La compañía Ionos ha publicado un nuevo estudio sobre como el uso ineficiente de los recursos informáticos genera grandes pérdidas en cualquier empresa, al mismo tiempo que las cargas de trabajo de TI que se procesan en la nube, obtienen un exceso de potencia de cálculo.
Cuantos más datos y aplicaciones haya en la nube, mayor será el riesgo de pérdidas, ya que cada vez es más difícil seguir su rastro. Y es que, por cada nueva aplicación que se crea en la nube, se necesitan nuevos recursos que no siempre pueden adaptarse a los requisitos de la aplicación.
“Para evitar el excedente, es vital tener la estrategia correcta al crear la arquitectura de la aplicación, y monitorear la eficiencia de la aplicación a lo largo de la operación”, señala Mark Neufurth, director de Estrategia en IONOS.
Nubes sobredimensionadas y aumento de costos en inversión
Las empresas que carecen de la experiencia necesaria en la nube corren un riesgo mucho mayor de elegir un tamaño incorrecto y añadidos innecesarios. Sin embargo, desde hace tiempo existen proveedores que dan soporte a los nuevos clientes, ofreciendo servicios profesionales en igualdad de condiciones y asesoramiento sobre la arquitectura de la nube.
Además, en el momento en el que las empresas no son capaces de utilizar las capacidades adquiridas, el retorno de la inversión se reduce debido a los costos innecesariamente. Para los proveedores de cloud computing la situación empeora. Según IONOS, cuando las capacidades de los servidores existentes se reservan, pero no se utilizan los operadores de la nube tienen que disponer de servidores adicionales.
Cuantos más datos y aplicaciones haya en la nube, mayor será el riesgo de pérdidas, ya que cada vez es más difícil seguir su rastro
“En torno al 40% de los servicios Cloud está sobredimensionado. Sin embargo, la simple reducción no es una tarea fácil. El mejor enfoque es elegir proveedores de IaaS que permite la elección de los recursos”, añade Mark Neufurth.
Evitar las cargas innecesarias de la nube
El coste del sobredimensionamiento asciende a unos 4.800 millones de euros anuales. Dicho coste provine del tiempo que se genera al apagar las máquinas virtuales y el complejo método para cambiar los costos de TI flexibles. Por ello, y con el fin de evitar esto, hay que ordenar la cantidad exacta de máquinas virtuales que realmente se necesita para un propósito específico.
Y es que, según un estudio de Jonathan G. Koomey, el 80% de los centros de datos internos están sobredimensionados en cuanto al espacio de almacenamiento necesario. Es por eso que, al mínimo error por parte de las empresas a la hora de transferir la capacidad que creen que necesitan a la nube, pagan un 36% más de lo necesario.