Los servicios universales de comunicación terrestre son un derecho de todo ciudadano americano (USA). Muchos de ellos no lo saben, aunque lo disfruten cotidianamente. Este derecho proviene de la concesión a 99 años de comunicación telefónica, conocida como «provider of last resort.» Obtenida por AT&T en 1913, cuando su entonces presidente Theodore Vail prometió dar dicho servicio, a cambio del monopolio de MA Bell (término coloquial de Mother Bell). El monopolio de la American Bell Telephone Company, más tarde AT&T, finalizó en 1984, cuando el departamento de Justicia americano, en aplicación de la ley antimonopolio, forzó a la división de aquel conglomerado (bajo el manto de MA Bell) a dividirse en diferentes compañías proveedoras de diversos servicios de comunicaciones.
La única razón actual para esta demanda es económica. La solicitud la encabezan las dos compañías principales en USA, AT&T y Versión. Para estas dos Telecom dominantes en el mercado americano, mantener el servicio universal les supone unos costes añadidos que consideran injustificables para un mercado de voz altamente competitivo como el actual, por lo cual, se considera una regla anacrónica.
Compañías como Sprint, T-Mobil USA y las otras subsidiarias de las mismas AT&T y Versión no están obligadas a mantener este tipo de servicio gratuito. El debate afecta a un gran número de usuarios, tanto urbanos como rurales, que, si se produjera el cambio, deberían incurrir en importantes gastos de comunicaciones. Sin embargo, una minoría de estados, ya no aplican el concepto de servicio universal. Las dos compañías afectadas proponen que se erradique el servicio universal, siempre que haya al menos dos alternativas de comunicación. Lógicamente, las tres alternativas actualmente posibles son la telefonía celular, la telefonía por Internet y la telefonía vía satélite. Solamente los costes potenciales de estas alternativas y las instalaciones requeridas, pueden ser el argumento de los usuarios.
Bajo nuestro punto de vista, se abre una nueva posibilidad para los lideres de Internet, ampliamente instalados en cuanto a cobertura geográfica, y con vocación de aparentar gratuidad, puesto que su modelo de negocio se basa en la publicidad o servicios colaterales de valor añadido, principalmente, orientados al consumo.