La ciberseguridad es de vital importancia en la actualidad para las empresas debido a la creciente dependencia de la tecnología y la digitalización en sus operaciones. Desde que llegara Internet y se impusiera la hiperconectividad en los negocios, las empresas llevan siendo el blanco constante de ciberamenazas y ciberataques cada vez más sofisticados que provocan pérdida de datos, daños de reputación, interrupción de operaciones y pérdidas financieras muy significativas, por no hablar de las sanciones asociadas al incumplimiento normativo.
Contar con una estrategia de ciberseguridad que ayude a garantizar que tanto los datos como los sistemas y los usuarios corporativos estén protegidos contra accesos no autorizados y robos y, lo que es más importante, que permita a la organización actuar de forma rápida y eficaz ante cualquier incidente, es crítico para cualquier negocio. Especialmente cuando la superficie de ataque se está expandiendo.
Los errores también existen en ciberseguridad
Aunque hay muchas estrategias de ciberseguridad efectivas, las empresas también pueden cometer errores, a veces más comunes de lo que pensamos, que pueden comprometer su seguridad.
A continuación, enumeramos algunos de los fallos más frecuentes en las estrategias de ciberseguridad:
- Falta de concienciación y capacitación en materia de ciberseguridad. Aunque parezca asombroso, todavía hoy muchas empresas no educan ni forman a sus empleados sobre las mejores prácticas de ciberseguridad, lo que puede desencadenar situaciones críticas para la compañía ante, por ejemplo, la apertura de correos electrónicos de phishing, la descarga de archivos maliciosos o la divulgación inadvertida de información confidencial. Pensemos que el humano es uno de los eslabones más débiles de la cadena y debe protegerse, pues somos nuestro peor enemigo.
- Contraseñas débiles o inseguras: este es otro error común. De hecho, las credenciales son el mayor vector de entrada de ataques. Las empresas, especialmente las más pequeñas, a menudo no imponen políticas de contraseñas fuertes y complejas, o la utilización de sistemas de autenticación multifactor (MFA), lo que facilita que los hackers las descifren o adivinen. Además, la reutilización de contraseñas en varias cuentas -práctica muy habitual- también expone a la empresa a mayores riesgos.
- Falta de actualizaciones y parches: no mantener los sistemas y software actualizados es algo grave, pues aplicar los parches de seguridad corrige las vulnerabilidades conocidas, por lo que no aplicarlos deja a la empresa expuesta a ataques y riesgos que podrían haberse evitado.
- Acceso no controlado y privilegios excesivos: conceder a los empleados acceso a sistemas o datos que no necesitan para realizar sus funciones laborales es más frecuente de lo que creemos. Además, la falta de una revisión regular de los privilegios de acceso puede permitir que los usuarios tengan más permisos de los necesarios, lo que aumenta el riesgo de un acceso no autorizado o de una manipulación indebida de la información.
- Ausencia de copias de seguridad y de planes de recuperación de datos puede provocar la pérdida irreversible de información en caso de sufrir un ciberataque, un fallo del sistema o un desastre natural.
- Insuficiente protección de la red: no contar con medidas de seguridad adecuadas en la red de la empresa es otro error común. Esto incluye la falta de firewalls, sistemas de detección de intrusiones, filtrado de contenido web y otras medidas de protección que pueden ayudar a prevenir ataques externos.
- Escasa o nula monitorización y detección de amenazas: no contar con herramientas de monitorización y detección de amenazas en tiempo real resta visibilidad a los equipos de seguridad sobre lo que ocurre en la empresa y puede llevar a que los ataques pasen desapercibidos y se prolonguen en el tiempo sin que la compañía se entere, lo que permite a los atacantes acceder, comprometer y exfiltrar información los sistemas sin ser detectados.
Poner en marcha un plan de ciberseguridad: ¿qué deben tener en cuenta las empresas?
Teniendo en cuenta estos errores, a la hora de poner en marcha un plan de ciberseguridad, es importante realizar una evaluación exhaustiva de los riesgos y del impacto que podrían tener en el negocio, con el fin de determinar las áreas prioritarias en las que se debe poner el foco de cara a protegerlas.
Contar con partners expertos, sinónimo de garantía
Tan importante es contar con soluciones de seguridad que ayuden a blindar los sistemas corporativos como buscar un buen asesoramiento profesional si es necesario, ya que ayuda a garantizar una implementación sólida y efectiva del plan de ciberseguridad. Apoyarse en un partner o MSSP puede desempeñar un papel crucial a la hora de trazar una estrategia de ciberseguridad en una empresa, puesto que se encargará de identificar las vulnerabilidades y las áreas de mejora, y aportará recomendaciones personalizadas para fortalecer el plan de la compañía. Igualmente, el partner, en calidad de experto y teniendo en cuenta el análisis de riesgos, también puede ser de ayuda en el diseño e implementación de soluciones de seguridad, adaptadas a las necesidades específicas de la organización.
Por otro lado, puede encargarse de la implementación técnica e integración de las herramientas de seguridad dentro de la infraestructura tecnológica existente, garantizando el correcto funcionamiento; de la capacitación y formación de los empleados; de prestar servicios de monitorización y respuesta a incidentes; así como del mantenimiento y actualización continua de las soluciones, entre otras muchas cosas.
En definitiva, contar con un partner, puede aportar experiencia, conocimientos especializados, proactividad y recursos técnicos para ayudar a poner en marcha un plan de ciberseguridad robusto. Trabajando en colaboración, la organización fortalecerá su seguridad y reducirá el riesgo de ciberataques, además de mantener la confianza de sus clientes y socios.