En la fase actual el mercado ha ido evolucionado a una convergencia de dispositivos móviles, hasta el punto de que los terminales móviles han usurpado gran parte del terreno en el cual se movían las PDAs. Una evolución que ha venido marcada por el auge de las comunicaciones, y la existencia masiva de terminales celulares, que ya superan en número a las líneas fijas de comunicación.
La evolución en los dispositivos de bolsillo ha hecho que los grandes fabricantes de PDA hayan evolucionado hacia las comunicaciones móviles… cuando no han abandonado este segmento. Grandes nombres como Sony, Dell, Palm, Fujitsu Siemens o Casio han abandonado este sector. En algunos casos mantienen una cierta presencia en oriente, principalmente en Japón, o sólo atienden a grandes empresas con encargos de cierto volumen, como Dell, Fujitsu Siemens y Toshiba.
Otros fabricantes como HP se mantienen en el terreno de las PDA pero han creado también dispositivos de navegación así como otros de comunicación. Y algunos como Palm, uno de los iniciadores de la gama de dispositivos de mano y máximo exponente en el pasado, ha ido migrando de forma gradual hasta lanzar únicamente modelos de comunicaciones.
De la otra parte de la convergencia vienen dispositivos de fabricantes tradicionales de telefonía móvil, como Nokia y Samsung, que ha logrado dotar de amplias funcionalidades a sus modernos terminales. De hecho algunos de los terminales más avanzados provienen de estos fabricantes que han sabido aprovechar las avanzada circuitería presente en un terminal móvil, y aumentar no sólo el número sino también la calidad de las funcionalidades de estos dispositivos. La reproducción de vídeo comienza a ser un elemento presente en estos equipos, por no mencionar la de audio, o las avanzadas prestaciones de mensajería instantánea o correo push email.
En medio, algunos fabricantes, como Mio o Medion que llegan desde el terreno de los navegadores y que también han evolucionado hacia dispositivos de comunicación. Lo cierto es que los clásicos PDA van desapareciendo del mercado para dar paso, por un lado a dispositivos especializados, como los de navegación GPS, y, por otro, a terminales móviles que han incrementado su funcionalidad y reunido en un solo equipo todas las grandes prestaciones de los “viejos” asistentes personales.
El resultado es que se puede pregonar que el asistente digital ha muerto, o casi, pero larga vida a los dispositivos convergentes. Al final el beneficiado es el bolsillo del usuario que debe llevar menos peso para obtener más y mejores prestaciones.
