecnología u otra, sino que prefiere un término medio. En este sentido, la CIO de BAT señala que “si un responsable TIC ha decidido que es mejor quedarse con el legacy es porque considera que todavía le proporciona la agilidad suficiente a la compañía. El tema es descubrir cuándo es el momento para cambiar el legacy y no sólo cambiarlo por cambiarlo».
Miguel Cortés, CIO en Incentro cree que en el proceso de cambiar el legacy “es importante la parte de construir aplicaciones más a medida, pensando más en una arquitectura de microservicios. En este sentido ayuda mucho a mover el legacy porque el 80% de las infraestructuras están preparadas para ello. Esto además te ayuda a reducir los costes. El low-code también ayuda a desarrolla aplicaciones más rápido aunque es cierto que se necesita un desarrollo formativo. Para mí un elemento clave es tener un arquitecto en condiciones que sea capaz de diseccionar todo el mapa de IT para que ayude a canalizar todo el procesos de modernización”.