Hasta hace poco tiempo, el mundo de las criptomonedas y el blockchain formaba parte de la vida de grandes inversores. A pesar de que muchas personas que se encuentran ajenas a todas las ventajas que ofrecen las NFT, cada día se evidencia más el creciente interés por la población general en este nuevo fenómeno que está revolucionando el mundo del arte.
De hecho, el pasado mes de febrero, Ironhack impulsó una webinar sobre NFT a la que se conectaron un total de 1.080 participantes, lo que les ha llevado a analizar el éxito y los contras que hay detrás de los NFT.
“El compromiso de Ironhack con la formación en competencias digitales nos hace recomendar siempre la misma aproximación a la tecnología: entender sus principios, propósito y funcionamiento antes de tomar decisiones. Especialmente si hablamos de decisiones de inversión de particulares en mercados de gran volatilidad», afirma Carlos Guardiola, Director of New Business de Ironhack.
El éxito de los NFT
Aunque desde finales de los años 90 existen iniciativas para reconocer la propiedad de bienes digitales, es la capacidad de identificar de manera unívoca a un propietario la que ha dado lugar al nacimiento al mercado de compraventa de la posesión de activos digitales.
Es la conocida fiebre de los NFT, una especie de certificado digital de autenticidad, nacidos en 2012, y que vivieron su gran momento en 2021, cuando las ventas sumaron más de 22.741 millones de euros según estimaciones de DappRadas, lo que supuso un aumento del 200% respecto a 2020.
El reciente interés por el mundo del arte ha sido un gran impulso para este crecimiento de activos no tangibles, puesto que, hasta ahora, el concepto del bien digital está ampliamente asociado al hecho de ser completamente replicable sin necesidad de transacciones económicas.
En este sentido, es la tecnología blockchain la que lo cambia todo. El acto de vender algo mediante esta tecnología implica que la transacción es reconocida y que lo que se compra no es una copia, sino un bien original.
Los NFT experimentaron en 2021 un crecimiento del 200% en ventas respecto a los datos de 2020
Por tanto, la propiedad del bien digital se vuelve permanente y esa es la principal aportación de los NFT: cada NFT es único, no se puede replicar ni borrar y se asocia a un token que únicamente puede poseer una persona, es decir, no se compra una licencia o una reproducción, se compra el propio bien intangible. Lo que sí se puede es transferir, es decir, el dueño de un NFT puede, a su vez, revenderlo, lo que le permite obtener un beneficio con la revalorización.
Hasta ahora, las reproducciones de un bien digital eran indistinguibles entre sí y del original. Gracias a la tecnología NFT, se pueden crear activos digitales únicos, se puede digitalizar el valor de un bien y, como hay un mercado donde ese bien puede comprarse y venderse, además de digitalizarlo, le da liquidez.
La “cara b” de la criptomoneda
El boom de los NFT también ha dado paso a la especulación y a diferentes tipos de delitos, actividades ilícitas y estafas. De hecho, según Chainalysis, en 2021 se detectó que los NFT habían movido de forma ilícita un total aproximado de más de 2.948 millones de euros.
En cuanto a las copias, la compañía Opensea hizo público el 28 de enero de este año, mediante un tweet, que alrededor de 8 de cada 10 artículos creados con su herramienta fueron obras plagiadas, colecciones falsas y spam.
Por su parte, la plataforma DeviantArt implantó un sistema de alertas de fraude en busca de copias de NFT y ya han emitido alrededor de 80.000 alertas de estafa, llegando a aumentar un 300% a principios de 2022.
Otro punto negativo es la alta capacidad de contaminación que se esconde detrás de los NFT. Las transacciones digitales necesarias para llevar a cabo un único NFT consumen un total de 340 kWh de energía y producen alrededor de 211 kg de CO2 y se multiplica tantas veces como se venda, de acuerdo con datos de Memo Atken.