Un VPS (Virtual Private Server) es una opción bastante popular a la hora de alojar un sitio web o una aplicación online. Después de todo, a diferencia del alojamiento compartido, el VPS nos va a ofrecer un mayor control y una personalización mucho más detallada, factores que lo convierten en una alternativa atractiva si lo que buscamos es flexibilidad o escalabilidad.
No obstante, hay diversos aspectos que deberíamos tener en cuenta. Por ejemplo, hemos de conocer la diferencia entre un VPS administrado y uno no administrado, o qué ventajas nos va a ofrecer la modalidad que hayamos escogido. Y, por supuesto, hemos de saber a qué puntos críticos prestar atención a la hora de administrar nuestro servidor.
Tipos de servidores VPS que existen
Antes de entrar en materia, hemos de aclarar que, por regla general, vamos a encontrar dos tipos de servidores VPS distintos. Estos son los siguientes:
- Administrado: Esta es la opción perfecta para aquellos que no desean preocuparse de cuestiones demasiado técnicas o que no poseen la experiencia necesaria para administrar un servidor por su cuenta. Cuando se contrata un servidor de estas características, la propia empresa se encarga de su gestión y realiza todas las actualizaciones de software
- No administrado: Aunque suele ser una opción algo más económica, el servidor VPS no administrado requerirá algo más de trabajo por nuestra parte. Eso quiere decir que tendremos privilegios de administrador, pero también que deberemos encargarnos de administrar el servidor por nuestra cuenta. Si contamos con experiencia, o tenemos necesidades muy concretas, este tipo de servidor será el más adecuado.
Cómo configurar nuestro VPS
Si nos hemos decantado por un servidor VPS no administrado, vamos a necesitar configurarlo, para lo cual es posible que necesitemos recurrir a las herramientas adecuadas. Para ello, encontraremos una serie de software específico para esta clase de tareas.
En este sentido, cPanel funciona como panel de control para administrar servidores. Por otro lado, podremos recurrir a otros programas, como Putty o Filezilla, para realizar conexiones SSH o para gestionar nuestros archivos. Todo dependerá de la necesidad concreta.
Además, deberíamos tener en cuenta el hecho de que el cliente puede elegir el sistema operativo de cada VPS. Eso sí, habrá pasos que serán diferentes si elegimos Linux o Windows.
Escalabilidad, un punto a tener en cuenta
A la hora de administrar un servidor VPS, la escalabilidad será un aspecto crucial. Después de todo, es posible que necesitemos más recursos a medida que nuestro sitio crezca. Por suerte, muchos proveedores ofrecen opciones para aumentar dichos recursos.
Además, deberíamos monitorear frecuentemente nuestro VPS para garantizar que funciona sin incidencias. Encontraremos diferentes herramientas dedicadas a este objetivo que nos permitirán verificar el uso de recursos como la CPU o la RAM, pero que también servirán para detectar otros problemas.
No debemos descuidar la seguridad
Llevar a cabo un mantenimiento continuo será toda una necesidad si vamos a administrar nuestro propio VPS. Así, es importante que hagamos copias de seguridad de forma regular y que nos aseguremos de que todo está actualizado.
Por último, no debemos descuidar la seguridad. La mayoría de proveedores ofrecerán medidas al respecto, pero nunca está de más agregar alguna capa adicional de protección, como pueden ser las contraseñas fuertes o un antivirus debidamente actualizado.
