Cuando Cristóbal Colón completó el mapa del planeta, entregándole un nuevo mundo a la civilización occidental, el sueño de expansión de los europeos se alzó por fin como una realidad. Hoy, más de 500 años después, la ilusión de este Navegante sigue latente entre los europeos, más concretamente entre muchas de sus empresas, que contemplan entre sus planes de desarrollo cruzar el océano rumbo a nuevos mercados.
Este propósito, al que se suman ciertas organizaciones que operan en el mercado TI, lleva varios años perfeccionándose, impulsado por un adecuado nivel de recursos y el alto conocimiento que estas firmas poseen. En este sentido, y a pesar del paréntesis provocado por la crisis económica mundial, Latinoamérica ha sido y es uno de los destinos favoritos para un buen número de compañías, cautivadas, principalmente, por el crecimiento del consumo y de la renta que algunos de estos países iberoamericanos han protagonizado durante la última década. En el caso concreto de España, donde este plan de expansión ha sido, si cabe, aún mayor que el del resto de sus vecinos, a este atributo tan positivo se le adiciona el de compartir un mismo idioma y otros tantos rasgos socioculturales que facilitan la entrada y el desarrollo de inversiones rentables en la región.
Otros territorios, como Estados Unidos o el continente asiático han quedado más apartados de estos planes expansionistas, a consecuencia de un efecto inverso que ha dado lugar a que muchas de las empresas tecnológicas más importantes de Europa provengan de allí. No obstante, hace algunos años que este efecto se ha visto compensando –a una escala todavía muy inferior- y ahora son nuevamente los europeos los que tímidamente comienzan a lanzarse hacia la conquista de nuevos mundos.
Dos mundos, dos formas de hacer las cosas
Sin embargo, los rasgos distintivos o las idiosincrasias de estos mercados (tanto Estados Unidos como China o Japón poseen costumbres y estrategias de mercado muy diferentes a las europeas) unidos a diversas dificultades (crisis económica, desconocimiento del medio ajeno, competencia, etc), y a la poca capacidad de generar economías de escala por parte de las firmas europeas, ha suscitado que la creación de un puente entre Europa y estos territorios se haya convertido en una tarea intrincada. A este respecto, un informe rubricado por IESE (“European High-Growth Technology Companies: Turning Challenges into Opportunities for Global Expansion”), expone que el Viejo Continente está debilitado por las mismas diferencias que lo definen: fragmentación del mercado, existencia de más de 20 lenguas oficiales, y sistemas monetarios, políticos y culturales desiguales. Asimismo, este estudio plantea un plan en tres fases para estimular el crecimiento de las empresas tecnológicas europeas. La primera fase consiste en arraigar las empresas en el mercado local, la segunda requiere superar las fronteras nacionales para la expansión paneuropea, y la tercera propone la expansión global a Estados Unidos, Europa del Este, Latinoamérica y Asia. Así, y una vez que las organizaciones tecnológicas europeas hayan superado los retos externos e internos de la fragmentación y la diversidad, tendrán el equilibrio adecuado para ser «globales y locales» y para expandirse a otros continentes.
Bajo esta perspectiva, superar éstas y otras barreras se hace necesario para dar este paso. Asimismo, contar con economías saneadas, estrategias definidas y planes de desarrollo a largo plazo respaldados por activos económicos a prueba de crisis, son determinantes para que las empresas puedan expandirse y competir en el mercado global. El Grupo Exclusive Networks lleva mucho tiempo cumpliendo con estos parámetros y trabajando en esta línea, y su expansión internacional ya le ha llevado a tener presencia en los países más importantes de Europa, y en el Norte de África. Próximo objetivo: conquistar nuevos mercados. ¿Estados Unidos, Oriente Próximo, Australia…? En breve tendréis noticias de nuestra compañía, que está sorprendiendo al mercado con sus descubrimientos tecnológicos y rápido crecimiento. ¿La clave? Nuestra apuesta por la innovación y nuestro enfoque diferenciador: no somos un mayorista, somos “Market Makers”