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2007111302. Cómo reducir el consumo energético

La consultora especializada en Tecnologías de la Información IDC, afirma que cada dólar que se invierte en la actualidad en hardware, equivale a un consumo de energía aproximado de unos 50 centavos de dólar y prevé que en los próximos cuatro años, esta cifra aumente entre un 54 por ciento y un 71 por ciento.
Aunque a la hora de seleccionar las tecnologías más adecuadas, muchas empresas están empezando a darse cuenta de que es necesario considerar el consumo energético junto con el rendimiento y los tiempos de acceso, todavía no se ha convertido en un tema prioritario.

La consultora Gartner, por ejemplo, estima que más del 90 por ciento de las compañías que recurren a la virtualización (tecnología que permite unir máquinas más pequeñas para que funcionen como un único sistema de mayores dimensiones), lo hacen con el fin de reducir el espacio y los costes derivados de los servidores x86, la plataforma más extendida actualmente.
Sin embargo, las tecnologías de virtualización pueden ayudar en gran medida a incrementar la eficiencia energética de las empresas. A modo de ejemplo, esta tecnología puede ser utilizada para coordinar los recursos empleados en almacenamiento que, según se desprende del estudio de IDC, están creciendo a un ritmo del 50 por ciento al año y se encuentran entre los que más energía consumen en los centros de datos.
((La virtualización: clave para reducir el consumo energético e incrementar la eficiencia de los centros de datos))
En la mayoría de los casos, estas infraestructuras de almacenamento utilizan hasta 13 veces más electricidad que los procesadores. La virtualización del almacenamiento permitiría que varios equipos de distintas marcas se pudieran comportar como una única máquina virtual de almacenamiento, haciendo frente al exceso de gasto energético.

La utilización de herramientas de gestión y tecnologías de virtualización en todos los sistemas (ya sean servidores, dispositivos de almacenamiento o red), puede permitir a las compañías sacar partido de todas aquellas capacidades de su infraestructura que no estén en uso, sin necesidad de añadir nuevos recursos que generen más gasto energético.
Otro de los factores que los directores de tecnología están empezando a contemplar es la gestión centralizada de los dispositivos virtuales y físicos, de cara a maximizar la productividad y el potencial ahorro de costes. La virtualización de las tecnologías tradicionales permite desvincular a los usuarios de los propios recursos, obteniendo de este modo una gestión simplificada de los mismos.

Los usuarios trabajan con representaciones lógicas de sus sistemas, al tiempo que las herramientas de virtualización gestionan los recursos físicos de forma transparente. Las nuevas capacidades de virtualización dan un paso adelante, permitiendo representar los recursos del sistema de forma mucho más sencilla, describiendo los componentes de forma independiente del proveedor y de la plataforma y que son accesibles utilizando servicios de web estándar.
Los llamados “recursos gestionables” permiten que los recursos representados puedan ser descubiertos, compartidos, gestionados y visionados con independencia del suministrador y la plataforma en la que están. Para todos estos casos la virtualización es la respuesta idónea para afrontar las demandas de centralización de gestión de entornos heterogéneos dentro de los departamentos de Tecnologías de la Información.

Resumiendo las características de esta tecnología, diremos que nos permite contar con una única vista consolidada de los recursos disponibles, independientemente de su localización, con un acceso eficiente y seguro, reduciendo las operaciones y los costes de gestión de los mismos, explotando al máximo su uso y respondiendo dinámicamente a las necesidades de aplicaciones y de usuarios, y sobre todo, de los clientes.
El coste de gestionar la infraestructura tecnológica se ha convertido en el componente con mayor y más rápido crecimiento en el gasto global de muchas compañías. Es cierto que la virtualización puede añadir algo de complejidad al aumentar el número de recursos virtuales gestionados, pero también ayuda a reducir los costes mediante la consolidación de los recursos físicos.

Tener una visión más precisa de las relaciones entre los recursos físicos y virtuales permite a los administradores gestionar la infraestructura de un modo integral. Las herramientas que gestionan todos los recursos (físicos y virtuales) desde una única consola pueden reducir significativamente el número de herramientas requeridas y los costes de administración.
Estas herramientas también pueden ayudar a recolocar los servidores virtuales automáticamente para sacar partido a las tasas de utilización más bajas y ayudar a monitorizar su estado, gestionar el mantenimiento y evitar los periodos de caída del servicio.
En la actualidad, en un contexto donde los mercados son cada vez más cambiantes, no resultan adecuados los sistemas de información organizados en silos (o departamentos). Es necesario construir sistemas de información basados en tecnologías de virtualización, de manera que obtengamos infraestructuras más flexibles y autónomas, capaces de reaccionar en tiempo real ante los cambios, manteniendo el nivel de servicio requerido por el negocio.

Es importante que las organizaciones estén al tanto de los recursos que se están utilizando. Por ello, uno de los retos al que la mayoría de las organizaciones deben hacer frente es la dificultad de determinar cómo y con qué propósito están usando los empleados los recursos virtuales. Hay una gran cantidad de herramientas disponibles que monitorizan el uso de aplicaciones, servidores y otros recursos tecnológicos, de manera que las organizaciones pueden cargar los costes con mayor precisión según su uso específico por parte de las diferentes unidades empresariales.
Todas las corporaciones tienen la posibilidad de virtualizar sus infraestructuras, desde las que trabajan con plataformas de procesador Intel o AMD hasta los grandes servidores corporativos. Mientras más compleja sea la infraestructura más ventajas se obtendrán de un entorno virtualizado.

Los especialistas en virtualización señalan que los usuarios actuales gastan tres veces más tiempo en el mantenimiento y administración de sus sistemas que en su adquisición. Esto hace que el retorno de inversión en tecnologías de sistemas de gestión se haya convertido en un elemento clave. La virtualización permite que los clientes puedan optimizar el uso del hardware, mejorar el coste total de la propiedad al tiempo que se aporta un mejor acceso a través de una tecnología compartida, y una flexibilidad de recursos mayor dentro de la propia infraestructura.

Hoy en día, la eficiencia en un centro de datos ya no es algo opcional, se ha convertido en una necesidad. Por ello se están introduciendo tecnologías de virtualización que permiten conseguir importantes ahorros energéticos gracias a la consolidación del hardware y al uso de las metodologías y herramientas de gestión más apropiadas.

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