El rendimiento es muy importante puesto que hoy en día el volumen de datos crece de forma exponencial, sin embargo la velocidad de acceso al dato y la velocidad de transmisión de dicho dato no crece a la misma velocidad y aunque los procesadores y las memorias han alcanzado unas velocidades muy elevadas y unos anchos de banda muy interesantes, los discos duros no han evolucionado de la misma manera por lo que suponen el actual cuello de botella en los sistemas informáticos. Para solventar este problema, se diseñan almacenamientos compartidos o nuevas tecnologías como SAS. Aún así, la velocidad, ancho de banda y latencia de los sistemas de almacenamiento sigue siendo un punto muy a tener en cuenta.
En cuanto al consumo energético, es uno de los aspectos más importantes a la hora de seleccionar un sistema de almacenamiento, ya que al aumentar el rendimiento de los sistemas informáticos se incrementa también el consumo, lo cual produce más calor. Este hecho, a su vez, obliga a los CPDs a tener que invertir más en potencia eléctrica ya que los servidores consumen más y hay una mayor necesidad de refrigerar el propio CPD. En este sentido, se están diseñando sistemas de almacenamiento que permiten que los discos bajen la velocidad de rotación para así consumir menos electricidad
Otra de las necesidades actuales es la posibilidad de asegurar el dato. Es decir, de garantizar que el dato se ha escrito correctamente, que el sistema de almacenamiento es tolerante a fallos, y que los datos están salvaguardados. Esto implica tener que adquirir más almacenamiento del que realmente es necesario ya que hay que duplicar sistemas de almacenamiento para conseguir una alta disponibilidad, adquirir sistemas de copia de seguridad, adquirir sistemas de archivado y sistemas de almacenamiento jerárquico.
Tecnologías de almacenamiento
Las tecnologías de almacenamiento son muchas y distintas por lo que voy a intentar resumir muy brevemente las grandes claves. Tanto NAS como SAN están orientadas a aquellos flujos de trabajo que requieren compartir un mismo sistema de ficheros entre varios equipos. Las NAS se dirigen a flujos de trabajo que no requieren unas latencias muy bajas, por ejemplo para servidores de ficheros. En cambio las SAN son muy interesantes cuando se buscan latencias bajas (edición de vídeo, por ejemplo).
En cuanto a la conectividad FC y SAS. Son tecnologías muy similares en prestaciones, que ofrecen elevados anchos de banda y bajas latencias. SAS es una tecnología más reciente con un coste más reducido y que ofrece un rendimiento muy bueno. Por ello cada vez se está tendiendo más hacia este tipo de tecnología, aunque dependiendo de cómo trabaje el usuario con sus datos, utilizará un tipo de almacenamiento u otro. Dos empresas del mismo sector no tienen porqué trabajar de la misma manera, luego su flujo de datos no es el mismo. Es fundamental tener en cuenta el flujo de trabajo del usuario antes de seleccionar el tipo de tecnología de almacenamiento que implantará.
En cuanto al software de almacenamiento, la tendencia actual es facilitar el uso y la administración tanto del almacenamiento físico como del lógico (software de almacenamiento jerárquico, software de archivado). Otras dos tendencias que no debemos olvidar son las de mejorar el rendimiento y garantizar la seguridad e integridad de los datos almacenados. En este sentido, se diseñan nuevos sistemas de ficheros o mejoran los actuales y se están implantando sistemas de copia de seguridad conocidas como CDP (Continuous Data Protection) que permiten hacer copias de seguridad en tiempo real.
Otra fuerte tendencia del mercado está siendo la virtualización, tanto de almacenamiento como de los servidores. La virtualización consiste básicamente en presentar al software y/o al usuario final un sistema que no es realmente tal. Por ejemplo, se puede tener varios dispositivos de almacenamiento y el software de virtualización de almacenamiento presenta todos esos dispositivos como un único dispositivo. De esta manera, no es necesario saber si el fichero lo hemos guardado en un sistema de almacenamiento u otro.
Para llevar a cabo una correcta virtualización del almacenamiento, es importante hacerlo con sistemas de almacenamiento jerárquico. Estos sistemas permiten que los usuarios distribuyan sus datos entre diferentes sistemas de almacenamiento, permitiéndoles un importante ahorro en aspectos como:
• No tienen que invertir tanto dinero en almacenamiento de alto rendimiento sino que pueden invertir poco en almacenamiento de alto rendimiento (por ejemplo FibreChannel o SAS) e invertir más en almacenamiento de bajo rendimiento (por ejemplo librerías de cintas). Al hacer esto, pueden dejar en el almacenamiento rápido (y caro) los datos que más se utilizan o que mayores prestaciones requieren mientras que los datos que se utilizan poco se migran a la librería de cintas por lo que puede tener una elevada densidad de almacenamiento en cinta, que es más barato que tener que invertir en disco.
• Las librerías de cintas consumen menos electricidad y producen menos calor que los discos. Esto permite ahorrar en electricidad ya que no sólo consumen menos las librerías sino que al producir menos calor, requieren menos inversión en sistemas de refrigeración.
• Toda la gestión de los ficheros se hace de forma transparente al usuario por lo que no hay inversión en formación de los usuarios.
Para finalizar, mi recomendación a la hora de elegir una solución de almacenamiento es que se tengan en cuenta los requerimientos del usuario, su flujo de trabajo y las aplicaciones que van a hacer uso de dicho almacenamiento. Por poner un ejemplo, si lo que se va a almacenar es una base de datos, es muy interesante tener discos pequeños de elevadas revoluciones. En cambio, si lo que se va a hacer con el almacenamiento es utilizarlo como backup, lo que interesa es tener discos muy grandes para poder almacenar muchos datos en muy poco espacio.