Al igual que ocurrió con la primera revolución industrial, la integración de recursos y la tecnología son ahora la clave del salto al mundo digital.
A finales del siglo XVIII en Reino Unido se produjo la primera revolución industrial, que cambió el mundo tal y como lo conocíamos. Las máquinas de energía hidráulica y vapor permitieron acelerar de forma considerable la producción de bienes.
Más tarde, con la aparición de las líneas de producción masiva, llegó la segunda revolución industrial, mientras que la tercera comenzó en el siglo XX, cuando se empezó a automatizar la producción gracias a la tecnología informática.
Ahora está cobrando impulso la cuarta revolución industrial gracias a los avances del Internet de las cosas (IoT), la automatización y la robótica, tecnologías que, junto con los análisis y los sistemas de Big Data, constituyen elementos clave en esta nueva era que se ha dado en llamar Industria 4.0. Esta nueva revolución, que está en el corazón de lo que hemos venido a llamar “Transformación Digital”, está impulsando el desarrollo de diversos sectores.
En el manufacturero, ya existen fábricas inteligentes con mantenimiento automatizado y la eficiencia está mejorando de forma considerable, mientras que en el campo de los servicios financieros la automatización permite lidiar con una cantidad de datos en constante aumento, ya sea en el ámbito de la atención al cliente o en áreas como la seguridad y la gestión de riesgos. En el ámbito del Retail, y de la actividad comercial de las empresas en general, el aprovechamiento de los grandes volúmenes de datos generados está propiciando nuevos modelos de interacción con los clientes, pasando de hecho del concepto de “interacción” al de “experiencia” gracias al conocimiento de los gustos, costumbres y preferencias de cada uno y a la apuesta por la inteligencia artificial (en modo de realidad virtual y chatbots automatizados) que aprovechan toda la capacidad de la tecnología.
En cualquier sector, la tecnología en la nube es una de las claves para acceder a la siguiente revolución industrial, pues permite a las empresas innovar con las últimas tecnologías. En este sentido, desempeñan un papel crucial la estrecha integración de los servicios de infraestructura, los de plataforma y las aplicaciones.
Según el informe de Oracle, La nube como puerta de acceso a la Industria 4.0, que recopila las conclusiones de una encuesta realizada a 1200 responsables de tecnología en medianas y grandes empresas de EMEA, el 60 % de los entrevistados aseguró que sólo si se adopta la informática en la nube con un enfoque integrado, se podrá aprovechar al máximo las posibilidades de grandes innovaciones como la robótica y la inteligencia artificial.
Este enfoque integrado se basa en las capacidades de procesamiento, almacenamiento y conexión en red que brindan las tecnologías en la nube, que es donde se almacenan y se procesan los datos, es decir, la materia prima que hace posible la innovación.
Hay que destacar que estos servicios gestionarán cargas de trabajo procedentes de un entorno que con la transformación digital se vuelve cada vez más diverso en cuanto a los dispositivos empleados. La cuarta revolución industrial se nos echa encima y, como las tres anteriores, será fruto de la integración de recursos y nuevas tecnologías. Al adoptar tecnologías en la nube críticas, las empresas podrán desarrollar nuevos servicios y aplicaciones para prosperar en el futuro y, en ciertos casos, incluso llegar a un nivel que nunca antes habían alcanzado.