Hace ya unos años, les comentaba con sorpresa el pronto de Juan Carlos Gafo, ante los silbidos al himno español en la inauguración en Barcelona de los XV Campeonatos Mundiales de Natación (BCN2013). Al señor Gafo no se le ocurrió otra cosa que soltar en Twitter un airado mensaje motivado por esa pitada: «Catalanes de mierda, no se merecen nada«. Incluso siendo un diplomático avezado, tuvo ese absurdo pronto que le llevó a dimitir del proyecto “Marca España” del que, se nos dijo, era el número dos. Ya comenté todo eso en el BYTE TI 209 de octubre de 2013.
Algo de ello, me imagino, se suele repetir más de una vez con esa dependencia creciente de la red y la voluntad de los más lerdos de participar en ella incluso con sus más ridículos prontos. Así ha ocurrido, a principios de septiembre, con las agitaciones y enfrentamientos asociados al intento de secesión de Cataluña respecto de España. Parece que ya se ha olvidado ese viejo consejo de no responder a primera vista a un e-mail molesto y dejar “madurar” el asunto (y calmarse los ánimos…) antes de atreverse a contestarlo. Hoy en día, la facilidad de contestar e intervenir en la red hace que muchos hayan olvidado ese viejo y sano consejo. Y así ocurre lo que ocurre…
Gatillo fácil: parece que ya se ha olvidado ese viejo consejo de no responder a primera vista a un e-mail molesto y dejar “madurar” el asunto (y calmarse los ánimos…)
Escribo a primeros de septiembre, cuando el futuro respecto de este tema secesionista sigue siendo incierto, pero lo ocurrido en las redes esta última vez es una muestra del grado de distanciamiento e incluso de odio que se ha extendido en España, y sobre todo en Cataluña, con ese asunto.
Tras la intervención de Inés Arrimadas en un debate en Tele 5, una energúmena llamada Rosa María Miras, filóloga por más señas, le deseó en Facebook a Inés Arrimadas (esa “perra asquerosa” como la llamó) que, al salir del debate, fuera “violada en grupo”. Una bestialidad que retrata claramente a quien la escribe y difunde.
Un caso movido por la ideología contraria a la del señor Gafo y que también ha tenido consecuencias. La señora Miras (y pido perdón a las verdaderas señoras…) ha sido despedida de la empresa en la que trabajaba (nada de dimisión, despido inmediato y directo).
El odio se ha extendido entre la sociedad catalana. Todos tenemos una explicación para ello. La mía es sencilla, unos gobernantes incompetentes (Mas, Junqueras, Puigdemont, etc.) huyendo hacia delante mientras, en el otro lado, no se actúa ni en un sentido ni en otro (igual los próximos días cambian las cosas…).
El tema sólo me preocupa por el peligro que comporta incluso en la calle. La reacción de la filóloga (y, por lo tanto, de una persona con formación…) es indicativa de cómo se piensa en uno de los bandos, mientras que la del señor Gafo indica lo que se piensa en el otro (que, pese a todo, es ampliamente mayoritario: unos cuarenta millones ante unos siete…).
Soy ya mayor y he vivido muchos años bajo una verdadera dictadura, la de Franco. Siempre he querido ser europeo. Por eso, sabiendo de la facilidad con que miente el señor Junqueras, no me creo que la secesión de Cataluña la lleve precisamente a Europa. Una Cataluña independiente de España, será también independiente de Europa. Hay ciudadanos europeos con nacionalidad francesa (o alemana, o italiana, etc.) viviendo en Cataluña, y yo seguiré siendo un ciudadano europeo con nacionalidad española viviendo en Cataluña. Pase lo que pase.
El problema, de nuevo, es la facilidad para decir tonterías en la red y cómo esas tonterías pueden hacer daño. Eso es lo que realmente me da miedo y me preocupa.
En El Círculo, con Emma Watson y Tom Hanks, filmada a partir de la novela de Dave Eggers de la que hablamos aquí en febrero de 2015, se indica otra muestra de los peligros de la red (la excesiva transparencia y la falta de privacidad en ese caso). Parece que estemos casi obligados a deslizarnos hacia el fascismo tecnológico y esa voluntad de expresarse inmediatamente en la red puede ser incluso un aliciente para ello.