Este año un viejo conocido de nuestros PC, portátiles y teléfonos móviles va a cumplir años. El sistema operativo Linux cumplirá en agosto 25 añazos, y todo son motivos de celebración.
Si bien el “año del escritorio” nunca llegó, actualmente Linux lleva varios meses con una ínfima cuota de mercado del 2% en el mundo del escritorio. Una pequeña cuota que tiene sin embargo un pequeño regusto a éxito.
Sin embargo, en el ámbito de servidores y en el de pequeños dispositivos la cosa cambia. Algunos datos impactantes son los más de 13.000 desarrolladores que trabajan de forma distribuida en el proyecto, más de 180 cambios diarios aceptados en el kernel, más de 1.300 compañías de software involucradas directamente en su desarrollo, y un ámbito de adopción enorme gracias entre otros a proyectos como Android, Raspberry, e infinidad de pequeñas placas y dispositivos que lo usan como soporte de ejecución base.
Lejos queda el primer y famosísimo mensaje de Linus Torvarlds en el que anunciaba de forma tímida la primera versión, y el futuro no puede ser mejor. Como en todo gran proyecto, las buenas y malas noticias se alternan semana a semana, y quedan para la anécdota las enormes broncas y desplantes que el mismísimo Linus dedica a propios y extraños.
Incluso su archienemigo histórico, Microsoft, ha adoptado, en un movimiento sin precedentes, el kernel de Linux en las tripas de Windows 10, y soplan nuevos aires de compatibilidad y camaradería. Es ya posible ejecutar un amplio subconjunto de los comandos de linux en una consola Windows, y algunos han llegado incluso a ejecutar Unity.