El caso Lexnet ha sido ampliamente conocido, aunque para mi gusto, no difundido de forma suficiente.
No voy a incidir en las dudosas y extendidas prácticas del sector en este nuestro querido pais. Sería un ejercicio de lo más sencillo e indigno de esta columna. Dada la situación de muchos otros proyectos de los que tengo constancia, se puede decir que es situación normal, e incluso esperada, en muchos equipos de desarrollo.
Software heredado del año de la Tana, ausencia total de un proceso de pruebas y QA, tecnologías obsoletas, fechas imposibles, gerentes sin mucha idea del sector, todo un panorama. Y no hablo de los asuntos legales o morales, ni siquiera hace falta tenerlos en cuenta.
Un panorama que aquellos profesionales que gustan de hacer las cosas bien, o al menos hasta sus posibilidades, tienen que sufrir. Y es que el sentido común, aunque me meta de lleno en el tópico, es lo que falta en este sector. Es “rara avis” un desarrollador de buen nivel que no tenga la cabeza llena de pájaros y flores con miles de ofertas y tecnologías emergentes. Es “rara avis” un jefe de proyecto que no esté maleado y resabiado hasta el infinito y mas allá. Es “rara avis” un gerente de cuenta que se preocupe por la calidad del software entregado. Es “rara avis” un empresario que pueda dedicarse a su proyecto y producto sin tener que lidiar con cientos de impedimentos, presiones y teje-manejes.
En fin, que no es que servidor se alegre que casos como Lexnet exploten, pero que casi casi…
