En los últimos años, los modelos de precios del almacenamiento han experimentado un cambio importante. A fin de ofrecer más opciones a los clientes, algunos proveedores han introducido modelos de pago por uso como alternativa a los planes de compra anticipada basados en modelos CapEx, predecibles y fiables pero poco flexibles. Estos modelos ofrecen algo de agilidad a clientes que son reacios a migrar todos sus datos a la nube pública.
Los problemas desaparecen con los modelos de Pricing elástico, ya que permiten al usuario comenzar a utilizar inmediatamente la capacidad que necesita durante el proyecto
Ahora, la incertidumbre provocada por la pandemia del COVID-19 y la crisis financiera resultante están llevando esta situación al extremo y las empresas se ven obligadas a reevaluar las necesidades de infraestructura, y en concreto las necesidades de almacenamiento. Necesitan agilidad, flexibilidad y nuevas opciones para manejar estas necesidades. Y tienen razón: en lugar de comprometerse con un modelo concreto (CapEx u OpEx) ¿por qué no tener la capacidad de combinar ambos, en función de las necesidades concretas para cada proyecto o carga de trabajo? En lugar de crear multitud de silos (a corto plazo, a largo plazo, de alto coste, de bajo coste…) ¿por qué no crear un modelo de precios que combine las ventajas de cada uno?
Combinando lo de siempre con los nuevos modelos
Algunas compañías que cuentan con un nivel bajo de capital optarán por un modelo CapEx tradicional, lo que les aportará un menor TCO al pagar por adelantado el almacenamiento a largo plazo. Por ejemplo, empresas de sectores como energía, servicios públicos o telecomunicaciones, que tienen organizaciones de Procurement sólidas y que negocian con los proveedores de manera prácticamente continua.
Sin embargo, en realidad estos sectores son la excepción. En un clima empresarial tan competitivo como el actual, la mayoría de las empresas deben centrarse en algo más que resultados a largo plazo; deben sopesar los costes de perder una oportunidad contra el ahorro real que genera limitar el modelo de negocio al largo plazo.
Imaginemos el siguiente escenario: En una cadena minorista, una de las unidades de negocio solicita 100 TB para una iniciativa que podría generar grandes ventas a lo largo del año, y quieren comenzar la próxima semana. ¿Podría el equipo de TI atender a esos requisitos de almacenamiento para poner en marcha el proyecto?
Si toda la infraestructura de datos se halla en la nube pública, y la empresa cuenta con herramientas de automatización, entonces no habrá problema, pero probablemente habrá que abonar una prima considerable por esta elasticidad. Si, por lo contrario, la infraestructura de datos reside en las instalaciones, entonces sí habrá problemas. Es posible que se pueda alquilar capacidad temporal a corto plazo, si es que el proveedor ofrece esa opción.
Pero lo más probable es que implique el envío de nuevo hardware (que podría tardar semanas en llegar, especialmente si la logística está limitada como ha sucedido, y aún sucede, a consecuencia de la pandemia). O puede ser necesario un ciclo de adquisición de emergencia que requiera financiación.
Todos estos problemas desaparecen con los modelos de Pricing elástico, ya que permiten al usuario comenzar a utilizar inmediatamente la capacidad que necesita durante el proyecto (por ejemplo, tres meses) sin necesidad de implementar nuevo hardware, y que todo se reducirá a un cargo extra en su factura mensual a un precio previamente negociado (OpEx).
En el caso de Infinidat, la idea va un poco más allá, ya que se provisiona al usuario con hardware extra por adelantado, a fin de que esté disponible de inmediato cuando se necesite en el futuro, pero sin tener que pagar por esa capacidad hasta que se utilice. Asimismo, ofrece hasta cuatro modalidades diferentes de pricing (desde un modelo CapEx puro hasta la opción de ampliar y reducir capacidad mediante pedidos OpEx), pasando por un modelo utility con el que se “alquila” capacidad temporal para períodos pico.
Mirando hacia adelante: el futuro es elástico
Los responsables de TI actuales se enfrentan a un dilema. Por un lado, se ven presionados para moverse rápidamente, para incrementar los recursos sin previo aviso y, por otro, han de mantener los costes dentro (o por debajo) del presupuesto. Necesitan flexibilidad, no solo en la elección de sus entornos de almacenamiento, sino también en su elección de cómo pagar lo que necesitan. Los nuevos modelos de pricing, más flexibles y elásticos, les ayudan a cumplir con las demandas de sus organizaciones sin renunciar a nada.
Israel Serrano, Country Manager de Infinidat Iberia