La pandemia trajo consigo el incremento obligado y apabullante del teletrabajo. Transcurridos los periodos obligatorios de confinamiento y visto que la productividad no disminuyó, sino que en muchos casos se incrementó, los empleados, fundamentalmente, presionaron para que se mantuvieran las ventajas que el trabajo a distancia. De esta forma, el modelo híbrido se ha ido imponiendo, pero parece que al final, el empresario prioriza el control presencial del empleado que la productividad que pueda ofrecer desde su casa. La batalla no ha hecho más que comenzar y seguramente se incrementará en los próximos meses.
Los datos del último estudio «El dilema del trabajo distribuido: cuando innovación y satisfacción laboral compiten», realizado por Vanson Bourne para VMware, y que refleja de forma clara el desacuerdo entre empresas y empleados sobre innovación y lugar de trabajo.
Una de las principales conclusiones del estudio es que casi la mitad (48%) de los encuestados en España afirman que su organización es más innovadora si los empleados acuden a la oficina, sin embargo, el 85% dice conseguir una mayor satisfacción laboral si pueden trabajar desde el lugar que elijan. Además, más de la mitad (56%) de los empleados en la región de EMEA (Europa, Oriente Medio y África) con políticas de teletrabajo total e híbrido afirman contar con más moral, más creatividad (52%) y más colaboración (53%) en sus equipos que antes de la pandemia.
Mientras los empleados quieren más teletrabajo, las empresas, por su lado, no acaban de confiar, a pesar de que la innovación es mayor en aquellas que apuestan por el trabajo híbrido
Ante la creciente incertidumbre económica, los directivos de las empresas podrían impulsar el regreso de los empleados a la oficina con la esperanza de que esto permita una mayor innovación y productividad de los empleados, pero con poca certeza sobre su beneficio real. De hecho, un mayor porcentaje de organizaciones con políticas de trabajo en remoto e híbrido cuentan con métricas formales para hacer un seguimiento de la innovación y su impacto en la empresa y los empleados.
Casi todas las organizaciones de la región de EMEA con una política de trabajo en remoto (97%) cuentan con métricas para supervisar los niveles de innovación, frente al 82% de las que tienen una política de presencialidad estricta.
«La mayor incertidumbre económica está impulsando a las empresas a centrarse aún más en la innovación y la productividad, pero esto no debería ir en detrimento de todos los progresos realizados en el desarrollo de prácticas de trabajo más flexibles», afirma Lluís Altés, Senior Business Solutions Strategist de VMware Iberia. «Las investigaciones han demostrado que permitir el trabajo híbrido crea equipos más felices, más comprometidos y más colaborativos, lo que puede conducir naturalmente a un aumento de la productividad. Los empleados creen que pueden lograr su mejor trabajo cuando se les da la opción de trabajar de forma híbrida, en combinación con las herramientas necesarias, sin embargo, los líderes empresariales por su parte creen que la oficina es donde se impulsa la innovación. Nuestro estudio sugiere que un mayor número de empresas necesita desplegar métricas formales para medir el impacto y asegurarse de que la percepción no supera la realidad. Las que tienen políticas de trabajo híbrido se lo están tomando claramente en serio».
En los próximos 12 meses, casi dos tercios (60%) de las organizaciones encuestadas en España tienen previsto invertir más en su cultura digital, y una cuarta parte (25%) dará prioridad a las inversiones que impulsan la innovación y la creatividad. Impulsar esta innovación para crear eficiencias empresariales, reducir costes o aumentar el atractivo del mercado es claramente un imperativo empresarial.
La automatización y las herramientas digitales ayudan a las organizaciones a hacer más con menos. Entre las empresas en las que ha aumentado la inversión en automatización, el 41% de las empresas en España invierten en automatización para ayudar a aumentar la experiencia y la productividad de los empleados. Además, el 50% busca que la automatización ayude a acelerar la innovación, mientras que el 59% busca crear operaciones más rápidas y de menor coste. Los mayores niveles de inversión se concentran entre las organizaciones con políticas de trabajo híbrido o en cualquier lugar, frente a las que tienen políticas de sólo oficina. Esto sugiere que hay que priorizar la innovación y la productividad de las empresas, pero no a expensas de la flexibilidad del lugar de trabajo.
«El punto de inflexión en el que todos los empleados trabajen en la oficina no está garantizado”, afirma Shankar Iyer, vicepresidente sénior y director general de End-User Computing en VMware. Las empresas deben seguir buscando el equilibrio adecuado entre impulsar la innovación sin aplastar la motivación y la productividad de los empleados. Al invertir en herramientas de colaboración digital, automatización y políticas de creación de equipos, los líderes empresariales pueden impulsar la eficiencia y el éxito sin dejar de ofrecer la flexibilidad del trabajo en la oficina o en remoto». La innovación en el lugar de trabajo es uno de los muchos temas que se tratan en “El dilema del trabajo distribuido: cuando la innovación y la satisfacción laboral compiten“ pero el estudio ofrece también otras conclusiones clave:
– Cambios de poder entre empleadores y empleados. Mientras que la “Gran Dimisión” y la escasez de talento casi universal han puesto a los empleados en un punto dominante en los últimos meses, el clima económico actual añade otra capa a la dinámica de poder entre empleadores y empleados, con los empleadores comenzando a ganar ventaja.
– Grandes lagunas de talento y aumento de la rotación. A pesar del aumento general de la satisfacción laboral en los últimos dos años, todos los sectores, departamentos y regiones están experimentando escasez de talento. Y la rotación dentro de los equipos de ciberseguridad es especialmente alta.
– La automatización facilita el trabajo en cualquier lugar y el trabajo híbrido. Las inversiones en tecnología, y más concretamente en automatización, son fundamentales para reducir el agotamiento y facilitar la colaboración necesaria para mantener la innovación, incluso en un entorno distribuido.