Hace casi un año, Miquel Barceló me envió, puntual, como cada mes, su artículo para la sección Temporal. Como me suele ocurrir y, gracias a las prisas con las que trabajamos, en este tipo de colaboraciones habituales no tengo la costumbre de leer el texto del mail; simplemente cojo el documento y lo guardo en la carpeta correspondiente para después de su edición, mandarlo a maquetación o volcarlo en la web.
Un mes más tarde, me extrañó que Miquel no me hubiera entregado todavía su texto. Así que le escribí preguntándole si iba a contar con él para el siguiente número. Su repuesta fue el anticipo de lo que venía: «No. Voy a dejar las colaboraciones. En mi último mail te dije que esta iba a ser mi ÚLTIMA colaboración. Mi estado de salud ya no está para esos trotes y tecleo fatal… Lo siento». Aún así, y como demostración de cómo era Miquel como persona, el último día del mes me volvió a escribir: «Manuel, esta mañana me he levantado «en condiciones» (no ocurre todos los días) y he escrito una especie de despedida. No sé si te va a llegar a tiempo, pero, en cualquier caso, aquí está. Tu mismo, haz lo que buenamente puedas». Tenía razón, la revista impresa ya estaba en la imprenta y no podíamos incluir su artículo, que sí publicamos en la web. Pero ese esfuerzo ímprovo para sobreponerse a la enfermedad y darme un último artículo indica el tipo de persona que era.
Miquel Barceló fue todo un pionero y el principal desarrollador de la novela de la ciencia ficción en España
He de decir que nunca conocí a Miquel en persona. Nuestra comunicación fue siempre a través del teléfono y del e-mail. Cuando me incorporé a Byte, allá por 1998, Miquel era uno de los colaboradores con los que contaba la revista, entonces editada por MC Ediciones. La editorial, quería dar un cambio de rumbo a la publicación para que dejara de ser vista como una revista para «frikis». Uno de los actos que nos pidieron que hiciéramos era el de prescindir de los antiguos colaboradores para incorporar nuevas firmas. Miquel, fue el único que pudimos salvar. Era una eminencia y sus artículos eran únicos. Cuando montamos MKM, Miquel decidió seguir con nosotros y abandonar a la antigua editorial. Al final, las charlas por teléfono y los e-mails, hicieron que surgiera el cariño por ambas partes. Un cariño que se mantivo hasta el final.
Pero, aparte de colaborador de Byte TI, Miquel fue todo un pionero. Ingeniero aeronáutico, doctor en Informática y diplomado en Energía Nuclear, Miquel era a su vez profesor y catedrático de la Facultad de Informática de la Universidad Politécnica de Cataluña. Pero por lo que realmente ha sido conocido es por el impulso que dió a la ciencia ficción en nuestro país. A finales de los años 80, lanzó el sello de libros de ciencia ficción Nova, en un momento en el que ninguna editorial confiaba en el éxito de este tipo de literatura. También fue el creador del Premio UPC de ciencia ficción, uno de los principales galardones europeos dedicados a las novelas de ciencia ficción. DEP.