En la era digital, la gestión eficiente de las aplicaciones cloud se ha convertido en una prioridad para empresas de todos los tamaños. Según Canalys, se espera que el gasto global en servicios en la nube aumente en un 20% para el año 2024. Este crecimiento está impulsado en gran medida por el interés creciente en la Inteligencia Artificial, ya que las empresas están invirtiendo cada vez más en la computación en la nube para respaldar sus estrategias de IA.
No obstante, uno de los principales desafíos que enfrentan estas empresas en la nube son los costos asociados. Según Nutanix, más del 80% de las empresas están preocupadas por la gestión de los costos de sus entornos de TI en la nube, y más de una cuarta parte de los líderes tecnológicos se sienten inquietos por los gastos en la nube en relación con su presupuesto tecnológico.
En este contexto, emerge la metodología FinOps como una solución integral para optimizar los costos en la nube de manera efectiva. FinOps permite a las empresas monitorear estratégicamente sus gastos en la nube, obteniendo una visión global de las soluciones utilizadas y reduciendo costos al eliminar servicios innecesarios, minimizando excedentes y mejorando la rentabilidad. Además, proporciona un marco de trabajo que integra a todos los equipos involucrados en la nube, tanto en los aspectos técnicos como comerciales, lo que permite aprovechar al máximo los recursos y ofrecer un servicio de mayor calidad al cliente.
Cloud con FinOps
Pero, ¿cómo emplear esta metodología en el día a día de las empresas? Entelgy, The Business Tech Consultancy, señala algunos casos de uso para optimizar los gastos de la cloud con FinOps en las organizaciones:
- Mejora de la eficiencia y diseño óptimo de la infraestructura: En el ámbito de la computación en la nube, muchas empresas se enfrentan a costos superfluos debido a una asignación excesiva de recursos y una infrautilización de instancias. FinOps juega un papel crucial al identificar recursos en la nube, como almacenamiento, que no están siendo utilizados al máximo de su capacidad. Al redistribuir o desactivar estos recursos innecesarios, las empresas pueden reducir significativamente sus costos. Pero FinOps no se limita solo a la gestión de costos; también impulsa mejoras en la arquitectura de la infraestructura en la nube al diseñar soluciones más eficientes.
Evitar los excedentes, implementar políticas de presupuesto, reducir el coste de la Inteligencia Artificial o garantizar las sostenibilidad en el entorno cloud, son algunas de las soluciones de esta metodología
- Planificación anticipada de gastos y políticas presupuestarias: Con FinOps, las empresas pueden acceder a herramientas analíticas avanzadas para comprender los patrones de gasto a lo largo del tiempo. Este análisis permite prever fluctuaciones estacionales, identificar oportunidades de ahorro y tomar decisiones informadas sobre las inversiones en la nube. Además, FinOps permite establecer límites de gasto y alertas tempranas para evitar sorpresas desagradables en las facturas de la nube. Facilita una gestión proactiva de los presupuestos, garantizando que los gastos se mantengan dentro de los límites establecidos.
- Reducción de costos en la implementación de Inteligencia Artificial en la nube: La implementación y administración de aplicaciones de IA pueden ser costosas. Aunque la nube ofrece acceso a la IA para más empresas, también puede aumentar los costos asociados. FinOps desempeña un papel crucial al permitir una asignación adecuada de recursos para cargas de trabajo de IA, prever horas de menor actividad para tareas de capacitación de IA y revisar opciones de almacenamiento para optimizar los costos antes y después de la implementación de proyectos de IA.
- Promoción de la sostenibilidad en el entorno de la nube: FinOps también se está convirtiendo en una herramienta fundamental para garantizar la sostenibilidad en el entorno de la nube. Al optimizar el uso de recursos en la nube, las empresas reducen la necesidad de servidores físicos, lo que conlleva a un menor consumo de energía y una huella de carbono reducida.