El informe presentado el pasado viernes 8 de mayo de 2020 en el Tribunal Superior de San Mateo contempla que Facebook pague 52 millones de dólares a todos los moderadores, tanto a los que siguen trabajando como a los que lo dejaron, como compensación por las secuelas psicológicas sufridas en el desempeño de sus funciones.
El acuerdo que concierne a todos los empleados que comenzaron a trabajar para la empresa desde 2015 en Florida, Arizona, Texas y California, también contempla asesoramiento y apoyo extra a los que siguen ejerciendo sus funciones actualmente.
Mil dólares recibirá cada uno de los once mil doscientos cincuenta profesionales que se podrán acoger a esta medida, una cantidad que puede verse incrementada en los casos individuales que puedan confirmar padecer estrés postraumático u otros problemas psicológicos como consecuencia del desempeño de su trabajo. Algo que los abogados personados en esta causa, consideran puede ascender a casi la mitad de los afectados.
En los casos en los que el diagnóstico fuera multipatológico, las cuantías podrían ascender hasta los 6 mil dólares por sujeto, pero cada expediente será estudiado y analizado minuciosamente para ser lo más escrupulosos y justos posibles, tanto con los empleados como con la empresa.
Facebook se ha mostrado colaborador desde el inicio, y los propios abogados de los trabajadores agradecen la buena disposición de la empresa, para llegar a un acuerdo satisfactorio para ambas partes, entendiendo que el daño sobre los profesionales es real y merecen su compensación, en la medida de lo posible, por ello.
Los moderadores de Fabebook revisan un promedio semanal de mil quinientos posts, con unos treinta segundos por cada uno
En 2019 saltó la noticia de que varios trabajadores de la empresa Cognizant que subcontrataba Facebook para funciones de moderación de la red social, se quejaban anónimamente de lo que les afectaba a nivel psicológico trabajar en esos puestos y funciones. .
Los moderadores de Fabebook revisan un promedio semanal de mil quinientos posts, con unos treinta segundos por cada uno en los que deben decidir si mantenerlos o borrarlos, bajo la presión de que cualquier mínimo error podría provocar su despido inmediato.
A esto se suma que al ser una subcontrata reciben un sueldo diez veces menor que los empleados de Facebook, y dado que firman un acuerdo de confidencialidad, tampoco pueden compartir con seres queridos cómo se sienten ni lo que están pasando.
La situación de estos trabajadores se agrava por el tipo de labor que desempeñan y los contenidos con los que lidian, lo que potencia severamente las situación de ansiedad, estrés, aislamiento y otros.