Muchas organizaciones han aprendido por las malas que migrando a la nube pública no siempre consiguen el ahorro de costes que esperaban.
Esto no significa que dar el salto sea un error. La nube pública proporciona enormes beneficios en cuanto a agilidad , capacidad de respuesta, simplificación de las operaciones y mejora de la innovación. El error es asumir que migrar sin aplicar prácticas de optimización y gobernanza supondrá el tan ansiado ahorro.
Como resultado, muchas organizaciones están adoptando un enfoque estratégico a través de un entorno multicloud para aprovechar los mejores servicios y descuentos de precios que cada proveedor de nube tiene para ofrecer. Aunque esto presenta numerosas oportunidades de ahorro de costes, el reto consiste en asegurarse de que todos los entornos cloud se gestionen de forma adecuada y estén bajo control.
El primer paso para combatir el aumento de los costes de la nube es obtener visibilidad de todo el gasto que la organización hace en estas infraestructuras. Una vez que se haya identificado las áreas de gastos más elevadas o de rápido crecimiento, se pueden aplicar una serie de buenas prácticas para la reducción y optimización de los costes. ¿El objetivo? Sacar el máximo partido de cualquier inversión en la nube.