De la inteligencia artificial (IA) a la inteligencia humana (IH). La creación de la World Wide Web, hace ya más de 30 años, marcó un antes y un después en muchos sentidos, rompiendo los esquemas de lo que hasta entonces entendíamos como ‘mundo’. La innovación de Tim Berners-Lee supuso un hito extraordinario para el impulso de la denominada ‘digitalización’.
Pero, ¿qué es realmente la digitalización? Según la RAE, digitalizar consiste en “convertir o codificar en números dígitos datos o informaciones de carácter continuo, como una imagen fotográfica, un documento o un libro”. Esta definición incluye como elemento los datos y su transformación y ofrece la clave para entender la cuarta revolución industrial, también llamada Industria 4.0, basada en la robotización y el Internet de las Cosas, entre otras tecnologías.
Los motores de la disrupción digital son los datos y la conectividad en un momento en el que, además, somos capaces de conectar las dimensiones virtual, física y biológica. En este contexto, la inteligencia artificial -a pesar de ser una de las tecnologías más antiguas, cuyo origen se sitúa en 1956- experimenta su mayor índice de popularidad gracias a desarrollos como ChatGPT. Es ahora cuando la sociedad empieza a entender su gran potencial y también el momento en el que se plantean algunas inquietudes.
Bajando a nuestro terreno, la inteligencia artificial supone toda una revolución para las empresas, ya que les aporta soluciones innovadoras capaces de modificar la forma de trabajar y gestionar sus recursos. En contraposición, también presenta grandes retos como son el propio ritmo vertiginoso de los cambios, la necesidad de adaptación y aprendizaje continuo de los equipos o la (ciber)seguridad.
En el ámbito laboral, y de acuerdo con los datos que manejamos a través de nuestra herramienta Job Market Insights, las ofertas de empleo vinculadas a la inteligencia artificial registraron en 2022 un incremento del 31% respecto al año anterior, llegando a alcanzar casi las 1.500 ofertas en el mercado digital de empleo español. Sin duda, unas cifras que confirman el despegue de la misma. No obstante, ¿qué se espera de todo ello en el futuro?
Inteligencia Artificial: tendencias en el empleo
La consultora McKinsey señalaba en su informe The future of work after Covid-19 que en 2030, hasta 1,6 millones de trabajadores podrían verse forzados a cambiar de profesión en España, mientras que 5 millones de empleos están en riesgo de desaparecer por la automatización. En los próximos años, en España, asistiremos a la creación de numerosos empleos vinculados al ámbito de la tecnología, aunque también es verdad que muchos otros terminarán desapareciendo. En cualquier caso, no cabe duda de que el saldo (empleos emergentes vs. desaparición de algunos ya existentes) será positivo. Desaparecerán aquellas labores más dull, dirty y dangerous -descargándolas en la tecnología-; pero surgirán muchas otras en las que será necesario el aporte humano.
De la inteligencia artificial (IA) a la inteligencia humana (IH)
Más allá de esto, la IA está poniendo cada vez más en valor la capacidad de pensar de forma crítica y aportar perspectiva humana y ética, lo que brinda grandes oportunidades laborales a profesiones relacionadas con la filosofía, la educación o la ética, entre otras. Una vez más, no estamos hablando de inteligencia artificial vs. inteligencia humana: la tecnología es desarrollada por personas para las personas, conviene recordarlo, y el desarrollo de la IA demanda ya la existencia de equipos mixtos que combinen la parte más técnica con las disciplinas más humanistas.
Los aspectos culturales, sociológicos y políticos son los que condicionan los algoritmos, no la tecnología. La IA -con el marco normativo adecuado- ayudará a solucionar problemas relacionados con la discriminación y debe promover una sociedad más justa. Es ahí donde hay que dar el salto.
Por último, cabe destacar que, para adentrarnos y liderar la innovación en IA, se necesita de acciones a gran escala. Things to do de gran relevancia: abordar cuestiones como la reforma educativa, la creación de empleo, el fomento del emprendimiento, el desarrollo de las infraestructuras o la creación de entornos donde convivan la IA y la IH y se erradiquen las desigualdades. Afrontar reflexiones del ahora que llevan a un después en este periodo de transición en el que ya estamos inmersos.