Estando de vacaciones relajándome en un baleario, entablé conversación con una persona joven que estaba atendiendo una barra en la que yo era el único cliente. Le pregunté acerca de su relación con la tecnología y qué le preocupaba. Su reacción fue de sorpresa, como diciendo ¿qué me estará queriendo decir? Al final le hice la pregunta directa: ¿Tienes miedo a que un robot te sustituya?
La Inteligencia Artificial (mal llamada “Inteligencia Artificial”, porque la Inteligencia es natural y lo Artificial son las máquinas) es en lo que no es trabajo repetitivo o físico
Su reacción fue de asombro, pero sobre todo de asentimiento: ¡Claro que tengo miedo y me preocupa!, pero para eso queda mucho tiempo. Cuando le indiqué que en ciertas partes del mundo ya eran robots los que atendían a los clientes en restaurantes, me miró como diciendo ¿de dónde ha salido este hombre? Entonces le expliqué que sí, que en algunos lugares como Japón, ya hay restaurantes donde se ordena la comanda desde el móvil y un sistema mecanizado, te lleva la comida a la mesa. Su asombro iba increscendo. Entonces le dije que esa no era mi pregunta, porque eso iba a suceder sí o sí. Mi pregunta era si cree posible que un robot sustituya a la mirada de un camarero que te atraviesa de parte a parte y sabe casi con una certeza del 100% lo que quieres.
Esa es “la madre del cordero”. Entender que en lo único que podremos ganar a la Inteligencia Artificial (mal llamada “Inteligencia Artificial”, porque la Inteligencia es natural y lo Artificial son las máquinas) es en lo que no es trabajo repetitivo o físico. Una máquina no puede (todavía) mirarnos a los ojos e intuir lo que pensamos o queremos. Es nuestra ventaja como seres humanos con Inteligencia Natural… ¡aprovechémosla!