¿Estallará la burbuja de las criptomonedas en 2018?

Seguro que algún inversor “tradicional” le tenía ganas a noticias como esta, y sobre todo a la fuerza comercial de la banca al uso, totalmente contraria a las criptomonedas como medio de pago o activo de inversión. No se puede consentir que Bitcoin, Ethereum o similares tengan el atractivo que ya ostentan tras casi veinte impresionantes repuntes durante 2017, por mucho que sepamos que detrás no haya un sólido cimiento bancario.

Hoy leemos en la prensa que Bitcoin se desplomó de un plumazo un 15% tras el robo perpetrado en el mercado surcoreano, cayendo a los 14.102 euros. Ha sido Youbit (anteriormente conocida como Yapizon), plataforma de bitcoins de Corea del Sur, la que ya sido víctima de un hackeo en sus sistemas, lo que supuso el robo del 17% de sus activos. Como resultado, la empresa se ha visto obligada a cerrar sus operaciones, declarándose seguidamente en bancarrota. Con todo ello no podrá devolver a los clientes más de un 75% del valor de su inversión. No todo está perdido, pero es un buen pellizco, sin duda.

Unos más que otros esperan con ansiedad el estallido de esta burbuja de criptomonedas

Unos más que otros esperan con ansiedad el estallido de esta burbuja, y actos como éste alimentan la tensión, y esto no ha hecho más que empezar.

WatchGuard Technologies ya lo vaticinaba en sus predicciones para 2018, entre las que también nos anunciaban que la autenticación multifactor será más económica y simple para las pymes, que los botnets de IoT obligarán a los gobiernos a regular a los fabricantes de dispositivos IoT, que los ataques a Linux se duplicarán precisamente por el protagonismo de IoT, que el hackeo de Wi-Fi se trasladará a Zigbee, Bluetooth y SigFox (entre otros), que el ramsomware crecerá impulsado por el crecimiento de seguros con cobertura cibernética y que proliferarán los ataques de desinformación para desestabilizar gobiernos y propiciar el fraude electoral. De eso nosotros ya tenemos experiencia local reciente.

Lamentablemente, una de ellas no ha esperado al 2018. Cuando pensamos en criptomonedas y la tecnología blockchain, lo primero en lo que pensamos es en Bitcoin. Inició un camino hasta ahora fulgurante en 2009, al que le han seguido otras más, y cada una incorporando novedades a sus respectivas cadenas de bloques. Por ejemplo, el blockchain de Ethereum funciona como un equipo completamente descentralizado capaz de ejecutar aplicaciones, y esto sin duda añade nuevos riesgos de seguridad.

Ya en el 2016 Ethereum sufrió un robo de más de 50 millones de dólares en criptomonedas, lo que le supuso una caída del 50% de su valor. Para contrarrestar estas incidencias, se pusieron en marcha programas de recompensas para aquellos que detectaran vulnerabilidades y con ello conseguir profundas revisiones de código.
Mientras siga aumentando el valor de las criptomonedas, irán ganando interés también entre los ciberdelincuentes, hasta que algún día alguna mente lúcida descubra cómo eliminar por completo alguna de las más populares, dando un severo golpe a la confianza del público en esta moderna inversión.
Las 72 horas que nos dará de plazo GDPR para la comunicación de brechas de seguridad a los afectados por parte de las empresas afectadas, no serán suficientes. En menos tiempo se habrá perpetrado el robo, y esa obligatoria notificación sólo servirá para un desplome definitivo.