La transformación digital es un fenómeno veloz y acelerado porque implica, sobre todo, un cambio profundo en los modelos de negocio y tiene un carácter exponencial.
Tras la pandemia, vimos un avance en la digitalización de todo tipo de organizaciones. La llegada y adopción de herramientas para el trabajo y el consumo remoto o híbrido fue rápida. Sin embargo, aunque este proceso se dio a gran velocidad, no se aceleró realmente. Hubo avances en digitalización, pero pocos progresos en una transformación digital real.
Ahora, en 2024, parece que esa transformación se está produciendo realmente, impulsada por el análisis de datos y las nuevas puertas abiertas por la Inteligencia Artificial (IA). El rasgo fundamental de esta nueva ola es que no solo viene a cambiar cómo trabajamos, sino que va a impactar también directamente en los resultados de negocio.
Para reflexionar sobre esta cuestión es imprescindible medir la situación actual en términos de madurez digital, así como la capacidad futura para abordar procesos de transformación complejos.
Aceleración digital: 3 claves sobre cómo el liderazgo tecnológico
A estas alturas, hay una realidad ineludible: el futuro pertenece a quienes saben moverse porque esta transformación ya no es opcional. Se trata de una cuestión de supervivencia para las organizaciones y empresas. Y, algo, quizá, más sorprendente: no es solo una cuestión tecnológica, es un desafío para la estructura misma de las empresas.
Estas son tres claves fundamentales para no quedarse atrás:
- 1. Roles híbridos: la clave para derribar resistencias
El reto de la transformación digital no es solo técnico. La verdadera dificultad reside en cómo las empresas pueden crear casos de negocio que convenzan a todos los stakeholders —desde la alta dirección hasta el último empleado— de que el cambio es imperativo. Aquí es donde los roles híbridos entre IT y negocio son esenciales.
La transformación digital es un fenómeno veloz y acelerado porque implica, sobre todo, un cambio profundo en los modelos de negocio y tiene un carácter exponencial.
Estos perfiles, que entienden tanto la tecnología como el lenguaje del negocio, son los encargados de traducir el potencial técnico en resultados tangibles y comprensibles. A través de ellos, los CIOs pueden presentar iniciativas que no solo suenen a «tecnología de vanguardia», sino que respondan a problemas reales, con soluciones reales, haciendo que incluso los más resistentes se sumen al proceso de cambio.
Convencer a la organización es una necesidad, y esos perfiles híbridos serán los embajadores que harán que las iniciativas digitales se vuelvan comprensibles y atractivas para todos los actores involucrados.
- 2. Hoy son los datos, mañana la Inteligencia Artificial
Las empresas están aprovechando los datos para mejorar su comprensión del mercado, predecir el comportamiento de los clientes y afinar estrategias. Además, la analítica de datos se ha convertido en una herramienta vital para optimizar recursos y mejorar la eficiencia operativa.
Si bien hay mucho ruido en torno a la Inteligencia Artificial (IA), su implementación aún está en una fase experimental en muchos casos. Existen proyectos piloto y aplicaciones concretas, como los asistentes de productividad (herramientas como CoPilot) y también se han automatizado con éxito algunos procesos, pero aún no es el elemento predominante en las operaciones empresariales. El presente es de la analítica de datos, el futuro pertenece a la IA. Quienes no estén ya en el tren de la analítica, deben subir a bordo.
- 3. El efecto bola de nieve: cuanto más avanzas, más fácil es seguir avanzando
Uno de los puntos más interesantes es lo que puede llamarse efecto ‘bola de nieve’: cuanto más avanza una organización en su transformación digital, más fácil se hace continuar. En este sentido, la inacción es peligrosa. Las empresas que comenzaron a moverse hace unos años ahora están cosechando los beneficios y pueden correr a toda velocidad hacia nuevos horizontes tecnológicos. Mientras tanto, aquellas que aún están inmóviles se enfrentan a una carrera cuesta arriba.
El mensaje es claro: esperar no es una opción. Las empresas que se han quedado paradas se están rezagando en una carrera donde el ritmo de avance es cada vez más vertiginoso. La agilidad y la capacidad para iterar rápidamente sobre las estrategias digitales son lo que diferencia a los líderes de los rezagados. Si no se actúa ahora, se corre el riesgo de quedarse irreversiblemente atrás.
Lo cierto es que es hora de dejar de pensar en la tecnología como un mero soporte y comenzar a verla como el motor que impulsa todo el negocio. Si organizaciones y empresas quieren alcanzar a quienes ya están corriendo en su proceso de transformación digital, deben empezar a actuar hoy.