El valor de big data es incalculable hoy en día. La mayor parte de las empresas entienden su importancia, más aún con lo que hemos vivido (y seguimos viviendo) este 2020. Muchas organizaciones priorizan su tiempo y recursos para transformar información en bruto en conocimiento profundo y ventaja competitiva. Hay muchas otras, sin embargo, que fallan a la hora de monetizar sus datos y obtener beneficios.
Es entendible, dado el acelerado ritmo de innovación que hay alrededor del big data, lo que conlleva tanto oportunidades como riesgos para aquellas organizaciones que buscan explotar esta área para encontrar tendencias, patrones y valores atípicos ocultos en sus datos, y ayudar a acelerar sus iniciativas de transformación digital.
De hecho, tal y como ResearchandMarkets.com expuso en un informe reciente, «…la industria del big data está experimentando profundos cambios en la TI empresarial, incluyendo la infraestructura, la seguridad, el análisis y la capa de aplicación… pasando de las topologías de red basadas en servidor a las arquitecturas basadas en la nube y centradas en los datos, creando así enormes retos y oportunidades para la transición y la seguridad de los sistemas de datos».
¿Cúal es la gran idea?
Históricamente, la gran empresa no sólo ha contado con la mayor cantidad de datos para analizar, sino que también ha tenido los recursos necesarios para hacerlo. Dicho esto, y dada la evolución de la tecnología, hoy en día el análisis y la gestión del big data no están reservados para las grandes corporaciones. Las medianas y pequeñas empresas pueden aprovecharse de este tipo de tecnología con herramientas a medida que se ajusten a su tamaño y que les permitan competir con los gigantes de su industria.
En términos prácticos, muchas empresas caen ante el primer obstáculo, que es comprender los datos que tienen, ya que éstos pueden estar compartimentados en silos a los que la solución de análisis no tenga acceso. Esto afecta en última instancia a todos los ámbitos de una organización, desde la posibilidad de crear nuevos modelos de negocio, hasta la mejora de la estrategia de relación con el cliente, con el fin de construir servicios y soluciones diferenciadas. Sin embargo, determinar qué conjuntos de datos pueden aportar valor a la empresa -un problema sencillo en teoría- suele ser más difícil de precisar en la realidad. El mero volumen de datos que hay que examinar puede ser desalentador, y encontrar los «diamantes» puede ser un desafío.
Una estrategia eficaz de gestión de datos debe centrarse en la forma exacta en que se manejan desde el momento en que se crean
Estos grandes conjuntos de datos están ganando en importancia y han catapultado los grandes datos a un nuevo nivel de complejidad y escala. Se supone que una estrategia de un solo «data lake» simplemente no funcionará, ya que se convertirá en un «data swamp», ya que los diferentes tipos de datos tienen características y necesidades diferentes. Para superar estos problemas, el punto fundamental que hay que tener en cuenta es que una gran estrategia de datos comienza con una estrategia de gestión de los mismos.
Tenemos que estar preparados …
Una estrategia eficaz de gestión de datos debe centrarse en la forma exacta en que se manejan desde el momento en que se crean, ya sea en el borde mismo de la red corporativa o en el centro de datos. Para garantizar que la estrategia dé resultados, las empresas deben comprender el valor de sus datos: ¿es necesario conservarlos, por ejemplo, y si es así, por cuánto tiempo? ¿Dónde deben almacenarse para que puedan ser fácilmente accesibles y utilizados? Si no es necesario conservarlos, ¿qué debe hacerse con ellos?
La clave para la democratización de los datos está en ¡que estos estén disponibles para todo el mundo que tenga los permisos necesarios.
La retención es una cuestión importante y debe basarse en el valor comercial, así como en el cumplimiento de la legislación vigente. Además, es necesario incluir los niveles correctos de accesibilidad y gestión de los datos; las normas y principios de retención de la información deben permitir la creación de procesos apropiados para identificar los datos importantes y luego gestionarlos de la manera más eficiente y rentable a largo plazo.
La elección de una plataforma de gestión de datos apropiada debe basarse en su capacidad para apoyar la estrategia de gestión de la información. Las organizaciones deben colaborar activamente con los proveedores de servicios de gestión y almacenamiento de datos a fin de mejorar su administración, calidad y gobernanza. Esto ayuda en el cumplimiento y sienta una base sólida para que las organizaciones aprovechen el valor de sus datos mediante el análisis y la inteligencia para la monetización de esos activos.
Una plataforma de gestión de datos centralizada y conforme a las normas, con los controles adecuados, puede garantizar que los datos se capturen y clasifiquen correctamente, poniéndolos a disposición de las empresas para obtener los conocimientos que aceleren la transformación de sus negocios. Las soluciones más sofisticadas también pueden analizar los datos y determinar su valor para la empresa. Esto permite a los usuarios identificar lo que se debe conservar y lo que se puede descartar, lo que se traduce en un ahorro de costes, ya que las empresas no necesitan adquirir y gestionar una capacidad de almacenamiento innecesaria para datos superfluos. En última instancia, reunir los procesos, los partners y las tecnologías de gestión adecuadas puede ayudar a desbloquear el enorme potencial del big data para tener un impacto a largo plazo, ayudando a las organizaciones a transformarse, modernizarse y comprometerse con los clientes de formas nuevas y significativas.
Por Sandra Espinoza, Sales Engineer de Commvault